Andrés Pascual
El bienestar corporativo y la gestión de la felicidad ha dejado de ser una tendencia para convertirse en una necesidad inexcusable. Las nuevas generaciones demandan esta forma de liderazgo.
Si hace unos años le hubieras contado a alguien que querías dedicarte a promover la felicidad en el trabajo, te habrían dicho: “¿Qué es eso de ser feliz en el trabajo? Y yendo un par de siglos más atrás, la reacción habría sido: “¿Qué es eso de ser feliz?”. Pero las cosas han cambiado. Hoy somos conscientes que es nuestro derecho y también nuestra responsabilidad perseguir la felicidad, entendida no como un anhelo etéreo, sino como un bienestar medible que nos permita estar al máximo de nuestras posibilidades para dar nuestra mejor versión.
Cultura del bienestar
Invertir en bienestar en una empresa no es poner un cesto de fruta a disposición de los empleados o pufs de colores por los pasillos. Invertir en bienestar es crear una nueva cultura que va a mejorar radicalmente todo el proceso productivo. Una nueva cultura que tiene al ser humano en el centro, como reclaman las nuevas generaciones y los tiempos que nos toca vivir.
Según la consultora Gallup –entre otros estudios de las instituciones más prestigiosas–, una adecuada inversión en bienestar supone un 41% menos de absentismo y un 55% menos de rotación de personal, además de impulsar exponencialmente la creatividad y la productividad. Por no decir que un empleado feliz sufre un 125% menos de estrés (datos de Harvard Business Review).
Cifras aparte, si favorecemos el bienestar, obtenemos a cambio un mayor rendimiento. ¿Por qué? Por algo tan sencillo como que dedicamos más tiempo y energía a las tareas que se nos encomiendan.
Esta aventura fascinante ha de ser liderada por alguien que ocupe el puesto de Chief Happiness Officer o, si no existe el rol en el organigrama de la empresa, por ejecutivos de RRHH, talent managers, mentores y coaches, directores de cualquier departamento o CEOs que hagan suyas las habilidades del líder del bienestar.
Habilidades del líder del bienestar
¿Cuáles son estas habilidades? En el Programa Executive Chief Happiness Officer que tengo la fortuna de dirigir para UNIR, tras contrastarlo con empresarios de todos los sectores y con los profesionales reconocidos internacionalmente en el ámbito de la felicidad corporativa que forman parte del claustro, las hemos concretado en diez:
- Promover el autoconocimiento y el aprendizaje continuo. Identificar y gestionar las propias emociones y fortalezas para ser eficaz en un entorno laboral más humano para, después, extenderlo al equipo y a la organización.
- Fomentar un propósito y unos valores que tiendan a la trascendencia. Interiorizar la importancia de tener una cultura de equipo y empresa basada en un propósito superior que sirva como faro y motor de la motivación en tiempos difíciles.
- Ejercer de entrenador personal desde la confianza y el reconocimiento. Experimentar los efectos favorables de una actitud positiva adecuada al comunicar y afrontar los proyectos con las capacidades del coach y mentor.
- Diseñar bienestar por los cinco sentidos. Cuidar cada detalle para proveer de bienestar en los espacios de trabajo a través de la luz, el feng sui, la ergonomía, la música, el silencio, la naturaleza integrada y muchos otros matices sensoriales.
- Facilitar la implantación de hábitos saludables: energía, tiempo y atención. Conocer los beneficios de la nutrición, el ejercicio y el descanso, entre otros, como fuente de bienestar, así como la forma de favorecerlos para mejorar el rendimiento y reducir los costes de personal.
- Generar ‘flow’ desde la diversidad y la creatividad. Conducir al éxito a los equipos gracias a técnicas revolucionarias como la ‘diversidad en equilibrio’.
- Favorecer la tolerancia a la incertidumbre y al cambio. Ser capaz de afrontar sin estrés situaciones de incertidumbre en un mundo en el que todo muta a cada instante y no hay nada seguro, favoreciendo el coeficiente AQ de adaptabilidad, tanto el propio como el de los trabajadores.
- Simplificar procesos en beneficio de la flexibilidad y la autonomía. Practicar e implementar el minimalismo organizacional.
- Convertir el bienestar en una ‘lovemark’ para atraer y mantener talento. Encontrar el storytelling adecuado a la empresa para enamorar hacia dentro y hacia fuera.
- Medir el bienestar y promover su integración en la evaluación del desempeño. Analizar y medir la situación actual y la que resulte tras aplicar diferentes medidas de bienestar corporativo, respondiendo a las acreditaciones de empresa saludable.
Bienestar en tres dimensiones
Estas diez habilidades cubren todo el espectro del bienestar corporativo desde tres dimensiones: física, emocional y social; y así mismo desde tres niveles: individuo, equipo y organización, siempre con el trabajador en el centro. Por eso hemos bautizado nuestro sistema de formación en Chief Happiness Officer (CHO) como Método Doshin’en, que en japonés significa “círculos concéntricos”.
Este método abraza la enseñanza zen de que una diminuta gota de lluvia caída en un estanque provoca enormes círculos expansivos, del mismo modo que cualquier pequeña acción dirigida a incrementar el bienestar de las personas que trabajan en una empresa es capaz de alcanzar cotas de beneficio inimaginables.
El bienestar corporativo y la gestión de la felicidad ha dejado de ser una tendencia para convertirse en una necesidad inexcusable. Las nuevas generaciones demandan esta forma de liderazgo basado en el ser humano, que respete unos valores de plenitud personal y sostenibilidad acordes con los tiempos. Por ello, no solo aquellos que tengan un rol específico de CHO, sino todo directivo o responsable de un departamento, ha de integrar con urgencia estas diez habilidades del Líder del Bienestar para no quedarse atrás.
No estamos en una época de cambios, sino en un cambio de época. La buena noticia es que está en nuestra mano formarnos para estar a la altura de este desafío apasionante.
