El desplome de las criptomonedas: ¿una simple caída cíclica o un colapso total?

Dorina Popescu-Nicoara

Las criptomonedas han sufrido un desplome y nos preguntamos ¿por qué ha ocurrido y cuáles pueden ser las consecuencias?

Primero de todo, es necesario entender ¿qué son las criptomonedas? Una criptomoneda es un tipo de divisa virtual que tiene dos características principales. Por un lado, no está regulada por ninguna institución y opera mediante el sistema tecnológico Blockchain, siendo los mismos usuarios los que vigilan y validan las transacciones. Por otro lado, para garantizar la titularidad y controlar la emisión de las nuevas unidades monetarias, se emplea un tipo de cifrado criptográfico complejo.

Un mercado complejo

Dentro del mercado de criptodivisas, nos podemos encontrar con criptomonedas que no tienen un valor garantizado (Bitcoin y Ethereum) y las divisas estables que garantizan su valor equiparándolo con el dólar americano (Terra y Luna), pero en ambos casos son divisas cuyo valor registra grandes subidas, y también bajadas, siendo activos volátiles y especulativos.

Sabiendo que una volatilidad alta implica un alto riesgo, ¿por qué resulta atractivo invertir en este tipo de activo?  La respuesta es sencilla: cada inversor quiere obtener una rentabilidad de su inversión. Pero en los últimos años, la rentabilidad de los activos tradicionales quedó estancada en niveles muy bajos. Al mismo tiempo, las políticas monetarias adoptadas por los bancos centrales han fomentado un exceso importante de liquidez. En consecuencia, se ha generado como una lucha entre los inversores, tanto particulares como institucionales, para encontrar formas de rentabilizar sus fondos.

Algunos opinan que las criptomonedas funcionan de forma independiente y no deberían resultar afectadas por la bolsa tradicional o las tendencias económicas. Aunque a simple vista parece que no hay un vínculo directo, está caída ha demostrado lo contrario y son varios los aspectos que debemos contemplar. Para empezar, la inflación, la guerra de Ucrania, y otros acontecimientos mundiales han contribuido a la caída de los mercados financieros tradicionales. Asimismo, la subida de los tipos de interés para contener la inflación actual ha sido una de las principales causas del desplome de Terra y Luna (criptomonedas estables asociadas al dólar), que han sufrido una caída de más de 95%. Esto a su vez ha desencadenado la venta masiva de diferentes divisas, propiciando una caída generalizada en todo el sector de criptomonedas.

¿Cuáles son las posibles consecuencias?

Aunque algunos defensores consideran que es un simple ciclo bajista, y que volverá a recuperarse, otros sostienen que es el inicio de un colapso total, similar a la gran crisis financiera de 2008. ¿Pero estamos realmente ante el mismo escenario?

Una de las principales causas de la crisis de 2008 ha sido la exposición excesiva de los bancos a un producto financiero de muy alto riesgo, como eran las famosas hipotecas suprime.

En el escenario actual, no conocemos la exposición de los bancos a la inversión en criptomonedas, pero sabemos que, en general, el volumen de inversión global en criptomonedas es muy bajo (representa menos de 1% de la inversión financiera mundial en activos de renta fija y variables), lo que significa que se trata de un escenario distinto.

Aun así, el valor de las criptomonedas varia en función de la oferta y la demanda, y como no hay ningún organismo regulador, todo depende de la confianza que depositen los inversores en este activo. Algunos aprovecharán el momento bajista para intensificar sus inversiones, mientras que otros migrarán a inversiones más seguras. Quizás es un momento en el cual se producirá una especie de limpieza, desaparecerán algunas criptomonedas, y perdurarán las que funden cierta confianza entre los usuarios.

En conclusión, aunque las criptomonedas son activos no regulados, no son ajenos a las tendencias económicas globales. Posiblemente este desplome sea el inicio de una regulación del criptomercado, pero hasta entonces, se espera otro aumento de los tipos de interés, que impactará reiteradamente tanto en el mercado financiero tradicional, como en el mercado de criptodivisas.