Con motivo del Día Mundial del Maestro volvemos a publicar el reportaje realizado por UNIR en el que profesores de la pública, privada y concertada de todas las edades hablan sobre la figura del docente.
A sus 93 años, Teresa Pérez rememora sus años de maestra en una escuela pública en el barrio de los Pizarrales (Salamanca). “Tenía 72 niños en clase. Para organizarme, a los mayores les ponía problemas en clase y yo mientras trabajaba con los pequeños. Cuando acababan los problemas, venían a ayudarme con los pequeños”. Recuerda […]A sus 93 años, Teresa Pérez rememora sus años de maestra en una escuela pública en el barrio de los Pizarrales (Salamanca). “Tenía 72 niños en clase. Para organizarme, a los mayores les ponía problemas en clase y yo mientras trabajaba con los pequeños. Cuando acababan los problemas, venían a ayudarme con los pequeños”. Recuerda que “los padres de mis alumnos me quisieron mucho” y a los niños les animaba mucho. “En lugar de decirles “vas mal”, les decía “tienes que mejorar”.
Daniel Lucendo, profesor y defensor de la escuela pública, señala que “la relación fluida y amistosa entre padres y alumnos es un ingrediente importantísimo para el desarrollo educativo de los niños”. Para él, su mayor satisfacción es que sus alumnos le recuerden como un buen maestro, ponderado y justo. Destaca que es una profesión vocacional y en su opinión “durante muchos años hemos estado pidiendo a los alumnos mucho menos de lo que podían dar”.
Carmen Pascual dirige el colegio público Padre Coloma, un centro que tiene un 83% de alumnos inmigrantes de 27 países diferentes. La clave de los buenos resultados que consiguen es la motivación de sus profesores. “Cuanto más feliz es un profesor en su trabajo consigue que sus alumnos rindan más y mejor. La clave de un colegio no son los alumnos sino los profesores”, dice. Apunta que “cualquier profesor debe estar preparado para atender a alumnos con dificultades de idioma, dislexia, hiperactividad…”.
Noelia López, profesora y directora de educación primaria del colegio concertado Valdefuentes (Madrid), lleva 18 años dedicada al mundo de la enseñanza. En su opinión,”habría que replantearse los planes de estudio. Las universidades se centran mucho en la didáctica y la metodología pero estamos dejando aparte la cultura general. El objetivo no puede ser terminar los libros sino que el niño interiorice esos conceptos”. Para ella es fundamental que la familia trabaje en colaboración con el profesor.
Javier Acebes, profesor de primaria en el colegio privado San Patricio, también hace hincapié en lo vocacional de esta profesión y en la importancia de la formación continua para adaptarse a la realidad del aula. Por otra parte, también incide en el apoyo de las familias. “Si no hay un mensaje unificado entre familia y institución educativa no tiene lugar el hecho fundamental que es el educar al alumno en toda la extensión de la palabra.
Joaquin Ortiz estudió economía y en 3º de carrera se decidió por la ingeniería, un sector al que se dedicó durante 14 años. Descubrió entonces que quería ser maestro y se matriculó en el Grado de Educación Primaria por UNIR. “Es una profesión muy vocacional, tiene mucho ritmo, no paras desde el momento que entras en el colegio hasta que sales puesto que tienes a 25 personas a tu cargo”. Durante su formación en UNIR ha aprendido la importancia de la atención personalizada del alumno.
