UNIR Revista
Por brecha digital se conoce a la fractura social que se genera entre los ciudadanos con acceso y conocimientos suficientes para manejarse adecuadamente con dispositivos conectados a internet, de aquellos que carecen de los mismos.

Poner fin a la brecha digital requiere actuar a todos los niveles, tanto sociales como educativos. Por ello, es tan importante contar con docentes expertos en las nuevas Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC), profesionales especializados a través de posgrados como el Máster en TIC online Aplicadas a la Educación Docente de UNIR. Además, al ser una problemática que presenta raíces vinculadas a las diferencias intergeneracionales y las desigualdades sociales, también es necesario abordarla con la ayuda de profesionales expertos en Sociología.
¿Qué es la brecha digital y qué tipos hay?
La brecha digital es el nombre que recibe la separación que se genera entre las personas que tienen acceso a las nuevas tecnologías —y saben cómo utilizarlas de manera adecuada— de aquellas que no pueden llegar a ellas —o no tienen esas habilidades. Esta fractura provocada por la tecnología está causando desigualdades sociales significativas.
Socialmente están aceptadas tres modalidades de brecha digital:
- Brecha digital de acceso, es decir, las opciones reales de una persona de disponer de los dispositivos.
- Brecha digital de uso, que se refiere a la adquisición de los conocimientos mínimos para utilizarlos.
- Brecha digital de aprovechamiento, o lo que es lo mismo, hasta qué punto se tiene la habilidad para aplicar cada una de las posibilidades ofrecidas por la herramienta digital.
Al margen de estos tipos de brecha digital también existe una ruptura relacionada con el salto entre generaciones. De hecho, es indudable que aquellos que han nacido en un mundo digitalizado poseen mayor facilidad para entender y aplicar sus funcionalidades con respecto de las personas mayores, a las que este proceso demanda un mayor esfuerzo.
¿Cuáles son las consecuencias de la brecha digital?
La brecha digital plantea importantes retos y desafíos sociales, ya que es innegable que es una gran fuente de desigualdades. Entre los efectos negativos más importantes destacan que:
- Es una potencial barrera al conocimiento, así como a la adquisición de competencias y habilidades fundamentales que, después, serán demandadas en el mercado laboral.
- Reduce las posibilidades de mejora de los grupos más vulnerables y, en consecuencia, merma sus opciones de experimentar un crecimiento real en su desarrollo personal y profesional.
- Fomenta el aislamiento en aquellas zonas rurales que todavía no tienen pleno acceso a internet, un problema que ahonda en la despoblación de estas regiones.
- Está provocando el aislamiento de una gran parte de la población (brecha digital generacional), a la que se le está dificultando la realización de gestiones básicas en su día a día, por no disponer de las competencias digitales para ello.
Ejemplos de brecha digital en el día a día
Las consecuencias de la brecha digital son reales y están muy presentes en nuestra sociedad. Entre los ejemplos más visibles destacan:
- Los graves problemas que tienen que afrontar las personas mayores para realizar sencillos trámites bancarios o la propia Administración debido a la falta de conocimientos para navegar por una web.
- La “España vaciada”, regiones en las que resulta difícil frenar que las nuevas generaciones abandonen sus municipios de nacimiento ya que, la falta de conectividad y correcto funcionamiento de las comunicaciones, les dificulta su acceso a la educación o incorporación al mercado laboral.
- En el ámbito educativo, la brecha digital amplía las barreras al conocimiento de los jóvenes que pertenecen a grupos más vulnerables.
¿Cómo disminuir la brecha digital?
Analizadas las causas de la brecha digital, y tras repasar algunos ejemplos prácticos de cómo puede llegar a impactar negativamente en la vida de las personas, es el momento de ver cómo se puede impulsar su reducción hasta su eliminación total.
En este sentido, sin duda las estrategias más eficaces son aquellas que están directamente vinculadas a los poderes públicos, ya que son los que tienen la capacidad de impulsar políticas para:
- Desarrollar un adecuado sistema de telecomunicaciones que garantice el acceso universal a la red en todo el territorio nacional.
- Implementar planes formativos de capacitación dirigidos a las personas mayores, con el objetivo de ayudarles a que adquieran las competencias digitales que necesitan dominar, así como evitar su aislamiento social y disminuir sus niveles de dependencia.
- Asegurar que todos los estudiantes tengan a su disposición un ordenador o tableta con acceso a internet, tanto en el colegio como en el instituto.
En conclusión, la brecha digital es el resultado de un avance en la era de las telecomunicaciones que no ha evolucionado de manera equitativa. La buena noticia es que es posible revertir sus efectos negativos y terminar con una división social que solo está aumentando las desigualdades entre personas.