Antonio Márquez Aguirre
Las metodologías activas consisten en una serie de estrategias y técnicas que buscan el aprendizaje efectivo de nuestro alumnado. Descubre cómo se articulan en el aula y que barreras de aprendizaje se encuentran.

¿Qué son las metodologías activas? ¿En qué consisten?
La pedagogía activa está en boca de todos en el ámbito docente y no es para menos. Su capacidad de combinarse con la tecnología nos ofrece una nueva realidad educativa que se ha transformado en los últimos años, poniendo al alumnado en el centro de la educación.
Entrevistamos a Antonio Márquez Aguirre, profesor del Máster en Metodologías Activas y Ecosistemas Digitales de Aprendizaje de UNIR, para conocer en detalle que son estas metodologías y su implicación en el aula.
¿Qué son las metodologías activas?
Cuando hablamos de metodologías activas aplicadas a la educación, nos referimos a una serie de conjuntos de técnicas y estrategias didácticas usadas con un fin educativo: conseguir el aprendizaje efectivo de nuestro alumnado. Pero ¿qué cambia con estas metodologías respecto a otras tradicionales o “no activas”?
Empecemos por una definición formal para entender mejor los principales rasgos que describen una metodología activa:
Una Metodología Activa es un proceso interactivo basado en la comunicación profesor-estudiante, estudiante-estudiante, estudiante-material didáctico y estudiante-medio, que potencia la implicación responsable de este último y conlleva la satisfacción y enriquecimiento de docentes y estudiantes (López, F. , 2005)
Como podemos comprobar, se destacan diferentes elementos que van a requerir una aproximación diferente, como son la comunicación, los roles, los materiales de clase y, al fin y al cabo, un cambio en el proceso de aprendizaje centrado en la enseñanza, a un aprendizaje centrado en el aprendizaje.
Es por ello por lo que estas metodologías ponen el foco en varios ejes fundamentales, como son la comunicación efectiva, la realización de actividades significativas, la participación activa en la clase (y también fuera de ella) y la autonomía en el aprendizaje de nuestro alumnado.
¿Cómo se articulan estos ejes?
En la mayoría de las metodologías activas, el alumnado juega un papel diferente; ya no es solo un receptor de información que atiende en clase y hace lo que se le pide. El alumnado es empoderado por su profesor o profesora para que pasen de un rol pasivo en clase a un rol mucho más activo, en el que el alumnado pasa a descubrir, a procesar, a aplicar y, sobre todo, a crear, pasando de una concepción de información o de aprendizaje a ser prosumidores de este proceso.
Todo esto se produce en gran parte a la labor inmensurable del profesorado que diseña y aplica diferentes actividades en las que se hace participe al alumnado de su propio aprendizaje y el de sus compañeros y compañeras. Para ello, se cuentan con actividades como, por ejemplo, generar debates, resolver problemas reales y cercanos a su realidad, presentar conclusiones y productos ante otras personas o trabajar en equipo con otros compañeros y compañeras de clase.
Son varias metodologías las que tienen en cuenta estos ejes que hemos mencionado, pero normalmente cada una de ellas hace foco o hincapié en aspectos muy diferentes, por lo que deberemos conocer muy bien tanto nuestra realidad como la de nuestro alumnado, así como nuestras propias capacidades para seleccionar si aplicar una u otra o varias a la vez.
¿Cuáles son las principales metodologías activas?
Seguramente haya algunas metodologías activas que, como docentes, ya conocemos o bien sabemos de algún compañero que las haya puesto en práctica. Las más conocidas son:
- Aprendizaje basado en proyectos
- Aprendizaje cooperativo
- Aprendizaje y servicio
- Aula invertida (o Flipped classroom)
- Gamificación
En cualquier caso, si tenemos interés en saber en qué consisten estas metodologías, es porque nos hemos encontrado con alguna barrera de aprendizaje en nuestras clases.
Barreras de aprendizaje
Algunas de esas barreras con las que nos encontramos a diario son, por ejemplo, las dificultades de aprendizaje que tiene nuestro alumnado: sus diferentes ritmos de aprendizaje, la falta de motivación, la falta de cohesión del grupo, la baja participación en clase, los malos resultados en las evaluaciones o la desconexión de nuestra asignatura con la realidad, entre otras.
Si te has encontrado con alguno de estos problemas en tu práctica docente, las metodologías activas pueden ser un potente aliado para abordar y resolver estas situaciones difíciles de abordar y con las que nos encontramos.
Descubrir, conocer y aplicar estas metodologías pueden ayudarnos a conectar mejor con nuestro alumnado, conseguir mejores resultados de aprendizaje, hacer que disfruten de nuestra asignatura y disfrutar también de nuestro trabajo. Por ese motivo, en UNIR, tenemos el Máster en Metodologías Activas y Ecosistemas Digitales de Aprendizaje, en el que ponemos el foco en ayudarte a superar estas barreras y hacer tu clase más eficiente y atractiva para tu alumnado.