Jorge Arana Varona
Los docentes han interiorizado la inteligencia emocional como una competencia imprescindible para mejorar el bienestar de sus alumnos. La última edición del Foro UNIR herramientas prácticas para fomentar esta realidad educativa.

En un mundo cada vez más complejo y demandante, la inteligencia emocional se ha convertido en una competencia esencial para el éxito académico y personal. La capacidad de reconocer, entender y gestionar nuestras emociones y las de los demás no solo mejora las relaciones interpersonales, sino que también potencia el rendimiento académico y el bienestar general.
Bajo este contexto, se celebró la última edición del Foro UNIR. En esta ocasión, la Universidad Internacional de La Rioja ofreció esta plataforma a prestigiosos expertos en psicología para discutir y compartir herramientas prácticas que fomenten la inteligencia emocional en el ámbito educativo.
Entre los ponentes se encontraban Mara Sacristán, directora del Área de Coordinación Académica en la Facultad de Educación de UNIR; Vanessa García Urbina, psicóloga y educadora infantil; Ana Ordoñez López, doctora en Psicología; Carmen Ávila, psicopedagoga y docente; y Josu Ahedo, director del Máster Universitario en Educación del Carácter y Educación Emocional.
“Es crucial conocer nuestras emociones y aprender a gestionarlas para poder relacionarnos mejor con los demás“, afirmó Vanessa García.
Cuestiones de debate en el Foro UNIR
- Autoconocimiento y autorregulación emocional: Vanessa García subrayó la importancia de conocer y gestionar nuestras emociones para mejorar nuestras relaciones interpersonales y nuestro bienestar general. “El autoconocimiento es el primer paso para desarrollar una inteligencia emocional sólida”, afirmó.
- Estrategias para la gestión del estrés: Ana Ordoñez y Carmen Ávila presentaron técnicas para crear un ambiente de apoyo en el aula, ayudando a los estudiantes a manejar el estrés y las emociones. “Los docentes deben ser conscientes de sus propias emociones y aprender a gestionarlas para poder ayudar a sus estudiantes”, señaló Ordoñez López.
- Herramientas prácticas para docentes: Los ponentes ofrecieron diversas herramientas y recursos para que los docentes puedan fomentar la inteligencia emocional en sus estudiantes, como el uso de cuentos, juegos y actividades interactivas. “Es fundamental que los docentes cuenten con estrategias prácticas para abordar las emociones en el aula”, destacó Mara Sacristán.
- Importancia de la empatía: Se destacó la relevancia de la empatía en el desarrollo de la inteligencia emocional, tanto para docentes como para estudiantes, y cómo esta habilidad puede mejorar el clima en el aula. “La empatía es clave para entender y apoyar a nuestros estudiantes en su desarrollo emocional”, afirmó Josu Ahedo.
- Formación continua en inteligencia emocional: Se resaltó la necesidad de que los docentes reciban formación continua en inteligencia emocional para poder aplicar estas habilidades en su práctica diaria y apoyar mejor a sus estudiantes. “La formación continua es esencial para que los docentes puedan mantenerse actualizados y ofrecer el mejor apoyo emocional a sus alumnos”, comentó Ana Gugel, moderadora del encuentro.
Diario, rueda y semáforo emocionales
Durante el foro, Ana Ordoñez y Carmen Ávila presentaron diversas estrategias para la gestión del estrés en el aula. Ambas ponentes destacaron la importancia de crear un ambiente de apoyo y comprensión. “Los docentes deben ser conscientes de sus propias emociones y aprender a gestionarlas para poder ayudar a sus estudiantes”, señaló Ordoñez López.
Entre las herramientas prácticas, se destacó el uso de la técnica del “diario emocional“, donde los estudiantes pueden escribir sobre sus emociones diarias, identificando situaciones que les generaron estrés y cómo las manejaron. Esta práctica ayuda a los estudiantes a desarrollar una mayor conciencia de sus emociones y a encontrar patrones en su comportamiento emocional.
Otra herramienta útil es la “rueda de las emociones“, que permite a los alumnos identificar y nombrar sus emociones de manera visual. Esta rueda puede ser utilizada en momentos de conflicto o estrés para ayudar a los estudiantes a expresar cómo se sienten y a buscar soluciones adecuadas. Además, se recomendó la implementación de ejercicios de respiración y mindfulness en el aula, que pueden ser realizados al inicio o al final de la clase para reducir el estrés y mejorar la concentración.
También se mencionaron técnicas como el “semáforo emocional“, donde los estudiantes utilizan los colores rojo, amarillo y verde para indicar su estado emocional; o el uso de “rincones de calma” en el aula, espacios designados donde los estudiantes pueden ir cuando se sienten abrumados o estresados. Todas estas herramientas son de ayuda para los docentes en la gestión del aula.
Formación continua
En la actualidad, la inteligencia emocional se ha convertido en un tema de gran relevancia en el ámbito educativo. Estudios recientes han demostrado que los estudiantes con altas habilidades emocionales tienen un mejor rendimiento académico y una mayor satisfacción personal.
La UNIR ofrece programas educativos, como el Máster Universitario en Educación del Carácter y Educación Emocional, que abordan estos temas y preparan a los profesionales para enfrentar los retos emocionales en sus carreras.
- Facultad de Educación