Carmen Escribano Muñoz
El cambio climático, la pérdida de biodiversidad y la contaminación son problemáticas mundiales que afectan a nuestro día a día y que requieren de una respuesta global y coordinada. Una realidad en la que la educación juega un papel esencial.

El desarrollo sostenible se presenta como la solución más urgente para proteger nuestro planeta y asegurar un futuro habitable para las generaciones venideras. En este contexto, la educación juega un papel fundamental en la construcción de sociedades sostenibles, pues formar ciudadanos conscientes y comprometidos con el desarrollo sostenible es esencial para abordar los desafíos globales y promover un cambio transformador hacia prácticas más respetuosas con el medio ambiente.
¿Qué es la Educación para el Desarrollo Sostenible (EDS)?
La Educación para el Desarrollo Sostenible (EDS) es un enfoque educativo que busca promover conocimiento, habilidades, valores y actitudes necesarias para construir un futuro sostenible, de alguna manera ayuda a sembrar conciencia ambiental desde edades tempranas.
La UNESCO respalda la integración de este enfoque en los currículos educativos y señala la importancia de preparar a los niños para comprender y abordar problemas globales, así como para participar de manera activa y responsable en sus comunidades y en la sociedad, en general.
¿Podemos integrar la Educación para el Desarrollo Sostenible en las aulas de Infantil y Primaria?
La curiosidad innata de los niños los hace especialmente receptivos a aprender sobre el medio ambiente. Aunque aún no poseen las herramientas conceptuales para abordar temas complejos, el papel del docente es fundamental para guiar esta curiosidad y sembrar las semillas de la sostenibilidad.
A través de actividades lúdicas y experiencias directas con el entorno natural, los niños desarrollan una comprensión intuitiva de conceptos como la biodiversidad, el reciclaje y la importancia del cuidado del agua. Al mismo tiempo, les permite reflexionar sobre su papel como miembros de una comunidad y desarrollar habilidades sociales y emocionales que les permitirán enfrentar los desafíos del futuro.
¿Cómo podemos llevar la EDS a las aulas?
- Introduciendo conceptos sencillos sobre el medio ambiente, la naturaleza, las estaciones del año, la importancia de cuidar el planeta: a través de juegos o canciones que tratan valores como la responsabilidad y el respeto hacia el entorno.
- Organizar actividades al aire libre para que los niños puedan explorar el entorno y tener experiencias directas en la naturaleza: por ejemplo, a través de excursiones que nos permitan observar plantas, animales y fenómenos naturales.
- Celebración de fechas como el día de la tierra o el día mundial del agua, el día de la paz: al realizar actividades especiales se convierten en actividades significativas que ayudan a concienciar a los niños a cuidar el planeta.
- Diseñar juegos y actividades que aborden temas concretos de los Objetivos del Desarrollo Sostenible (ODS), como puede ser la clasificación de residuos, el ahorro de energía, el uso responsable de los materiales y recursos del aula, del patio, etc.
- Invitar a expertos, familias o miembros de la comunidad para que puedan compartir sus conocimientos sobre prácticas sostenibles y proyectos que se realizan de manera local.
Desde un enfoque globalizador, los niños pueden explorar diferentes aspectos de la realidad y desarrollar una visión holística del mundo. Para ello, es fundamental que los docentes aprovechen todas las oportunidades para integrar estos temas en las diferentes áreas del currículo y proponer situaciones de aprendizaje reales que permita a los niños generar conciencia ambiental y social.
¿Cómo inspirar a tus estudiantes a cuidar el planeta?
En la educación infantil, el juego es una herramienta fundamental para introducir conceptos de sostenibilidad de manera lúdica y significativa. Te proponemos algunas actividades para que los niños desarrollen una conexión emocional con el entorno y aprendan a valorar la biodiversidad.
- Jardines sensoriales: crear pequeños espacios en el aula o el patio donde los niños puedan tocar, oler y explorar diferentes texturas y plantas. También crear un pequeño rincón para observar insectos y otros pequeños animales. Esto fomenta la conexión con la naturaleza y despierta su curiosidad.
- Cuentos y canciones: utilizar historias y canciones para transmitir mensajes sobre el cuidado del agua, la importancia de reciclar y la protección de los animales. Animar a los niños a crear sus propios cuentos y canciones sobre la naturaleza, fomentando su creatividad y expresión.
- Visitas a parques y jardines: organizar salidas para que los niños puedan observar la biodiversidad, recoger hojas y flores, aprender sobre diferentes especies.
- Adoptar un árbol: al cuidar de un árbol, los niños adquieren un sentido de responsabilidad y compromiso con el medio ambiente. Asimismo, aprenden sobre la importancia de los árboles para el ecosistema.
- Reciclaje creativo: transformar materiales reciclados en objetos útiles o decorativos, como comederos para pájaros o macetas para plantar flores y plantas aromáticas.
La educación primaria es un momento clave para sembrar las semillas de la conciencia ambiental. Para ello, podemos diseñar proyectos didácticos que permiten a los niños aplicar sus conocimientos y habilidades para resolver problemas ambientales reales y así fomentar el desarrollo de competencias clave como la investigación, la resolución de problemas, la creatividad y el trabajo en equipo. Te proponemos algunas actividades:
- Huertos escolares: involucrar a los niños en el cultivo de plantas y hortalizas les permite comprender el ciclo de la vida, la importancia de la alimentación saludable y la relación entre los seres humanos y la naturaleza. Involucrar a las familias y a la comunidad en la creación y mantenimiento del huerto nos permite también fortalecer vínculos entre la escuela y el entorno.
- Clubes de ecología: crear un espacio donde los niños puedan investigar sobre diferentes temas ambientales (cambio climático, contaminación, conservación de la energía, la biodiversidad urbana, etc..) realizar experimentos, llevar a cabo proyectos ecológicos y organizar campañas de sensibilización.
- Visitas a parques naturales y reservas: organizar salidas para que los niños puedan observar la biodiversidad, aprender sobre los ecosistemas y realizar actividades de conservación.
- Programas de reciclaje: implementar sistemas de reciclaje en el centro educativo y enseñar a los niños a separar los residuos, reduciendo así su impacto ambiental.
- Limpieza de espacios naturales: permite a los niños despertar la conciencia ambiental y sensibilizarles sobre la importancia de preservar los espacios naturales, de alguna manera fomenta una responsabilidad activa hacia el planeta.
Al integrar la Educación para el Desarrollo Sostenible (EDS) en los currículos escolares y fomentar actividades prácticas, los niños desarrollan una comprensión profunda de los problemas ambientales. Esto les capacita para tomar decisiones responsables y convertirse en ciudadanos activos comprometidos con el cuidado del planeta. En otras palabras, sembrar la semilla de la conciencia ambiental en las nuevas generaciones es esencial para construir un futuro más justo y sostenible para todos.
(*) Carmen Escribano Muñoz es docente de UNIR en los Grados de Maestro en Educación Infantil y Primaria. Ha desarrollado proyectos de aplicación profesional y materiales didácticos para la enseñanza de las Ciencias Sociales, la Geografía y la Historia.
- Facultad de Educación