InternacionalAcceso estudiantes

Selección John Müller: El poder cambia a los individuos

Lo dijo Montesquieu: “Quien tiene poder tiende a abusar de él”. Escándalos financieros y judiciales, abusos físicos, psicológicos o sexuales en el ámbito político, mediático, religioso o policial: no faltan ejemplos de abusos por parte de personas con autoridad.

cómo nos cambia el poder
El poder puede favorecer un comportamiento más egocéntrico.

¿Hace falta conseguir poder para sentirse tentado de abusar de él? ¿O, más bien, aquellos que aspiran intensamente al poder ya parten de un perfil de riesgo, debido a ciertos rasgos individuales como narcisismo, maquiavelismo o psicopatía?

Creer que un ejercicio inadecuado del poder solo es consecuencia de problemas individuales no tiene en cuenta las transformaciones que puede producir en cualquier persona cuando accede a él, asegura el autor de este artículo, el profesor de Psicología Social del Instituto Universitario de Francia, Laurent Bègue-Shankland.

El poder y la empatía

De hecho, varios estudios demuestran que quien experimenta el poder adopta un estado mental particular que puede favorecer un comportamiento más egocéntrico y menos civilizado.

En un ingenioso experimento, Adam Galinsky y sus colegas de la Universidad de Columbia demostraron que las personas a las que se les recordaba la idea del poder tenían más dificultades para ponerse en el lugar de los demás y adoptar un punto de vista diferente.

Veamos cómo: Imagine que le piden que escriba sobre una situación personal en la que haya tenido cierto poder sobre los demás. Inmediatamente después de esta sutil inducción de la idea de poder, se le somete a una prueba de descentración perceptiva espontánea. Para ello, le damos un rotulador con el que debe dibujarse rápidamente la letra E mayúscula en la frente.

En este experimento se produjo un fenómeno notable: en comparación con aquellos a los que les pedimos que pensaran en una situación en la que su poder era débil, los que acababan de recordar un episodio personal en el que ejercían poder sobre los demás tendieron mayoritariamente a escribirse la letra E al revés (desde el punto de vista del espectador).

el poder

O sea, los que habían recordado una situación en la que habían ejercido mucho poder eran menos propensos que los otros a dibujar la letra en la dirección de lectura correcta para los demás.

Otro fenómeno en el que influye el poder es en el reconocimiento de las emociones en los rostros. Michael Kraus, de la Universidad de California, pidió a algunos de los participantes en su estudio que pensaran en personas que tuvieran más poder, riqueza o prestigio que ellos, y a los otros participantes que pensaran en personas que tuvieran menos poder, riqueza o prestigio que ellos.

Tras esta inducción, se pidió a los participantes que, en un dibujo que representaba una escala social, marcaran una cruz en uno de los peldaños de la jerarquía. Como era de esperar, aquellos a los que se les pidió que se compararan con personas con menos poder que ellos se situaron más arriba, eligiendo un peldaño más alto de la escalera que los que pensaron en personas de mayor estatus social que ellos. A continuación, se mostró a los participantes una serie de retratos y se les pidió que reconocieran una serie de expresiones faciales de carácter emocional.

Los que fueron inducidos momentáneamente a mantener un estado mental de mayor poder tuvieron una capacidad de reconocimiento de emociones significativamente menor que los que no lo fueron.

Estos resultados se confirmaron al comparar en la misma prueba a personas de clase social alta y baja: las primeras obtuvieron peores puntuaciones en el reconocimiento emocional.

El estatus social y el poder

Otro estudio realizado por Keely Muscatell, de la Universidad de California en Los Ángeles, consistió en escuchar un relato sobre el inicio de un semestre universitario a estudiantes de clase social alta y baja. Al mismo tiempo, los investigadores midieron la actividad cerebral de los participantes. Demostraron que la red neuronal implicada en la empatía se activaba menos en los estudiantes de clase social alta.

Otro estudio demostró que la resonancia motora (la activación de una red cerebral homóloga al observar el comportamiento de otra persona) se debilitaba tras la inducción de un estado mental de poder, como si la capacidad de compartir la experiencia de otro se debilitara por el poder.

Estas observaciones sugieren que la experiencia del ascenso en estatus parece debilitar ciertas habilidades sociales y cognitivas que se sabe que son fundamentales en las relaciones sociales. Esto se traduce a veces en un comportamiento incívico.

Un estudio estadounidense observó los comportamientos transgresores en carretera que cometían los automovilistas en función del valor económico del coche que conducían.

Se compararon cinco tipos de vehículos, con precios estimados crecientes. Los resultados mostraron que los conductores de coches más caros cometieron más infracciones por término medio.

Por ejemplo, los conductores de Mercedes no esperaron su turno, cuando varios vehículos estaban esperando en un cruce, una media de cinco veces más que los conductores de modelos antiguos de Ford. Los mismos conductores de coches caros cortan con más frecuencia el paso a los peatones: los propietarios de coches grandes tienen un nivel más bajo de civismo.

El poder puede promover un comportamiento desinhibido

En un estudio, se pidió a los participantes que redactaran las normas de funcionamiento de un grupo en la universidad. Al principio de la sesión, el investigador asignó al azar a un participante como supervisor, que debía recompensar a los demás por su trabajo dándoles puntos. A los treinta minutos de la sesión, se trajo una bandeja con apetitosas galletas para los participantes. El número de galletas era limitado, y sólo una persona podía comer dos. La observación del comportamiento mostró que los que tenían la condición de supervisor tenían el doble de probabilidades que los demás de reservarse una segunda galleta.

Según el psicólogo Dacher Keltner o el neurocientífico Sukhvinder Obhi, el poder puede causar lesiones equiparables a un traumatismo craneal. Para Keltner, el riesgo es la paradoja del poder: una vez que se tiene, se pierden algunas de las cualidades que fueron necesarias para conseguirlo. Sin embargo, observamos que la historia política está salpicada de ejemplos de metamorfosis que el acceso al poder parece haber provocado (a veces denominado síndrome de hubris).

En el laboratorio o en el ámbito político y social, estos hechos se hacen eco, a su manera, de las teorías de Montesquieu, parte de cuya obra se dedicó precisamente a defender la división de poderes para evitar sus efectos más perniciosos.

Enlace a la noticia de referencia: Cómo la experiencia del poder cambia al individuo

  • Aula Directiva

Noticias relacionadas

poder y empresa

¿La cesta o las manzanas?

El poder cambia a las personas y la empresa no es una excepción, más bien un posible caldo de cultivo. Pero existe una vacuna efectiva contra su mal uso: el antídoto es la ética.

El mediador laboral: ¿en qué consiste este perfil?

Una de las opciones que tienen las empresas para solucionar conflictos de una forma extrajudicial, rápida y pacífica es acudir a la figura del mediador laboral.

“Los líderes empresariales debemos pensar cómo crear un modelo de impacto social”, afirma en UNIR Alejandro Oñoro, CEO de Ilunion

El consejero delegado protagonizó la segunda sesión del ciclo ‘Visión CEO’ de UNIR, en la que profundizó en la gestión de una compañía con un modelo único de negocio que busca generar empleo para personas con discapacidad.

Docencia 100% online

Nuestra metodología te permite estudiar sin desplazarte mediante un modelo de aprendizaje personalizado

Clases en directo

Nuestros profesores imparten 4.000 horas de clases online a la semana. Puedes asistir en directo o verlas en otro momento

Mentor - UNIR

En UNIR nunca estarás solo. Un mentor realizará un seguimiento individualizado y te ayudará en todo lo que necesites

La fuerza que necesitas

Nuestra vida académica y social

Acompañamiento personalizado