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La arteterapia se vale de actividades como la escritura, la pintura o la danza para reforzar los beneficios de las terapias psicológicas.
Escribir textos, como una actividad que hace perder la noción del tiempo. Pintar, como una manera de olvidar los problemas de la vida cotidiana. Cincelar una escultura, como vía para llegar a un estado mental de flow. Estos son tres ejemplos de actividades artísticas que, en muchos casos, sirven como forma de ocio o diversión, pero que también pueden ser utilizadas como refuerzo positivo durante una terapia psicológica. Se trata de tres tipos de actividades que están integradas en la disciplina de la arteterapia.
El fundamento de la arteterapia está en el uso de diferentes actividades artísticas que reportan beneficios a quienes las practican, lo cual puede ser utilizado en la psicoterapia. Las artes visuales o la escritura se convierten en una vía de expresión para el paciente y le ayudan a mejorar su comunicación o algunos de sus problemas emocionales.
¿Cómo se realiza y cuáles son sus beneficios?
La arteterapia puede realizarse tanto de manera individual como en sesiones grupales. Es importante analizar las necesidades que tiene cada paciente y cuál puede ser la expresión artística más adecuada para que consiga canalizar y transmitir sus emociones.
No se trata solo de que la persona pinte un cuadro o cree una escultura, sino de analizar la obra e interpretarla, una vez finalizado el proceso creativo. El análisis del producto creado permite conocer más la personalidad del paciente. Su utilidad no viene solo del desarrollo de la actividad creativa, sino también de la información que el profesional puede obtener del producto generado.
Algunos de los beneficios de la práctica artística de la arteterapia son:
- Permite la expresión de emociones y sentimientos.
- Es una vía para la mejora de la autoestima.
- Ayuda a reducir el estrés y la ansiedad.
- Potencia la creatividad y la imaginación.
- Fomenta el autoconocimiento y la introspección.
Ejemplos de actividades de arteterapia
¿Y qué actividades artísticas nos permiten obtener los beneficios mencionados? Existen múltiples opciones, aunque cabe señalar que, en la arteterapia, lo más relevante es el proceso creativo. Este proceso es el que aporta las herramientas de mejora personal y de resolución de problemas. Eso sí, las posibles actividades van desde el lápiz al pincel, pasando por el color, las manualidades, la ilustración o el escenario teatral. Tres ejemplos concretos son:
- La escritura: escribir con un objetivo narrativo o simplemente para volcar en una página en blanco los sentimientos. Se trata de una opción que fomenta el autoconocimiento y permite profundizar en la memoria personal.
- La pintura: pintar mandalas, un cuadro o un mural puede ser una vía para que la persona experimente con el arte y acabe accediendo a sus sentimientos más profundos.
- Arte dramático: la recreación de un personaje de ficción puede llevar a que algo simbólico acabe hablando de una realidad individual.
¿Quiénes se pueden beneficiar de la arteterapia?
Evidentemente, todas las actividades artísticas descritas pueden reportar beneficio a cualquier persona. Ahora bien, el objetivo de la arteterapia es ayudar especialmente a pacientes con algún tipo de dificultad o trastorno. Las actividades que plantea pueden ser beneficiosas y coadyuvantes en una terapia psicológica para cualquier trastorno. Algunos ejemplos son:
- Estrés postraumático.
- Demencias, por ejemplo el Alzhéimer.
- Depresión o problemas de ansiedad.
- Trastorno del Espectro del Autismo (TEA).
- Síndrome de Down.
- Fobias.
- Trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH).
- Problemas de aprendizaje.
En definitiva, la arteterapia está ahí para que los pacientes saquen provecho de ella. No obstante, es importante resaltar que estas actividades artísticas en ningún caso son la solución por sí mismas. Así pues, deben insertarse dentro de la psicoterapia adecuada y será el psicólogo quien determine la manera en que el arte reforzará la terapia.
