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El Trabajo Social forense y el rol del trabajador social en este ámbito

La aplicación de esta disciplina en el ámbito judicial busca aportar la perspectiva social en situaciones susceptibles mediante la realización de un informe pericial social por parte del trabajador social.

La figura del trabajador social en el ámbito de la justicia se ha ido consolidando.

El inicio del trabajo social forense en España se sitúa en la década de los años ochenta, concretamente a partir de la entrada en vigor de la Ley 30/81 de 7 de julio, conocida como Ley de Divorcio.

En este contexto de cambios sociales, los Juzgados de Familia necesitaban profesionales especializados en familia e infancia que les asesorasen y velasen por el cumplimiento del régimen de visitas entre progenitores e hijos en caso de divorcio. De esta forma, surgen los primeros equipos psicosociales formados por psicólogos y trabajadores sociales en los Juzgados de Madrid y Barcelona, auspiciados por la Ley Orgánica 6/1985 del Poder Judicial, que contemplaba la contratación de profesionales que apoyasen a la administración de justicia desde sus propias disciplinas.

En un primer  momento, estas prácticas se empleaban en casos de abuso de menores por parte de sus progenitores, así como negligencias que se producían por cuidados inadecuados frente a sus necesidades de desarrollo. Poco a poco, la figura del trabajador social en el ámbito de la justicia se ha ido consolidando y en la actualidad es un actor clave en los procedimientos judiciales, ya que, por un lado, ofrece información y asesoramiento a jueces y fiscales y, por otro, apoya y acompaña a las personas y familias inmersas en un proceso judicial.

En este sentido, los profesionales del Trabajo Social llevan a cabo una práctica especializada que pone el foco en la relación entre los aspectos legales y el sistema de servicios sociales. La función de los trabajadores sociales consiste en intervenir en los procesos judiciales con el objetivo de realizar un dictamen pericial donde se recogen los hechos y circunstancias de personas o grupos —así como el  contexto donde ocurren— para ser verificados, interpretados y valorados por el órgano judicial competente. El campo de actuación,  cubre diferentes  ámbitos como, por ejemplo, la protección de menores en casos de violencia de género, la formalización del sistema de apoyos para las personas con discapacidad o el trabajo en los Juzgados de Vigilancia Penitenciaria.

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Objetivos y aplicación del trabajo social forense

En la práctica, el trabajo social forense tiene dos objetivos principales: en primer lugar, ofrecer una perspectiva biopsicosocial de las personas o grupos con los que se interviene y, en segundo, realizar el informe  pericial social.

Para cumplir estos objetivos, la aplicación del trabajo social forense pasa por las siguientes fases:

     1. Acercamiento a la situación objeto de intervención.

Inicialmente, se realiza la exploración previa de los antecedentes del caso, se revisa la documentación, y se lleva a cabo la intervención por parte de otras instituciones con los implicados.

      2. Evaluación preliminar con las partes.

Durante esta segunda fase tienen lugar las entrevistas forenses, es decir, el profesional se reúne con todas las partes involucradas, en una o varias sesiones, para registrar las actitudes y comportamientos que se visibilizan durante el proceso de investigación.

      3. Fase analítica y planteamiento de hipótesis.

En función del resultado de las entrevistas se procede a la elaboración de las hipótesis que arrojarán diversas respuestas a las preguntas planteadas en el conflicto, de manera que expliquen las causas del mismo. Según Montero y Santamaría (2016) el planteamiento de hipótesis de trabajo se realiza en la primera fase.

       4. Planificación.

El principal objetivo de esta etapa es diseñar cómo va a ser la intervención, desde la recopilación de información hasta las posibles visitas. Por ejemplo, al colegio en casos de menores o al centro de salud si se trata de una mujer víctima de violencia de género.

        5. Elaboración del peritaje social.

La fase final de la intervención del trabajador social acaba con la realización del informe pericial social, el cual consiste en la sistematización de los datos recabados de forma objetiva y poniendo en valor las variables evaluadas.

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Figura del trabajador social forense

Los profesionales de esta disciplina pueden ejercer su labor en el área judicial desde el ámbito público o privado. En el ámbito público llevan a cabo su trabajo en juzgados de familia, menores o violencia de género, entre otros.

Para ello, es imprescindible contar con la  titulación de Grado en Trabajo Social online y aprobar la oposición del Ministerio de Justicia. Además, en aquellos casos en los que no está presente la figura de un trabajador social, los jueces, fiscales, abogados o procuradores pueden recurrir al Listado de Peritos público elaborado por los órganos colegiados de cada provincia y que se actualiza anualmente, en cumplimiento con la Ley de Enjuiciamiento Civil del año 2000.

Este Listado también está a disposición de aquellos particulares que, desde el ámbito privado, deseen contratar los servicios de un trabajador social altamente especializado para que aporte su opinión acreditada e independiente sobre un tema.

En definitiva, el trabajo social forense orienta su práctica a favorecer que los procesos judiciales tengan en cuenta una visión holística de la situación socio-familiar de las personas y grupos con los que interviene, cumpliendo los principios de esta disciplina de justicia e igualdad.

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