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¿Qué es el Design Thinking? Fases, objetivos y cómo aplicarlo en la empresa

La clave del éxito del Design Thinking está en el liderazgo y sus frutos se observan en la mejora de los resultados de la compañía y en la percepción de los clientes y colaboradores.

Comprende. Explora. Materializa. Estas tres acciones condensan la esencia del Design Thinking, una metodología de pensamiento que tiene como fin generar ideas innovadoras a través de la comprensión y solución de las necesidades de las personas.

Este método proviene del ámbito del diseño de producto y se traduce del inglés directamente como pensamiento de diseño. No siendo una metodología nueva, en los últimos años ha ganado relevancia en el entorno empresarial porque permite abordar el proceso de resolución de problemas de una manera distinta y es trasladable al desarrollo de estrategias en cualquier área de negocio.

El Design Thinking nació en la Universidad de Stanford de California (Estados Unidos) y en la consultora IDEO, referente en innovación, y que fue pionera en la aplicación de este proceso creativo en proyectos comerciales en los años 70.

Hoy en día, grandes compañías como Inditex, Apple o Google han introducido el Design Thinking en el ADN de sus ejecutivos y diseñadores de producto ya que, al ser un potente motor de innovación, es aplicable a cualquier campo: desde el desarrollo de producto o servicio, hasta la mejora de los procesos, de la experiencia del usuario o la definición del modelo de negocio más rentable para una firma.

innovación

Su aporte al proceso de resolución de problemas consiste en que, más allá del análisis de la situación para encontrar una única solución, el Design Thinking explora en una primera fase todas las posibilidades, sin coartar la creatividad de estas potenciales soluciones, para posteriormente enfocar y aterrizar las ideas que sean innovadoras y efectivas para el caso.

Fases y objetivos del Design Thinking

El Design Thinking se fundamenta en dos aspectos clave: el usuario y los problemas que puedan surgirle en distintas situaciones, y la empatía para comprenderlo. El objetivo de este proceso es comprender en profundidad la necesidad, identificar el problema y plantear aristas paralelas que puedan surgir en consecuencia para dar con la solución o soluciones que sean útiles, realizables y aplicables más allá del individuo.

Las fases del proceso del Design Thinking son:

  1. Empatía: el grupo de trabajo analiza la situación, necesidades y deseos de los usuarios. El objetivo es ser capaz de comprender el problema como si fuera propio.
  2. Definición: la información recopilada en la fase anterior se organiza y se filtra, descartando aquello que no aporta valor. Se identifican problemas y soluciones.
  3. Diseño: en esta fase desarrolla el producto o servicio ideado y sirve para detectar potenciales fallos, mejoras o, incluso, redireccionamientos necesarios para su efectividad. Es un proceso eminentemente visual donde se da rienda suelta a la creatividad y la capacidad analítica.
  4. Prototipo: para cerciorarse de que la solución definida es correcta, hay que probarla. Se desarrolla un modelo sencillo que ayude a aterrizar las ideas del diseño. Se basa en la idea de Producto Mínimo Viable, es decir, un prototipo que no consuma demasiados recursos pero sirva para probarlo en un entorno controlado y ver sus potenciales resultados o mejoras.
  5. Prueba: es el paso natural desde el prototipo y se realiza con la ayuda de un grupo de público objetivo para que expliquen su experiencia y percepción sobre la solución.
  6. Lanzamiento: de la fase de prueba saldrán conclusiones y modificaciones que realizar al producto o servicio. Una vez afinado, está listo para su lanzamiento o aplicación.

¿Cómo aplicar el Design Thinking en la empresa?

El Design Thinking es un claro motor para la creatividad y la innovación en el seno de las compañías. Una de sus grandes ventajas es que cualquier profesional, independientemente de su área, experiencia o bagaje puede aprender sus herramientas y técnicas para aplicarlas a todas las áreas del negocio.

Brainstorming como técnica de estrategia empresa

 

Entre las técnicas para fomentar esta metodología de resolución de problemas en los distintos equipos de trabajo destacan:

  • El método SCAMPER, que es el acrónimo en inglés de las palabras: sustituir, combinar, adaptar, modificar, propósito, eliminar y reorganizar/revertir. Fomenta el pensamiento en equipo de alternativas para desarrollar o mejorar un producto o servicio a través del planteamiento de preguntas que ayuden a definir un nuevo rumbo.
  • Análisis de la experiencia del cliente o customer journey: consiste en la observación y recopilación de información sobre la percepción que tiene el cliente sobre un producto o servicio con el objetivo tanto de mejorarlo como de captar nuevos usuarios.

Para los expertos, el éxito del impulso que el Design Thinking puede dar a una empresa está en lograr que todos los equipos estén implicados y, en particular, que el cambio lo lidere el director general o CEO de la compañía.

El principal ejecutivo de una empresa funciona como Design Thinker, es decir, es la persona que está al mando y es capaz de transmitir una visión global y la motivación para “pensar fuera de la caja”. Cuenta con una mente abierta a la incorporación de ideas, impulsa el trabajo en equipo, fomenta la curiosidad y la innovación para abordar los complejos retos de la empresa. El resultado del Design Thinking sobre el negocio de la compañía se observa tanto en la mejora de sus resultados económicos como en su percepción y éxito entre clientes, colaboradores y stakeholders.

Como vemos, la clave del éxito del Design Thinking está en el liderazgo. La cual es una cualidad innata para muchas personas, pero también se puede trabajar y aprender. Aquellos profesionales que buscan dar un salto cualitativo en su carrera profesional, liderar equipos y ser el motor de cambio de una compañía apuestan por complementar su formación con un título de MBA como el de UNIR.

Este programa de postgrado, de un año de duración, tiene la clara ventaja de poder ser compatible con la vida personal y laboral, además de ofrecer una especialidad en Emprendimiento. Esta combinación asegura la potenciación de un perfil laboral capaz de liderar en los procesos de transformación digital de los negocios tradicionales y conocer a la perfección los mecanismos y procesos para impulsar el éxito de un negocio.

  • Marketing y Comunicación

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