Eva Guijarro Jareño e Iván Rivilla Arias
Hoy tiene un enfoque adaptado a la realidad social y a la del individuo. Se centra en las problemáticas sociales, prioriza la interacción social basada en el respeto y en la igualdad, se preocupa por el aprendizaje integral del alumnado y se recicla y actualiza continuamente.

Si pensamos en la asignatura de Educación Física seguramente nos vendrá a la cabeza el juego, la diversión, el movimiento o el trabajo en equipo. Sin embargo, si el aspecto lúdico y el compañerismo son algunos de los aspectos claves, ¿por qué hay tantas personas que tienen un mal recuerdo de esta asignatura?
En sus inicios, la “gimnasia” se basaba en el perfeccionamiento técnico y en la mejora de las capacidades físicas básicas, en muchos casos debido a la vinculación de esta materia con un objetivo utilitario y de preparación militar de los varones, muy distinta a la formación femenina, que buscaba que fueran madres fuertes y sanas.
Aunque con esfuerzos por otorgarle un sentido más pedagógico, y así lo indica la modificación del término “gimnasia” a “Educación Física”, esta materia ha seguido estando vinculada al deporte como eje central, o a una calificación basada en la competencia motriz y el perfeccionamiento técnico principalmente. Este plateamiento, en muchos casos, no se ha adaptado a todo el alumnado ni a los requerimientos sociales. Por tanto, la transformación de la Educación Física ha sido (y sigue siendo) necesaria.
¿Qué limitaciones ha tenido la Educación Física?
Si preguntamos a la población, encontramos a personas que tienen recuerdos positivos y negativos de la asignatura. Entre los recuerdos negativos, en un estudio reciente de Saiz-González y colaboradores, encontraron:
- Excesivo énfasis en las capacidades físicas básicas y una evaluación vinculada a la aptitud física: las mujeres percibieron que siempre eran los chicos los que destacaban, además de ser una evaluación poco contextualizada y adaptada a las necesidades del alumnado.
- Escasa motivación despertada por el docente, e incluso amotivación debido a la baja implicación.
- Mal ambiente del aula debido a la excesiva competitividad, a la agresividad de los compañeros, o a las burlas a quien no mostraba un alto nivel de habilidad. Precisamente, el excesivo énfasis en la competición, siguiendo a Chicote-Beato y González-Víllora, genera situaciones en las que el alumnado no se siente seguro, pues sufren humillaciones, burlas e, incluso, reciben motes, lo cual hace que aumenten sus complejos e inseguridades.
Esta Educación Física, con un criterio basado en el rendimiento, no se adaptaba a las necesidades de gran parte del alumnado, especialmente para el género femenino, las personas con discapacidad, las personas de menor nivel de habilidad, o las personas de la comunidad LGTBI+. Por tanto, podríamos afirmar que esta Educación Física solamente cubre las necesidades de una parte muy reducida del alumnado. Esta desvinculación con las realidades y necesidades del alumnado hizo necesaria una transformación.
Hacia dónde se dirige el cambio
La Educación Física, como asignatura que debe dar respuesta a los problemas de la sociedad, se ha transformado en una Educación Física que se interesa por su alumnado. Esto se ha mostrado de la siguiente forma:
- La voz del alumno es escuchada y tiene peso en el proceso de enseñanza-aprendizaje, principalmente a través de metodologías activas, que priorizan la participación del estudiante y su implicación. Las metodologías centradas en el alumnado muestran evidencias de resultados positivos en los distintos dominios de enseñanza-aprendizaje (cognitivo, social, físico y afectivo).
- Competición… sí, pero también cooperación: no se elimina la competición, pero también hay sitio para otros enfoques, como la cooperación, en la que el alumnado se ayuda y coopera para conseguir un objetivo común, bajo el lema “todos ganamos si conseguimos el objetivo”. Este punto de vista permite la mejora de las relaciones sociales o el desarrollo de emociones positivas.
- Evaluación formativa: la utilización de test de condición física ha sido uno de los elementos que menos han motivado al alumnado. Por tanto, el enfoque de evaluación debe priorizar el proceso del alumnado y aspectos vinculados a todos los dominios de aprendizaje, como las habilidades comunicativas, la deportividad, la creatividad o el esfuerzo, y no solamente el resultado final (calificación). Esta evaluación formativa, coherente con los objetivos de aprendizaje, podría mejorar la calidad del proceso educativo.
- Educación Física para todos: con un criterio centrado en la inclusión educativa, que priorice la participación de todos y todas, independientemente de su género, nivel de habilidad, país de procedencia, discapacidad, o cualquier otro determinante personal. Por ejemplo, a través de la incorporación de contenidos alternativos (parkour, datchball o danzas urbanas), contenidos del mundo (juegos o danzas de distintas partes del mundo), o juegos sensibilizadores (que generen reflexión sobre la discapacidad).

Un enfoque adaptado a la realidad
En definitiva, la Educación Física actual se enmarca bajo una perspectiva en la que se priorizan las experiencias con significado, desde un enfoque adaptado a la realidad social y a las propias realidades del individuo. Esta Educación Física, que busca ser una Educación Física de calidad:
- Se centra en las problemáticas sociales y trata de aportar soluciones, como por ejemplo en la prevención del acoso social o mejora de hábitos saludables.
- Prioriza la interacción social basada en el respeto y en la igualdad de oportunidades, buscando el desarrollo de aprendizajes relevantes, independientemente del género, raza o nivel de habilidad, en definitiva, sin discriminación alguna.
- Se preocupa por el aprendizaje integral del alumnado, permitiendo el desarrollo de la competencia motriz, pero también de aspectos vinculados a la cognición, al ámbito afectivo y al ámbito social.
- Se recicla y actualiza: incluyendo metodologías activas y participativas y contenidos que vayan más allá de los deportes y metodologías tradicionales.
(*) Eva Guijarro Jareño, coordinadora de la Mención Educación Física de UNIR, e Iván Rivilla Arias, docente de la titulación.
- Facultad de Ciencias de la Educación y Humanidades






