La Escuela Superior de Ingeniería y Tecnología (ESIT) y la Real Sociedad Matemática (RSM) impulsan un acuerdo para promocionar actividades conjuntas que aúnen conocimiento y experiencia matemática
Ciencia, Tecnología, Ingeniería, Arte y Matemáticas. Ramas del conocimiento cuyas siglas inglesas conforman un acrónimo cada vez más de moda. STEAM. Un nuevo modelo de aprendizaje que busca integrar las cuatro disciplinas para fomentar la búsqueda de soluciones diversas a un único problema y que cada vez cuenta con una mayor demanda de profesionales. No en vano, un análisis de 2016 de Randstad Research estimaba que, hasta 2021, la digitalización generará 1.250.000 empleos. Entre ellos, profesionales de seguridad de datos, información, redes y seguridad en la nube.
Pero no solo en el mundo empresarial escalan posiciones. También lo hacen en el académico y, en concreto en UNIR, cobran cada vez más protagonismo gracias a la implicación de la Escuela Superior de Ingeniería y Tecnología (ESIT), que a lo largo de los últimos años está potenciando estos perfiles. No solo con las nuevas titulaciones, sino también con el enfoque dado a las ya existentes.
Dentro de esta dinámica se enmarca el reciente acuerdo suscrito con la Real Sociedad Matemática Española (RSME) que pretende promocionar actividades conjuntas dentro del ámbito STEAM y en las que se pongan en valor el conocimiento y la experiencia matemáticos de ambas instituciones. Es el caso de la realización de cursos, jornadas, seminarios y conferencias, el desarrollo de programas de investigación y divulgación y la organización de un concurso público con premios a los mejores trabajos de Grado y Máster.
Más cerca de las aplicaciones reales
“LA RSME es una institución de referencia estatal y mundial en el ámbito de las matemáticas, por lo que para UNIR supone la puesta en el mapa matemático universitario y le proporciona una amplia visibilidad dentro de la comunidad científica”, razona Íñigo Sarría, director del área de Ciencias de la Computación y Tecnología de la ESIT. Para él, pese a conformar la última letra de STEAM, las Matemáticas resultan vitales, puesto que aportan a dichos perfiles “la capacidad de abstracción, la algoritmia necesaria para descomponer un problema y la búsqueda de la eficacia y eficiencia, lo que facilita optimizar las posibles resoluciones de un problema en base a unos criterios predefinidos”.
Y, como todo en la actualidad, ellas también se han visto revolucionadas con el boom de los datos y, sobre todo, el Big Data. Hace tan solo unas décadas esta materia era percibida como algo “abstracto, teórico y carente de aplicación en el mundo real”, reconoce Sarría. Ahora, sin embargo, se han acercado a las aplicaciones reales de un modo más visible y generan una mayor atracción de estudiantes.
“Belleza” de los resultados teóricos
Otro de sus atractivos lo constituye el hecho de que suponen una de las profesiones con un menor desempleo en todo el espectro laboral. Por ello gana adeptos, especialmente entre los universitarios, si bien aún hay trabajo de concienciación por hacer en Primaria y Secundaria. “Pero sin duda se ha convertido en el objetivo de muchos alumnos para su futuro profesional”, recalca el docente de UNIR, quien destaca que también la brecha de género “no es tan pronunciada dentro de este ámbito y, aunque aún queda mucho por hacer, se está acortando”.
Sea como fuere, si de matemático estadístico, computacional o matemático en su rama más pura hablamos, Sarría asegura que todos ellos requieren de una amplia formación teórica y práctica para optar a puestos STEAM. “Es muy necesaria dicha formación en conceptos abstractos para poder ‘amueblar’ el cerebro con ese prisma para que en su futura profesión sea capaz de ver desde una ‘atalaya’ el problema sin hacer tanto hincapié en el caso particular”, concluye, no sin olvidarse de poner el acento en “la belleza” de los resultados teóricos, “tan necesarios para después poder plasmarlos en alguna aplicación”.
