Óscar Fernández León, director del nuevo Experto Universitario en Técnicas de Litigación en Juicio, explica las cualidades que debe de tener un buen letrado, la importancia de la litigación o el futuro de la profesión.
“El abogado deberá servirse de las técnicas estratégicas de litigación, que comprenden los procesos de comunicación y argumentación seguidos por el abogado antes, durante y después del juicio”, asegura Óscar Fernández León, director del nuevo Experto Universitario en Técnicas de Litigación en Juicio puesto en marcha por UNIR. Abogado, especialista en habilidades profesionales del abogado […]“El abogado deberá servirse de las técnicas estratégicas de litigación, que comprenden los procesos de comunicación y argumentación seguidos por el abogado antes, durante y después del juicio”, asegura Óscar Fernández León, director del nuevo Experto Universitario en Técnicas de Litigación en Juicio puesto en marcha por UNIR. Abogado, especialista en habilidades profesionales del abogado y autor de nueve libros sobre práctica profesional, Fernández León explica las cualidades que debe de tener un buen letrado, la importancia de la litigación o el futuro de la profesión.
– Experto en Litigación: ¿por qué es importante la Litigación?
Todo abogado que defiende un caso en juicio tiene establecida una estrategia que le va a guiar durante el desarrollo del proceso y que podríamos llamar línea de defensa, argumentación, teoría del caso, etc. Dicha estrategia constituye la visión que da sentido tanto a los hechos de la historia que se presenta ante el juez como a la teoría jurídica en la que se apoya, hasta tal punto, que dicha historia será la base de la prueba y argumentación jurídica del juicio. Pues bien, una vez intervenimos en sala, el abogado deberá presentar su caso ante el juez como el más creíble y fundamentado en derecho, y para ello tendremos que presentar la prueba y exponer nuestras conclusiones de forma coherente con nuestra estrategia.
Para lograr dicho objetivo el abogado deberá servirse de las técnicas estratégicas de litigación, que comprenden los procesos de comunicación y argumentación seguidos por el abogado antes, durante y después del juicio, en los que empleando contenidos procesales y materiales y técnicas importadas de la oratoria, psicología forense y otras disciplinas, transmitirá la credibilidad de su pretensión sabiendo cómo realizar un interrogatorio y un contrainterrogatorio eficaz, presentando el resto de la prueba, y exponiendo un alegato persuasivo.
Por lo tanto, para conseguir transmitir más eficazmente su visión en sala, el abogado deberá dominar determinadas técnicas de litigación.
– ¿Por qué es necesario potenciar la oratoria en un abogado? ¿Y en el resto de profesiones?
Las funciones del abogado son dar consejo legal, mediar y defender en juicio, actividades que requieren un dominio de la comunicación oral, la cual se materializa a través del lenguaje verbal y no verbal; y es precisamente en la forma de comunicar donde la oratoria entra en juego, pues si sabemos transmitir de forma eficaz, lograremos los objetivos que persiguen las funciones antes mencionadas. Centrándonos en el litigio, una buena oratoria va a ayudar al abogado a interrogar eficazmente a las partes, testigos y peritos, y a exponer sus conclusiones de forma que puedan persuadir y convencer al juez.
Ni que decir tiene que, hoy por hoy, la oratoria juega un papel fundamental en la mayoría de las profesiones, pues comunicar bien es, en definitiva, el sentido y fin de la oratoria.
– Se dice que en muchas ocasiones un abogado tiene que sacar sus artimañas ¿Cuáles crees que son los adjetivos de un perfecto abogado?
Fruto del contexto en el que trabajan, en el que la contradicción es constante, los abogados han desarrollado una capacidad de atención extraordinaria, lo que les permite disponer de innumerables recursos que difícilmente veremos en otras profesiones. Por ello, el buen abogado, sabe reaccionar y emplear dichos recursos en el lugar y momento oportuno. Ahora bien, lo de las artimañas es una cuestión peyorativa que procede del ideario popular y que, hoy en día, está más que superado, pues poco recorrido tendrá el abogado que emplea en su actividad triquiñuelas que van contra el principio de honestidad y buena fe que inspira nuestra actividad.
Enlazando con lo anterior, el abogado perfecto, sería aquel que dispusiera de unos conocimientos extraordinarios del derecho sustantivo y procesal y los combinara con virtudes como la constancia, disciplina, paciencia, prudencia, inteligencia emocional (autoconocimiento, empatía, capacidad social y autocontrol), proactividad, humildad y un sinfín de habilidades necesarias para interactuar en el complejo contexto que desarrollamos nuestra labor.
– ¿Qué les dirías a los recién estrenados abogados en sus primeras veces que van a sala?
