Como coordinador y profesor del Grado de Música de UNIR, Alfonso Elorriaga comparte sus conocimientos y pasión por la música con decenas de universitarios. Pero en su día a día también protagoniza su particular 'Los chicos del coro'. El 17 de marzo todo ese trabajo e ilusión tuvieron su recompensa: el Doctor Elorriaga fue de nuevo galardonado como Mejor Dirección de Coros de Madrid en la modalidad de Excelencia. Hoy Alfonso nos cuenta la experiencia en Vive UNIR.
Era el Día D y la hora H. La final de la XI Edición del Certamen de Coros de la Comunidad de Madrid y 500 asistentes abarrotaron el salón de actos de la Escuela de Ingenieros de Caminos de la UPN. Tras pasar una fase previa con 70 coros participantes, los ganadores saldrían de los 10 grupos de ‘elegidos’, tres de primaria, tres de secundaria, más cuatro de ‘Excelencia’, y entre estos últimos el coro dirigido por Alfonso Elorriaga, del IES Francisco Umbral de Ciempozuelos, y bautizado con el nombre de “Voces para la convivencia”.
El coro del profesor de UNIR interpretó en la final un “repertorio ecléctico”, con un arreglo coral de “Radioactive” de los Imagine Dragons, una pieza renacentista del compositor inglés Thomas Morley, llamada “April is in my mistress face” (un madrigal amatorio); y un góspel tradicional, “Elijah Rock”, en un arreglo de J. Hairston. Y se reservó una última carta. “La sombra de mi alma”, de Adelino Barrio, con letra de FG Lorca.
Finalmente el Doctor Elorriaga recibió el premio a Mejor Dirección de la mano de la Viceconsejera de Educación, Juventud y Deportes, Alicia Delibes Liniers. Sus chicos en cambio se tuvieron que conformar con un segundo puesto en la categoría de Excelencia. Aún así todo un reconocimiento del que están orgullosos y agradecidos.
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¿Qué consejo darías a los alumnos de UNIR que quieran ser directores de coro u orquesta en un futuro o qué quieran dedicarse a la docencia de la música?
Que nunca se arrepentirán de haber tomado esta decisión, si realmente sienten la necesidad de compartir su vocación con los demás de una forma sincera. La música nos acerca al misterio de la unidad de la vida y esto es algo realmente impresionante, formidable. Compartir esta experiencia con los demás merece mucho la pena porque te hace profundizar en la esencia de uno mismo, del ser. Es una experiencia única, fraternal, mágica.
¿Qué ha supuesto este premio tanto personalmente como para sus alumnos?
El reconocimiento a tantas y tantas jornadas de trabajo, esfuerzo y dedicación. Sobre todo, supone también la constatación de que con ilusión , trabajo inteligente y paciencia, se pueden conseguir grandes metas. Esto, educativamente hablando, es una experiencia formidable para los alumnos.
¿Por qué el nombre de “Voces para la convivencia”?
Porque este proyecto nació con la idea de ser una herramienta para demostrar a el tremendo poder social de las enseñanzas artísticas en general, y de las escénicas en particular. El coro siempre ha sido un proyecto inclusivo, desde su comienzo.
¿Y cuánto habéis tenido que ensayar para el Certamen?
Ensayamos una vez a la semana, combinando una parte por cuerdas y otra juntos. Estos ensayos se ven reforzados por encuentros ocasionales de fines de semana
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¿Por qué recomendarías el Coro como actividad extraescolar para alumnos de primaria/secundaria?
Porque la educación artística despierta tus sentidos, te hace más sensible, desarrolla tu empatía, te socializa y además te brinda la oportunidad de crearte una identidad estética personal, algo realmente valioso que los jóvenes llegan a apreciar y a incorporar en su personalidad. De esto se trata, de enseñarles a descubrir y profundizar en su humanidad por medio de la búsqueda de la belleza del sonido
¿Y cuáles son las cualidades que un director de coro debe reunir?
Cuando un director de coro trabaja de forma escolar, con niños o adolescentes, creo que es más correcto hablar de “educador coral”, ya que el objetivo principal de la actividad es el desarrollo del sentido estético de los alumnos en relación al desarrollo global de su personalidad. En este sentido, creo que un buen profesor debe ser ante todo, humano. Debe empatizar con sus alumnos, observarles, descubrir sus necesidades, y enseñarles a descubrir su voz, para que puedan identificarse con ella e incluir esta identidad vocal en su estructura psíquica personal.
Ser docente requiere una vocación total, pero si encima es de música… Tiene que tener algo más
Un profesor de música debe saber que la pedagogía musical se estudia como una ciencia pero se practica como un arte, el arte de llegar a los corazones de tus alumnos por medio de la música. Además de esto, creo que es importante la formación técnica especifica, por supuesto, en concreto un conocimiento profundo de los aspectos fisiológicos, psicológicos y sociales derivados del desarrollo laríngeo durante la pubertad. Pero en cualquier caso, sin empatía, sin diálogo, sin compartir significados y afectos, no hay educación posible, porque no hay vida. Educar es compartir, es aprender a ser.
