La antropóloga riojana Isabel Martínez Álvarez, Coordinadora de Tutorías y de Atención y Seguimiento al estudiante en UNIR México, ha sido la protagonista del último 'Riojanos por el mundo' publicado por Diario LA RIOJA.
La antropóloga riojana Isabel Martínez, y Coordinadora de Tutorías y de Atención y Seguimiento al estudiante en UNIR México, ha sido la protagonista del último ‘Riojanos por el mundo’ publicado por Diario LA RIOJA. A continuación reproducimos el reportaje.
Antropóloga a distancia
Isabel Martínez Fernández -Logroñesa en Ciudad de México
Asegura Isabel Martínez, logroñesa de 36 años, que, «aunque soy de dos pequeños pueblos: Cañas y Badarán, este hecho no ha impedido que me haya adaptado a una de las ciudades más grandes del mundo, Ciudad de México».
Licenciada en Historia y doctora en Antropología Iberoamericana por la Universidad de Salamanca, Isabel realizó investigaciones etnográficas en áreas rurales del Altiplano central mexicano y del nordeste brasileño durante siete años. Pasado ese tiempo afirma sentir «la necesidad de regresar a España, y en concreto a La Rioja, para observarla con admiración y comprobar lo afortunados que somos de vivir en un lugar tan rico».
Aquí comenzó a trabajar en la UNIR, gracias a lo cual regresó a México, para poner en marcha allí el departamento de Tutorías. Confiesa que «hay días en los que me pregunto qué hace una chica de pueblo en esta gran ciudad», pero reconoce sentirse «muy a gusto» con el trabajo que está desempeñando y asegura que «los mexicanos nos tratan muy bien».
«Tengo claro que he venido para llevar a cabo un proyecto durante un periodo determinado, aunque México es un lugar que me atrae. No obstante, después de vivir en varios lugares te convences de que en La Rioja se vive muy bien», dice Isabel.
El país centroamericano, no obstante, no deja de sorprenderla. «La misma Ciudad de México contiene muchos ‘mundos’ y muy diferentes entre sí», explica, resaltando que «existen muchos aspectos que compartimos pero hay detalles que te evidencian un pasado y presente indígena que te maravillan». Por ejemplo, muchos pueblos mexicanos profesan culto a los cerros, volcanes y otros elementos de la naturaleza porque los consideran seres vivos.
Si hay que poner una pega, Isabel apunta una que no tiene remedio: «Lo que no me gusta de México es que esté tan lejos de mi tierra». Allí añora «la tranquilidad de poder salir a cualquier hora a la calle, andando con absoluta seguridad» y, desde la distancia, destaca «nuestros sistemas educativo y sanitario». Pero, para Isabel Martínez, hay algo que une a México y La Rioja: «La comida es muy sabrosa, así como el carácter agradable y hospitalario de la gente. Tenemos mucha historia y elementos culturales que compartimos».
También relata una anécdota: «Realizando trabajo de campo en una comunidad rural asentada en las faldas del volcán Popocatépetl me indicaron la presencia desde el siglo XVI de un rancho llamado Santa Cruz de Rioja, que dio nombre al río Rioja. Y yo creía que era la primera riojana que llegaba a ese lugar…».
