InternacionalAcceso estudiantes

Las secuelas psicológicas provocadas por un ictus

Problemas en el control de las emociones, en la comunicación o en la cognición son algunas de las secuelas que se pueden sufrir tras un ictus.

ictus secuelas psicológicas

El ictus o accidente cerebrovascular, como se conoce en el sector sanitario, es un trastorno provocado por la disminución u obstrucción, momentánea o definitiva, del flujo sanguíneo en alguna parte del cerebro. Dicha interrupción implica una falta de oxígeno y glucosa en el cerebro y puede acarrear daños cerebrales permanentes con notables secuelas psicológicas provocadas por el ictus.

ictus secuelas psicológicas causadas

Se trata de un trastorno cuyo riesgo aumenta con la edad, es más frecuente en personas de más de 55 años. Además, el ictus es la primera causa de mortalidad entre las mujeres españolas y la segunda en los hombres. Por ello, es importante conocer los factores de riesgo vascular y reconocer sus síntomas entre los que se encuentran:

  • Pérdida de sensibilidad en la mitad del cuerpo o parálisis de una parte del rostro.
  • Dificultades para hablar.
  • Dolor de cabeza muy intenso y con un inicio brusco.
  • Pérdida total o parcial de la visión o visión borrosa.

Nueva llamada a la acción

La vida después del ictus

Se suele pensar que las secuelas psicológicas del ictus son solo las puramente emocionales: como la ansiedad o la depresión. No obstante, la realidad es que las secuelas psicológicas después de un ictus pueden ser también cognitivas, emocionales y conductuales. Tres categorías que pueden tener repercusión a nivel personal, familiar, social y funcional.

La aparición de sintomatología ansioso-depresiva, la inestabilidad en las emociones o la pérdida de control sobre la expresión del llanto o la risa son algunas de las secuelas emocionales. Es muy común que se presenten dos perfiles emocionales predominantes en las personas afectadas. Por un lado, están las que se desinhiben y son incapaces de frenar sus impulsos. Por otro lado, está el patrón apático en el que la persona presenta una clara falta de motivación, indiferencia emocional e inactividad.

En el terreno de las secuelas cognitivas son comunes los problemas a nivel de memoria, atención u orientación espacial. Problemas que pueden ser transitorios y reversibles o, por el contrario, condicionar la autonomía de la persona afectada de forma permanente. Es frecuente que los problemas se den a varios niveles: cognitivos, motores y de comunicación. Los trastornos del lenguaje son los más comunes en el área de la comunicación y la presencia de diferentes grados de parálisis en el área motora.

También existe una amplia relación con las secuelas a nivel de recepción de la información. Suelen manifestarse trastornos del campo visual, pérdida de olfato, afectación de la audición y, por extensión, problemas en el sentido del equilibrio. Secuelas que, a su vez, provocan numerosas dificultades para la realización de muchas de las actividades básicas de la vida cotidiana.

En cuanto a las secuelas vinculadas a la conducta las manifestaciones más comunes del ictus son la aparición de irritabilidad y agresividad que van de la mano de una baja tolerancia a la frustración. La apatía o desmotivación para hacer cosas que antes del ictus eran gratificantes o la tendencia al egocentrismo y a no tener en cuenta las emociones de los demás son otros ejemplos de una lista de secuelas psicológicas provocadas por el ictus entre las que también podemos encontrar:

  • Rigidez de pensamiento: Resulta muy complicado modificar los planes preconcebidos.
  • Incontinencia emocional: Problemas para regular las emociones.
  • Delirios: Se pierde todo contacto con la realidad.
  • Anosognosia: falta de conciencia sobre la discapacidad y sus consecuencias.

Es importante destacar que el ictus agudo tiene una sintomatología que desaparece y cambia conforme el paciente evoluciona positivamente. Por ello, conviene esperar a que el ictus esté resuelto o estabilizado para llevar a cabo una apreciación clara del alcance de las secuelas psicológicas. Aquellas que han permanecido en el tiempo serán sobre las que debamos intervenir.

ictus secuelas psicológicas como intervenir

El abordaje de las secuelas: tratamiento y rehabilitación

El tratamiento del daño cerebral por consecuencia del ictus tiene que cumplir cuatro características principales: debe ser temprano, individualizado, intensivo e interdisciplinar. Es vital que el tratamiento comience pronto, desde el momento en que el paciente esté estable clínicamente. A su vez, hay que adaptar la intensidad a las capacidades y necesidades del paciente por lo que el tratamiento será individualizado y el abordaje interdisciplinar.

Hay que destacar que, aunque se han descrito numerosas secuelas psicológicas potenciales provocadas por el ictus, si el paciente sigue un tratamiento adecuado los pronósticos de mejora son generalmente buenos. Se observan notables mejoras en secuelas como las dificultades de movimiento, la parálisis o las dificultades a nivel del habla. No obstante, el paciente debe tener claro que el objetivo es adaptarse a sus déficits y no librarse de ellos.

Un último aspecto que hay que tener en cuenta es la importancia de la prevención. Lo ideal es realizarla en cualquier momento y edad, sin embargo, dado que la probabilidad de sufrir un ictus aumenta a partir de los 45 años, conviene prestar especial atención a los posibles síntomas y controlar los factores de riesgo.

Tal como hemos visto en este artículo, sufrir un ictus puede provocar numerosas secuelas psicológicas que van desde los problemas en el control de las emociones, a problemas de comunicación o cognitivos. Es por ello que resultan fundamentales las propuestas formativas como el Máster en Neuropsicología Clínica Online de UNIR, ya que permiten conocer en profundidad las secuelas y su tratamiento para así ofrecer una notable mejora en la vida posterior al ictus.
Nueva llamada a la acción

    Noticias relacionadas

    Docencia 100% online

    Nuestra metodología te permite estudiar sin desplazarte mediante un modelo de aprendizaje personalizado

    Clases en directo

    Nuestros profesores imparten 4.000 horas de clases online a la semana. Puedes asistir en directo o verlas en otro momento

    Mentor - UNIR

    En UNIR nunca estarás solo. Un mentor realizará un seguimiento individualizado y te ayudará en todo lo que necesites

    La fuerza que necesitas

    Nuestra vida académica y social

    Acompañamiento personalizado