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La depresión es una enfermedad mental caracterizada por un estado constante de tristeza y pesimismo. La OMS estima que más del 5 % de los adultos la padecen.
Al hablar de salud mental, la depresión destaca como uno de los trastornos psicológicos más comunes. Este problema afecta más a mujeres que a hombres y se puede presentar en cualquier ámbito de la vida. Su tratamiento está orientado a paliar y prevenir sus síntomas mediante el uso de diferentes terapias.
Para implementar correctamente estos tratamientos y acabar de forma eficaz con este y otros trastornos mentales, se necesita conocer y entender profundamente cómo trabaja y funciona el cerebro humano. Para ello, es conveniente estudiar un Grado en Psicología e, idealmente, un Máster en Psicoterapia, clave para poder aplicar un tratamiento utilizando terapias de tercera generación.
¿Qué es la depresión?
La OMS (Organización Mundial de la Salud) define la depresión como: “Una enfermedad común, pero grave, que interfiere en la vida diaria y la capacidad para trabajar, dormir, estudiar, comer y disfrutar de la vida. Es causada por una combinación de factores genéticos, biológicos, ambientales y psicológicos”.
El organismo internacional estima que más del 5 % de los adultos en todo el mundo padece este trastorno y afecta a todos los ámbitos de la vida, “incluidas las relaciones familiares, de amistad y las comunitarias”.
Diversos estudios apuntan que la depresión se diagnostica con más frecuencia en mujeres que en hombres. Además, esta enfermedad puede estar presente junto con otras dolencias y afecciones, como por ejemplo: cáncer, dolor crónico o enfermedades de corazón, entre otras, cuyo tratamiento médico ocasiona efectos secundarios que agravan los síntomas de la depresión.
Síntomas de la depresión
Los principales síntomas de la depresión son:
- Sentimiento persistente de tristeza, sensación de vacío y ansiedad.
- Falta de esperanza sobre el futuro y pesimismo.
- Dificultad para concentrarse o tomar decisiones.
- Sentir culpabilidad, impotencia o inutilidad.
- No dormir correctamente, tener insomnio o dormir en exceso.
- Apatía, pérdida de interés o placer por realizar actividades cotidianas.
- Falta de energía, cansancio acusado o fatiga.
- Sensación de intranquilidad, irritabilidad o frustración.
- Pérdida o aumento de peso, falta de apetito y problemas digestivos sin causa física aparente.
Cabe destacar que no todas las personas que padecen depresión presentan todos estos síntomas; hay pacientes que muestran algunos de ellos, como por ejemplo: la tristeza y la falta de apetito.
Causas de una depresión
La depresión es un trastorno que aparece por diversas causas:
- Eventos traumáticos. Hay personas que padecen depresión por haber vivido experiencias traumáticas, como un despido, la muerte de un ser querido, etc.
- Factores biológicos y genéticos. Donde se emplaza la depresión endógena, caracterizada por generarse dentro del cerebro del paciente sin que haya un desencadenante externo. Por ejemplo, los hijos de un padre con depresión tendrán más riesgo de padecer este trastorno, independientemente de factores educacionales o ambientales.
- Estilo de vida sedentario. La inactividad física reduce el equilibrio emocional y provoca un estado de ánimo bajo y, por ende, depresivo.
- El consumo de drogas o alcohol. Esta práctica altera de forma persistente y relevante el estado de ánimo del individuo.
- Enfermedades. Las personas con cáncer, diabetes o afecciones respiratorias, entre otras enfermedades, pueden sufrir depresión debido a la dificultad para gestionar el dolor y los efectos secundarios que provoca.
- Aislamiento social. Una de las causas principales de la depresión en ancianos, que se enfrentan a la soledad en su rutina diaria.
Tipos de depresión
Se diferencian dos tipos de depresión principales:
- Depresión mayor. Es aquella cuyos síntomas de tristeza, estado de ánimo depresivo o pérdida de interés, etc. se alargan durante dos semanas o más e interfiere en la vida cotidiana.
- Trastorno depresivo persistente. Se conoce a su vez como trastorno distímico, distimia o depresión crónica (por ser a largo plazo). Se refiere al estado depresivo con una duración de, al menos, dos años. En este proceso se combinan síntomas graves con otros de menor intensidad.
También, se incluye otro tipo de depresión, diferenciada por el momento en el que aparece:
- Trastorno afectivo estacional. Depresión que se padece con las estaciones del año. Generalmente, tiene su inicio en otoño o a principios del invierno y tiene su fin en primavera y verano. Aquí podría entrar la conocida como depresión navideña, un trastorno o estado de ánimo negativo que algunas personas sufren cuando llega la Navidad.
Tipos de depresión que afectan solo a las mujeres
- Depresión posparto. Tras dar a luz, hay mujeres que padecen depresión, la cual puede ser severa e incluir síntomas de depresión mayor.
- Trastorno disfórico premenstrual (TDPM). Estado depresivo que tiene lugar una semana antes de la menstruación y desaparece cuando esta finaliza.
Enfermedades relacionadas con la depresión
- Trastorno bipolar. Caracterizado por cambios extremos en el estado de ánimo en el que se incluyen episodios de manía (hiperactividad y euforia) y episodios depresivos graves.
- Depresión con características psicóticas. Representa un trastorno de depresión mayor grave y sucede cuando una persona tiene delirios o alucinaciones, al carecer de contacto con la realidad (psicosis).
Tratamiento de la depresión
Esta enfermedad requiere de una intervención eficaz, enfocada en paliar y disminuir sus síntomas. Generalmente, estos tratamientos consisten en aplicar terapias para la depresión, con las cuales se consigue mejorar la calidad de vida y el bienestar mental del paciente. Las más destacadas son:
- Terapias basadas en técnicas cognitivas-conductuales: con ellas se busca modificar la conducta teniendo en cuenta cómo la persona procesa la información, los mecanismos de afrontamiento que tiene, su autoconcepto, autoestima y creencias. Esta metodología analiza el contexto, frecuencia y consecuencias de los comportamientos problemáticos o los trastornos mentales con el fin de crear nuevos comportamientos.
- Terapias de resolución de problemas: esta terapia utiliza una serie de pasos para enseñar al paciente a enfrentar y resolver sus dificultades, lo que contribuye a aliviar los síntomas depresivos.
- Terapia interpersonal: esta técnica se enfoca en cómo los eventos interpersonales afectan el estado de ánimo. Su objetivo es mejorar las habilidades de comunicación, establecer redes de apoyo y fijar expectativas realistas, ayudando a las personas a manejar mejor las crisis y problemas que pueden causar o agravar la depresión.
En algunas ocasiones, estas psicoterapias se complementan con tratamientos farmacológicos, con los que se pretende regular la actividad de los neurotransmisores que intervienen en la depresión.