Una docena de expertos participa en un foro organizado por la Universidad Internacional de La Rioja para ahondar en el presente y futuro de esta materia
Apunta maneras para convertirse en el mayor reto tecnológico de la Historia. La rapidísima explosión de la Inteligencia Artificial (IA) en todas las áreas de actuación del ser humano ha generado incertidumbre en muchos sectores sobre el mejor modo de aplicar esta transformación digital y sus repercusiones. Uno de esos campos es el de las empresas y las diferentes áreas de negocio dentro de las organizaciones. Los retos y oportunidades existentes en este sector han protagonizado un interesante encuentro en la Universidad Internacional de La Rioja (UNIR) que ha reunido a más de una docena de expertos en Inteligencia Artificial.
El foro, organizado por el Centro de Estudios Avanzados de UNIR, ahondó en la sabiduría digital al servicio del negocio y estuvo presidido por uno de los consejeros de la Universidad, Pablo Pastor, y el director de la Escuela Superior de Ingeniería y Tecnología, Rubén González, quien calificó el curso PDP en Inteligencia Artificial de UNIR como “la guinda del pastel para que los grandes empresarios de España puedan aportar y conseguir que sea una herramienta útil para la sociedad”.
Y lo hizo ante responsables y directivos de destacadas empresas. Como Joan Clotet, Talent Innovation Manager de Ferrovial, quien destacó que tan potente compañía está invirtiendo en el campo de la analítica avanzada “para que en 2020 los directivos de RRHH de los diferentes negocios de Ferrovial tengan un cuadro de mando robusto que conecte la gestión con datos de negocio, dispongan de evidencias que soporten la toma de decisiones y ahonden en el terreno predictivo; por ejemplo, anticipando variables como el absentismo o explorando las posibilidades de este campo en la prevención de accidentes”.
Juan de la Peña, dedicado al desarrollo de negocio e innovación en Siemens España, reconoció que en su compañía “estamos obsesionados por aplicar algoritmos complejos para que las máquinas y motores se adapten a las condiciones del momento y también a los edificios inteligentes”. El director de la consultoría tecnológica Atmira, Manuel Rodríguez, desveló que, cuando de IA se trata, ellos la ligan “al ámbito de la innovación, por ejemplo a la hora de tomar decisiones para la aplicación de deuda o la evolución del asesor virtual”.
El futuro es de las empresas tecnológicas
También José Luis Calvo, Head of Technology Innovation Center de Mapfre, aportó que los modelos predictivos los utiliza “cualquier aseguradora para las cláusulas de riesgo y temas de fraude” y alertó de que la empresa “que no se convierta en tecnológica no sobrevivirá”. Con él coincidió Eduardo Fernández, managing director de Isban-Santander Group, al señalar la importancia de crear una banca abierta “porque el que no sea tecnológico va a morir, se necesita un cambio de paradigma”, constató. Por su parte, Alejandro Arroyo Mir, director de transformación del Grupo Santander, hizo hincapié en el reto cultural que implica la IA “y en ver cómo gestionamos el cambio, porque nuestra inquietud es incorporarlo en el día a día” y Fernando Pavón, socio director de Gamco, pronosticó que la Inteligencia Artificial será clave “para todo el mundo de aquí a diez años”.
El catedrático de Ingeniería del Software e Inteligencia Artificial de la Universidad Complutense, Juan Pavón, consideró de gran interés “la comunicación social porque, a otro nivel, se están integrando máquinas con personas en situaciones híbridas y al final las máquinas condicionan los cambios sobre el trabajo”. Carlos Valbuena, de Prospectiva e Innovación en el área digital de Verti, abogó por “saber ser inteligentemente humano en el uso de esa Inteligencia Artificial” y unirla con las necesidades del negocio, para lo cual, en su caso resulta clave “convencer al teleoperador de que estas herramientas no vienen a quitarle el puesto, sino a hacerlo mejor”.
Para el consultor estadístico independiente y científico de datos Carlos Gil, resulta vital el ser conscientes de que “somos las personas las que enseñamos a las máquinas, porque se cree que la tarea de cuantificar los datos se puede automatizar”. Su postura fue refrendada por Javier G. Recuenco, director de estrategia de Singular, quien reconoció que las grandes compañías tienen “síndrome de Diógenes con los datos, es el punto flaco de la Inteligencia Artificial, porque tenemos millones de datos y el 50% no sirve para nada, mientras que el 80% de los datos necesarios para hacer predicciones correctas no están en el sistema” denunció antes de insistir en que la parte humana “está miserablemente descuidada”.
Falta pedagogía y divulgación
La Scientific Director, Multimedia and Data Mining & User Modeling Nuria Oliver desveló cómo se pueden aprovechar los datos generados por humanos, por ejemplo en casos de pandemia o desastre natural, “para extraerlos y analizarlos para las instituciones y organismos”.
Por su parte, el profesor, abogado, consultor, experto en Derecho y Estrategia Digital, Borja Adsuara, llamó la atención sobre dos cuestiones concretas. La primera, la falta de pedagogía y de divulgación “porque en la calle todas estas cuestiones suenan a chino”. Y la segunda, la escasa preparación de las empresas para hacer frente al Reglamento Europeo de Protección de Datos que se aplicará en mayo de 2018. “No estáis haciendo nada, seremos como los malos estudiantes que esperarán al final, se aplicarán sanciones y se oirán los llantos y el crujir de dientes”.
Enrique Herrera, catedrático de Ciencias de la Computación e Inteligencia Artificial de la Universidad de Granada, fue el último en intervenir y lanzar un mensaje optimista sobre el futuro de la IA, “un campo apasionante porque puede dar soluciones a muchos problemas y para ello hay que generar ideas”. En ese sentido, la consultora y periodista especializada en tecnología, Soraya Paniagua, consideró de suma importancia la difusión de estas cuestiones de forma didáctica para el público en general.