Lo primero, que mucho ánimo para afrontar uno de los momentos más bonitos de la profesión, pues a pesar del nerviosismo y tensión, si el caso se lleva bien preparado (que seguro que se llevará) el abogado novel saldrá muy satisfecho del envite y con la confianza renovada. En cualquier caso, es fundamental practicar las técnicas para aminorar el temor escénico (que trataremos especialmente en el curso).
– ¿Cómo ves al abogado del futuro? (¿Cómo ves la profesión de abogado en unos años?)
Actualmente estamos viviendo un proceso de transformación permanente en nuestra actividad profesional, y ello debido al impresionante cambio tecnológico que se está produciendo en nuestra sociedad, que, como es lógico, repercute directamente en nuestra forma de ejercer. Este cambio es tan constante, que es difícil prever cómo será la actividad del abogado en unos años. No obstante, creo que el abogado del futuro verá como los cambios tecnológicos alterarán sustancialmente (como ya está ocurriendo) su forma de trabajar, si bien deberá mantener su esencia, es decir, los principios esenciales que constituyen el anclaje de su profesión (independencia, lealtad, honestidad, secreto profesional, etc.). Igualmente, el abogado será un profesional más completo, en el que compaginar de forma natural su actividad de abogado con la de empresario que lidera, planifica, ordena y controla su negocio, sin olvidar una alta capacidad comercial y de relación ni el dominio de otros idiomas.
El experto en Litigación encuentra su verdadera fortaleza en que constituye el fruto de la experiencia de abogados litigantes que, tras una dilatada carrera profesional, pretenden transmitir conocimientos prácticos vinculados al proceso que discurre desde que el cliente contacta con el abogado hasta que se dicta la sentencia”
– ¿Cómo es el día a día de un abogado? Háblanos de tu día a día
Esta cuestión, aparentemente sencilla, es ciertamente compleja de responder, pues no existe uniformidad en las tareas que realizan todos los abogados, sino que difieren debido a múltiples factores que van desde el tipo de actividad que suelen desarrollar (consejo legal, negociación o defensa en juicio) hasta la especialidad (penal, civil, laboral, etc…), sector de actividad (bancario, minero, etc…), tipo y dimensión del despacho, etc… Por esta razón, la jornada de dos abogados puede ser completamente diferente.
En mi caso, podría resumirlo citando las actividades más habituales: estudio de los asuntos, intervención en juicios, asistencia a notarías, registros, etc., reuniones con clientes y con los compañeros de despacho (trabajo en equipo) y, no podía faltar, la dirección y gestión del despacho.
– ¿Cómo es de importante la marca personal del abogado? Háblanos de ello
Como señala Jeff Bezos marca personal es “lo que la gente dice de ti cuando no estás presente”, es decir, lo que proyectamos a los demás como consecuencia de nuestros valores, principios, cualidades, etc.
Naturalmente, el abogado, al interactuar proyecta esas cualidades y va creándose una marca personal como profesional, lo cual a medio plazo ya tendrá una influencia decisiva en nuestras relaciones con terceros: compañeros, clientes, jueces, etc., por lo que es fundamental que la cuidemos y mimemos, ya que de ser positiva, nos dará grandes satisfacciones y recompensas; de lo contrario, se aventura un corto y tortuoso camino para el abogado.
Señalar que la marca personal, también puede ser un atributo del propio despacho como entidad diferenciada.
– ¿Cuáles son los puntos fuertes del Experto en Litigación de UNIR? ¿qué van a encontrar los alumnos en este título?
El experto en Litigación encuentra su verdadera fortaleza en que constituye el fruto de la experiencia de abogados litigantes que, tras una dilatada carrera profesional, pretenden transmitir conocimientos prácticos vinculados al proceso que discurre desde que el cliente contacta con el abogado hasta que se dicta la sentencia, recorrido en el que se abordarán materias exclusivamente prácticas como las relaciones con el cliente y su preparación, la negociación, los interrogatorios, el informe oral, etc. todo ello revestido con conocimientos de oratoria y técnicas de litigación.
Personalmente, para mí es una satisfacción plantear el curso con estos contenidos, pues refleja la imagen que mantengo del abogado litigante: estudioso, responsable, emocionalmente inteligente, hábil, ingenioso y cautivador en sala.
– ¿Para qué les sirve? ¿a quién va dirigido?
Sencillamente, para ser mejor abogado litigante, es decir, para preparar, planificar y ejecutar la estrategia de defensa del caso de la forma más eficaz y solvente, lo que permitirá al abogado no solo obtener mejores resultados, sino ganar en autoestima profesional y conseguir disfrutar litigando, pues aunque suene extraño, el buen abogado litigante disfruta cuando interviene en sala.
¿A quién va dirigido? Pues yo diría que tanto al estudiante que desea ejercer la abogacía como a los propios abogados y graduados sociales que pretendan mejorar su perfil litigador.
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