Ángela Martín-Gutiérrez/ Alicia Moreno-Delgado
La formación se presenta como un activo indispensable para combatir el odio y la desinformación en los centros educativos. Resulta necesario un enfoque integral que involucre a estudiantes, profesorado y familias para crear un clima escolar de convivencia positiva.

En la era digital, el discurso de odio, la desinformación y las expresiones discriminatorias se han convertido en desafíos crecientes que afectan a diversos ámbitos de nuestra sociedad, y las instituciones educativas no son una excepción.
Los jóvenes, inmersos en una etapa formativa crucial para el desarrollo de sus valores y actitudes, son particularmente vulnerables a la influencia de estos fenómenos, que pueden tener un impacto significativo en su desarrollo personal y social. Ante esta realidad, es imperativo que las instituciones educativas asuman un rol protagónico en la lucha contra el odio y la promoción de una convivencia escolar basada en el respeto, la tolerancia y la inclusión.
En este contexto, la formación emerge como un recurso esencial para dotar a los estudiantes, al profesorado y a las familias de las herramientas necesarias para identificar, prevenir y contrarrestar el discurso de odio y la desinformación, promoviendo así un entorno educativo seguro y enriquecedor para todos.
Las redes sociales, como la plataforma X (antes Twitter), TikTok o Instagram, se han convertido en las principales fuentes de información para los jóvenes, quienes las prefieren a los medios de comunicación tradicionales. Si bien estas plataformas ofrecen valiosas oportunidades para el aprendizaje, la participación y la interacción social, también se han transformado en espacios donde la desinformación y el discurso de odio se propagan con facilidad, como hemos visto a través de los resultados generados en Hatemedia, proyecto ejecutado desde la Universidad Internacional de La Rioja, con la financiación del Ministerio de Ciencia, Innovación y Universidades.
Los jóvenes, motivados por el deseo de participar en debates en línea y compartir contenido viral, a menudo no verifican la autenticidad de la información que difunden, lo que contribuye a la propagación de noticias falsas y mensajes de odio. Además, el formato atractivo y dinámico de la desinformación en redes sociales, como los vídeos cortos de TikTok, puede hacer que los jóvenes sean más susceptibles al engaño.
La exposición a la desinformación y el discurso de odio puede tener consecuencias negativas significativas para el desarrollo de los jóvenes. Diversos estudios han demostrado que la incitación al odio puede provocar una disminución de la empatía, un aumento de los prejuicios, problemas psicológicos como la depresión y la soledad, e incluso fomentar la xenofobia y la intolerancia. A nivel neurocognitivo, la exposición a discursos de odio puede atenuar las respuestas cerebrales relacionadas con la empatía, lo que sugiere una disminución en la capacidad de los jóvenes para comprender y compartir las emociones de los demás.
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Ante esta problemática, la formación se presenta como una herramienta fundamental para combatir el odio y la desinformación en las instituciones educativas. La formación debe ser integral y abarcar a todos los actores de la comunidad educativa: estudiantes, profesorado y familias.
Formación para estudiantes:
- Alfabetización mediática: Es crucial que los estudiantes desarrollen habilidades para identificar noticias falsas, evaluar críticamente las fuentes de información y reconocer las estrategias engañosas utilizadas en la desinformación.
- Pensamiento crítico: La capacidad de analizar la información de forma crítica, cuestionar las fuentes y detectar los sesgos es fundamental para combatir la desinformación y el discurso de odio.
- Empatía y autoeficacia: Fomentar la empatía hacia las víctimas de discursos de odio y la autoeficacia a la hora de intervenir son factores clave para que los estudiantes puedan contrarrestar el odio de forma efectiva.
- Contradiscurso y narrativas alternativas: Es importante que los estudiantes aprendan a identificar el discurso de odio y a elaborar respuestas que promuevan el debate democrático, la tolerancia y el respeto.
- Competencia social: El desarrollo de habilidades sociales como la toma de perspectiva, la comunicación asertiva y la apertura a la diversidad son fundamentales para prevenir la incitación al odio.
Formación para el profesorado:
- Competencias interculturales contra las expresiones de odio: El profesorado debe estar formado para identificar, prevenir y abordar el discurso de odio en el aula, creando un clima de respeto e inclusión.
- Metodologías y acciones educativas innovadoras: Es necesario que el profesorado conozca y aplique enfoques educativos que promuevan la inclusión, la interculturalidad y la lucha contra la discriminación, adaptando las estrategias pedagógicas a la diversidad del alumnado.
- Recursos y herramientas: El profesorado debe tener acceso a recursos y herramientas que les permitan integrar la educación mediática y el pensamiento crítico en sus prácticas docentes, fomentando el análisis crítico de la información y la participación activa de los estudiantes.
