Alicia Martínez de la Muela
El Día Mundial de la Creatividad y la Innovación nos anima a mejorar la educación para generar nuevas ideas, resolver desafíos y seguir promoviendo la cultura del progreso y la mejora continua.
“La creatividad es el motor de nuestras ideas y emociones, así como nuestra capacidad para conectar, cuestionar y ser comprendidos”. Con esta afirmación, la UNESCO (2024) apoya la capacidad que tenemos los seres humanos para gestionar la resolución de problemas.
Los retos a los que se enfrenta el mundo son muy variados. Los propios Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) nos abren a la reflexión de búsqueda de iniciativas que puedan favorecer el desempleo y crecimiento económico, la igualdad de género, el respeto hacia el medio ambiente o una educación de calidad.
La creatividad se define como el proceso cognitivo mediante el cual se emplea la facultad imaginativa para abordar la resolución de problemas, la transformación de situaciones o la mejora de circunstancias existentes. Este proceso creativo implica la capacidad humana de concebir ideas originales e innovadoras con el propósito de alcanzar objetivos específicos y aplicarlos de manera novedosa, efectiva y atractiva para el entorno circundante.
Ejemplos concretos dentro del ámbito educativo ilustran la manifestación de la creatividad en la práctica. El trabajo de un grupo de estudiantes de Bachillerato y Formación Profesional de las localidades de Pamplona y Burgos materializó la elaboración de una incubadora destinada a bebés en regiones desfavorecidas del tercer mundo y suprimir el uso de una simple caja de zapatos y una manta.
Asimismo, se destaca el caso de tres estudiantes de entre 14 y 17 años de Ourense, cuya motivación radicó en la creación de una máquina capaz de refrigerar de manera rápida y eficiente. Un proyecto que surgió en respuesta a la problemática de la crisis energética. Estos ejemplos concretos subrayan la importancia de fomentar y aprovechar la capacidad creativa de individuos y colectivos en aras del progreso y el bienestar general.
El 21 de abril de 2024 nos recuerda que todos contribuimos a favorecer el cambio y la transformación con motivo del Día mundial de la creatividad y la innovación. La ONU valora este día esencial para concienciar del papel que juega la creatividad en el desarrollo humano, dado que todos en nuestro día a día utilizamos la capacidad de crear y dar solución a problemas reales y cotidianos.
En la cotidianidad, todos empleamos nuestra capacidad creativa para abordar y resolver diversos problemas, como aquellos que surgen en el aula al buscar aumentar la motivación del alumnado por la lectura, promover la convivencia e inclusión en el centro educativo, utilizar tecnologías para mejorar el cálculo mental, o adaptar nuestra metodología de enseñanza para llegar a la comprensión de todos los estudiantes.
La presencia de un liderazgo directivo flexible y orientado al cambio, respaldado por un cuerpo docente que implemente un enfoque estratégico para la resolución de necesidades específicas contribuye para alcanzar la excelencia educativa. La creatividad emerge como un recurso esencial en la búsqueda de soluciones novedosas y eficaces ante los variados desafíos que se presentan.
Avanzar hacia la innovación y la creatividad es una realidad de los centros e instituciones de todo el mundo. El Máster universitario en innovación educativa de UNIR proporciona una perspectiva amplia sobre la imperante necesidad de promover el cambio. A través del análisis de casos prácticos, se implementan los mecanismos conducentes a estimular la creatividad hacia la búsqueda de respuestas a diversos retos.
¿Cómo trabajar la creatividad e innovación en nuestras aulas?
- Visión transformadora con un liderazgo compartido. La innovación educativa no se circunscribe a una acción individual de forma aislada y puntual, sino que requiere una concepción del centro educativo como una comunidad colaborativa desde la cual se desarrollen proyectos de innovación educativa.
- Apoyar la creación y comprensión de contenidos a través de metodologías activas, como el aprendizaje cooperativo, la gamificación, el aprendizaje basado en proyectos o en problemas.
- Inclusión de tecnologías como recursos de aprendizaje. La incorporación de tecnologías emergentes como la realidad aumentada y virtual, el pensamiento computacional y la inteligencia artificial.
- Reconocer la creatividad para generar soluciones innovadoras. La aplicación de técnicas como el design thinking para la generación de soluciones innovadoras emerge como un recurso valioso para potenciar la resolución de desafíos en el ámbito educativo.
- Asociar la neurociencia al aprendizaje. Descubrir el potencial del cerebro creativo y social, trabajar las emociones en el aula, la inteligencia, motivación y personalización, necesarios para afrontar la innovación educativa.
- Trabajar con el entorno que nos rodea para adquirir competencias, valores y promover la convivencia, a través de metodologías como el aprendizaje-servicio.
- Promover la reflexión y la investigación en los docentes sobre su práctica para planificar, introducir y evaluar las innovaciones que aplica.
Tú también puedes ser un agente de innovación educativa
La innovación educativa es un proceso complejo y multidimensional que requiere un enfoque integral y colaborativo. Promover acciones que repercutan en la sociedad nos hace ver la importancia de trabajar desde un enfoque centrado en el estudiante, buscando su inquietud y talento. Especializarse en innovación educativa favorece que, entre todos apoyemos una cultura de innovación y creatividad ante la resolución de problemas y necesidades que pueden repercutir a nivel local y global.
Se constata, por tanto, la viabilidad de trazar una ruta hacia la innovación, al tiempo que se asume plena conciencia de nuestro papel como educadores en un entorno caracterizado por un desarrollo incesante.
(*) Alicia Martínez de la Muela, directora del Máster Universitario en Innovación Educativa de la Facultad Educación de UNIR.
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