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Enseñanza bilingüe y formación del profesorado: dos caras de la misma moneda

La enseñanza bilingüe se presenta como la solución perfecta para el aprendizaje de una segunda lengua, sin embargo en la práctica los resultados no parecen estar avalando la opinión de los expertos. Veamos qué está fallando y cómo puede solucionarse.

La enseñanza bilingüe se presenta como la solución perfecta, pero los resultados hasta ahora, al menos en España, no son buenos. Foto: shutterstock_133827896

En el mundo globalizado en que vivimos, las competencias que los alumnos necesitan o necesitarán están en pleno cambio y en un constante desarrollo y evolución. Sin embargo, desde hace décadas, el papel de la competencia lingüística en una lengua extranjera no hace más que crecer, precisamente impulsada por las nuevas tecnologías y la existencia de una comunicación cada vez más global, no compartimentada, que requiere una lengua común.

En el aprendizaje de inglés, España dista mucho de estar a la cabeza. No parece que hayamos encontrado, después de muchos intentos y de tantos años, la fórmula que ayude a nuestros jóvenes a terminar su escolaridad con un nivel aceptable en la lengua de Shakespeare. Las cifras nacionales distan mucho de los números aportados por países del norte de Europa.

En este sentido, la enseñanza bilingüe se ha abierto paso como el modelo, a través de la metodología AICLE (CLIL en inglés), en el que se han puesto todas las esperanzas en relación al futuro lingüístico de nuestros alumnos.

En una interesantísima y esclarecedora OpenClass, Los Desafíos de la Enseñanza Bilingüe en España, el presidente de la Asociación Enseñanza Bilingüe, Xavier Gisbert, subraya, de mano de la directora del Máster Universitario en Educación Bilingüe, Elena Serrano, la relevancia de los diferentes agentes involucrados en la educación, no sin antes aclarar la diferencia, a menudo no entendida, entre bilingüismo y enseñanza bilingüe:

En una enseñanza bilingüe no se pretende que el alumno alcance una competencia lingüística equivalente a la de un hablante bilingüe, sino que pueda desarrollar al máximo esa competencia.

Se trata de pasar de unas mil horas de exposición a la lengua extranjera, a unas tres mil, aproximadamente, dependiendo del programa. Pero las implicaciones van más allá que un mero aumento del número de horas: supone cantidad pero sobre todo calidad y para ello todos los agentes educativos necesitan involucrarse.

A nivel administrativo, se debe tener como objetivo conseguir un marco nacional de enseñanza bilingüe, disminuyendo las disparidades existentes entre las diferentes comunidades autónomas, debiendo escoger un modelo sólido, con un seguimiento y una evaluación adecuados. Las administraciones tienen que demostrar compromiso en la normativa y proporcionar recursos.

Los centros tienen que trasladar el marco legislativo al aula: no se les ha de obligar a incluir programas bilingües; debieran ser ellos los que lo solicitaran de acuerdo con padres y docentes. Se tiene que intentar desarrollar un ambiente bilingüe, contando con el equipo directivo, el claustro de profesores, los padres y los alumnos, no se trata únicamente de poner carteles en lengua inglesa. Los centros son los responsables de la calidad de la enseñanza y de los docentes que trabajan en él.

Sobre las espaldas de los profesores recae todo el peso de los programas bilingües. Son la clave: si un docente no quiere, no puede o no sabe, no va a salir bien. La profesora Elena Serrano recuerda cómo, en la actualidad, en la mayoría de las ofertas de trabajo, los centros educativos solicitan a sus candidatos una competencia lingüística elevada en un segundo idioma. Del mismo modo cabe destacar la ansiedad y la presión a las que están sometidos los profesores, así como el esfuerzo y tiempo adicionales que supone este proyecto, pocas veces reconocidos, aunque en otros países sí lo toman en consideración, con gran parte de la jornada destinada a formarse, investigar y cooperar entre ellos, no únicamente dedicada a la docencia.

Por todo ello, la formación del profesor es clave y debe ser, esencialmente, de dos tipos: lingüística y metodológica. Tiene que ser una formación lingüística que asegure un nivel mínimo determinado. Los expertos indican que debe ser un C1. Los profesores tienen que sentirse cómodos para expresarse en ese idioma que no es su lengua materna, lidiando con sus inseguridades y posibles puntos débiles o carencias. En el plano didáctico, se necesita una combinación de metodologías asociadas a AICLE, cada docente debe buscar su camino, con unas propuestas activas y participativas. Estos cambios no influyen únicamente al profesor de las asignaturas que se imparten en inglés, sino también al docente de lengua inglesa, ya que su asignatura no se desarrollará del mismo modo en un centro con Enseñanza Bilingüe que en uno sin ella.

