UNIR Revista
La prestación universal de servicios esenciales como educación, salud, agua o vivienda y alcanzar la verdadera igualdad de género son exigencias del denominado desarrollo social inclusivo.
Construir una sociedad en la que todas las personas, sin importar su género, origen o condición económica, tengan igualdad de oportunidades y acceso a los recursos necesarios para prosperar en la vida es el objetivo del desarrollo social inclusivo.
En la agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible se hace un llamamiento especial a poner fin a todas las formas de pobreza, expresando un total consenso acerca de la necesidad de avanzar hacia sociedades más igualitarias, solidarias y unidas. Se insta a no dejar a nadie atrás y para lograrlo, se indica que será necesario implementar modelos de desarrollo sostenible en los que se incluya a todo el mundo, sin discriminar a nadie, especialmente por motivos de etnia, raza, edad o lugar de residencia.
El desarrollo social inclusivo está íntimamente relacionado con los denominados objetivos de desarrollo sostenible (ODS), estipulados en el año 2015 desde Naciones Unidas para tratar de poner fin a la pobreza, protegiendo el planeta y garantizando que para 2030 la paz y la prosperidad sean una realidad para todos los habitantes del planeta.
¿Qué es el desarrollo social inclusivo?
El desarrollo social inclusivo es “la capacidad de los estados de garantizar el pleno ejercicio de los derechos sociales, económicos y culturales de las personas, consolidando espacios para su participación y reconocimiento, abordando las brechas de acceso a ámbitos fundamentales del bienestar y dando cuenta de las desigualdades sociales y sus ejes estructurantes desde la perspectiva del universalismo sensible a las diferencias” (CEPAL, 2018a, pág. 77).
Lograr el desarrollo social inclusivo es, a día de hoy, todo un desafío, puesto que además de los problemas estructurales de base, existen ciertos retrocesos frente a avances conseguidos en décadas anteriores. Este mira más allá de los beneficios que reporta el crecimiento económico y pone su foco en mejorar la calidad de vida de todos los integrantes de la sociedad.
Implica, por lo tanto, la promoción de derechos e igualdad de oportunidades, la eliminación de barreras y la creación de un entorno en el que todas las personas puedan participar activamente y beneficiarse de los avances sociales y económicos.
El desarrollo social inclusivo comprende muchas áreas y muy heterogéneas, incluyendo la educación, el empleo, la atención médica, la vivienda, la participación política y la justicia. Resulta de vital importancia garantizar que nadie quede rezagado o marginado debido a su identidad, discapacidad o condiciones socioeconómicas.
La equidad es un concepto muy relacionado con el desarrollo social inclusivo, puesto que además de garantizar la igualdad de oportunidades, es preciso proporcionar recursos adicionales a quienes enfrentan desventajas particulares para propiciar que tengan las mismas oportunidades de desarrollo que los demás.
¿Cómo trabajar para lograr un desarrollo social inclusivo?
El desarrollo social inclusivo es un objetivo que requiere del compromiso y la colaboración de gobiernos, organizaciones, comunidades y ciudadanos individuales. Algunas formas de trabajar para promover el desarrollo social inclusivo pasan por:
Políticas y leyes inclusivas
Crear e implementar leyes que protejan los derechos de las personas y promuevan la igualdad de oportunidades es una de las labores cruciales que deben desempeñar los gobiernos para promocionar el desarrollo social inclusivo.
Organismos como la Organización de las Naciones Unidas (ONU) proporcionan orientación y estándares internacionales en este sentido.
Educación inclusiva
La educación es un pilar fundamental para el desarrollo social inclusivo. Las escuelas y las instituciones educativas deben adoptar enfoques integradores que atiendan las necesidades de todos los estudiantes, incluyendo aquellos con necesidades especiales.
La Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) ofrece recursos y directrices sobre educación inclusiva. En España, el Ministerio de Educación y Formación Profesional ofrece información y pone a disposición de los interesados toda una serie de recursos y guías sobre educación inclusiva.
Acceso a empleo y oportunidades
Las empresas y, en general, los agentes responsables de la generación de empleo juegan un papel muy importante en la promoción de la inclusión social. El mundo laboral es el más decisivo entre todos los ámbitos sociales en lo referido a producir o mitigar desigualdades, tal como recogen varias publicaciones de CEPAL, la Comisión Económica para América Latina y el Caribe de Naciones Unidas.
Generar empleos productivos y oportunidades de trabajo en condiciones dignas, así como mejorar las remuneraciones reales y la cobertura y características de la protección social de los trabajadores son los mecanismos que posibilitan mayor bienestar social a los trabajadores. Por el contrario, la falta de acceso a puestos de trabajo de calidad resulta determinante en los índices de pobreza y desigualdad social.
Avance hacia la salud universal
La pandemia de COVID-19 ha puesto de manifiesto la manera en que la salud promueve el desarrollo social inclusivo, puesto que solamente poblaciones sanas pueden lograr el potencial de sus capacidades.
Garantizar el derecho de las personas a una asistencia sanitaria universal es clave para avanzar en el desarrollo social inclusivo. En este aspecto, CEPAL, en uno de sus seminarios, planteó la necesidad de remodelar los sistemas de salud para caminar hacia el acceso y la cobertura universal desde un enfoque de derechos y por medio de una estrategia de atención primaria de salud, APS. Este sistema debe responder a las necesidades específicas de las personas y aumentar el gasto en salud pública.
Agua y saneamiento
Garantizar la disponibilidad, el acceso y la gestión sostenible del agua y del saneamiento para todas las personas es otro de los requisitos del desarrollo social inclusivo.
En julio de 2010, la Asamblea General de Naciones Unidas reconoció el acceso básico al agua y el saneamiento como un derecho humano y este reconocimiento tiene relación directa con la condición del agua como bien público.
Por lo tanto, es fundamental que los gobiernos y organismos competentes pongan en marcha políticas en pro de garantizar este derecho a toda la ciudadanía.
Trabajar juntos para promover la inclusión social es una responsabilidad compartida que requiere el compromiso de todos. Al adoptar políticas inclusivas, fomentar la educación integradora, brindar igualdad de oportunidades y celebrar la diversidad, es posible avanzar hacia un futuro más inclusivo y justo para todos.
Para quienes deseen desarrollarse profesionalmente en este área, existen estudios específicos como el Máster en Cooperación Internacional online de UNIR, que tiene como prioridad desarrollar los conocimientos, habilidades y competencias de sus alumnos en función de la demanda del mercado laboral.