Formación para familias:
- Concienciación y sensibilización: Es importante que las familias sean conscientes del problema del odio y la desinformación en línea y de su impacto en los jóvenes, comprendiendo la importancia de su participación en la prevención y la respuesta a estos fenómenos.
- Participación y colaboración: Las familias deben estar involucradas en el proceso de acción contra la discriminación, los prejuicios y los estereotipos, trabajando en conjunto con la escuela para promover valores de respeto e inclusión en el entorno familiar.
- Recursos y estrategias: Se debe proporcionar a las familias recursos y estrategias para que puedan apoyar a sus hijos en la lucha contra el odio y la desinformación, fomentando el diálogo abierto, la reflexión crítica y el desarrollo de habilidades de alfabetización mediática.
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La formación se presenta como un recurso indispensable para combatir el odio y la desinformación en las instituciones educativas. Resulta necesario un enfoque integral que involucre a estudiantes, profesorado y familias para crear un clima escolar de convivencia positiva, donde se promueva la tolerancia, el respeto y la inclusión.
La alfabetización mediática, el pensamiento crítico, la empatía, la competencia social y el contradiscurso son herramientas fundamentales para empoderar a la comunidad educativa en la lucha contra el odio y la construcción de una sociedad más justa e igualitaria.
Al dotar a los jóvenes de las habilidades y los conocimientos necesarios para identificar, prevenir y contrarrestar el discurso de odio y la desinformación, las instituciones educativas no solo estarán protegiendo a sus estudiantes, sino que también estarán contribuyendo a la formación de ciudadanos responsables, críticos y comprometidos con la construcción de una sociedad más justa y democrática.
En este sentido, tiene interés la formación ‘Recurso educativo en abierto: de la discriminación hacia la convivencia positiva en el aula‘, que imparten los docentes Elias Said-Hung y Ángela Martín Gutiérrez. Ambos expertos capacitan al profesorado a la hora de comprender los conceptos claves relacionados con la diversidad cultural, les enseñan a desarrollar las competencias interculturales e identificar y a cómo abordar la desinformación y las expresiones de odio en un entorno educativo. Obtén más información aquí.
Glosario de términos:
- Alfabetización mediática: Es la habilidad para acceder, analizar, evaluar y crear contenido en diversos medios de comunicación. Permite a los estudiantes navegar en el complejo entorno digital actual, donde la desinformación y el discurso de odio son comunes.
- Competencia social: Habilidad para interactuar con otros de manera efectiva y respetuosa, incluyendo la toma de perspectiva, la comunicación asertiva y la apertura a la diversidad.
- Contradiscurso: Respuestas que contrarrestan el discurso de odio promoviendo la tolerancia, el respeto y la inclusión. Implica identificar el discurso de odio y formular respuestas que fomenten el debate constructivo.
- Desinformación: Información falsa o engañosa difundida con la intención de engañar o manipular a la opinión pública.
- Discurso de odio: Comentarios públicos que buscan humillar, discriminar o amenazar a personas por pertenecer a un grupo vulnerable.
- Empatía: Capacidad de comprender y compartir los sentimientos de los demás. Es crucial para prevenir el discurso de odio, ya que permite entender las experiencias de otros.
- Pensamiento crítico: Habilidad para analizar información objetivamente, cuestionando fuentes y detectando sesgos.
- Redes sociales: Plataformas digitales que facilitan la interacción social y el intercambio de información, pero también pueden ser canales para la desinformación y el discurso de odio.
(*) Ángela Martín Gutiérrez es doctora en Educación con Mención Internacional por la US. Colaboradora del proyecto Hatemedia y miembro del grupo de investigación SIMI: Inclusión socioeducativa e intercultural, Sociedad y Medios de la Universidad Internacional de La Rioja. Dentro de sus líneas de investigación se encuentran: la formación profesional, el emprendimiento, la formación del profesorado (inicial y continua), la educación inclusiva e intercultural en el ámbito formal y no formal, el género, las tecnologías de la información y la comunicación y la colaboración educativa.
Alicia Moreno Delgado es doctora en Comunicación (2021) y con un máster universitario en Comunicación Corporativa por UNIR. Es licenciada en Periodismo por la Universidad de Sevilla (2006). Miembro del equipo a cargo del proyecto Hatemedia, y del grupo de investigación PROCOMM: Prospectivas de la Comunicación Multimedia de la Universidad Internacional de La Rioja. Su experiencia investigadora se centra en la comunicación y la bibliometría, con diversos artículos publicados en revistas nacionales e internacionales en estos ámbitos.
- Escuela Superior de Ingeniería y Tecnología
- Facultad de Economía y Empresa
- Facultad de Educación