Los futuros docentes deben buscar, para su formación inicial, una institución que ofrezca una formación de calidad, práctica y útil para su trabajo.

Los padres juegan un papel fundamental. Deben estar informados y pueden exigir programas de enseñanza bilingüe que garanticen un nivel de competencia lingüístico alto al final de la escolarización de sus hijos, pero sin perder los debidos conocimientos del resto de asignaturas. Muchos padres muestran un gran compromiso e interés en que sus hijos aprendan un segundo idioma desde pequeños y lo demuestran con iniciativas como hablarles ellos mismos en inglés, sin ser ellos nativos. Además, algunos estudios destacan los posibles beneficios que puede suponer, también para los adultos, el uso de dos lenguas.

Por último, los estudiantes, receptores de todo el trabajo que se realiza desde la administración a los profesores, ellos están expuestos a un tipo de enseñanza que puede ser una llave para su futuro laboral y para poder competir, en igualdad de condiciones, con otros jóvenes en un mundo globalizado. Adquirir una lengua que no es materna en un contexto monolingüe les supondrá un esfuerzo adicional, pero no se deben olvidar las ventajas personales y profesionales que puede acarrear.

El ponente acaba subrayando la importancia de que todos esos agentes se coordinen y trabajen de forma colaborativa para obtener los resultados deseados, terminando la charla con unas ideas que deben ser destacadas:

-La palabra clave no es CLIL, es trabajo.

-Aunque la cantidad de colegios bilingües ha aumentado, el sistema bilingüe en España es manifiestamente mejorable.

-Existen demasiadas diferencias entre los modelos de las comunidades autónomas.

-La enseñanza bilingüe supone la incorporación de una lengua adicional, pero los objetivos deben ser los mismos en un centro que en otro.

La enseñanza bilingüe es un tema muy serio, porque no solo afecta a la lengua, sino también a la enseñanza básica que el alumno tiene que conseguir, afecta al resto de contenidos y asignaturas.

Tomando en consideración todo lo visto hasta el momento, la formación de profesorado sobresale como un punto clave para lograr la correcta implantación y desarrollo de los programas de enseñanza bilingüe, siendo necesario contar con el apoyo y el refuerzo de las administraciones y los centros educativos, pues no se trata, únicamente, de explicar una asignatura en otra lengua. En este sentido, la Universidad Internacional de La Rioja lleva años ofertando unos grados de Infantil y de Primaria que subrayan la importancia de los aspectos didácticos y metodológicos en sus planes, siempre actualizando su contenido con las últimas tendencias y poniendo a disposición de los alumnos nuevas posibilidades de desarrollo, como lo es el recientemente habilitado Doble Grado en Maestro en Educación Infantil y Primaria.

La decana de Educación de la Universidad Internacional de La Rioja (UNIR), Elena Martínez-Carro, y la directora de grados de Educación Infantil y Primaria, Consuelo García, conscientes de la creciente demanda del bilingüismo en los centros educativos, han puesto en marcha un Plan de Bilingüismo, con la finalidad de ofrecer una oportunidad única a los estudiantes: la posibilidad de salir preparados para dar clases en colegios bilingües. Para ello, se ofrece a los alumnos:

-Aprendizaje de inglés, con clases de conversación las 24 horas, para mejorar sus destrezas escritas, pero también las orales, que suelen ser las más complicadas de mejorar.

-Conocimiento de la metodología CLIL, se incluye la matrícula en el Experto Universitario en Metodología CLIL (AICLE), para que puedan aprender a dar clase de otras asignaturas en lengua inglesa.

-Preparación para los exámenes de Cambridge, ya que a los maestros se les exige una acreditación para conseguir la habilitación que les permita dar clases en inglés (B2 en unos casos y C1 en otros), desde UNIR se les da acceso a materiales para preparar el examen, además de matricularles para la prueba de Cambridge, con doce sedes en la geografía española.

Las nuevas tecnologías y la enseñanza de lenguas son base fundamental de este proyecto en continuo desarrollo, con la finalidad de contribuir a mejorar una educación que no se hace en los libros, sino en las aulas, para lo que necesitamos unos docentes preparados, pero también motivados y entusiastas, conscientes de la necesaria formación continua y de un aprendizaje, tanto metodológico como lingüístico, que les acompañará siempre.

 

Más información

Activating CLIL…putting the theory into practice

Critical Thinking in Primary Education

Six videos demonstrating CLIL used in classes from Primary Schools and Vocational Colleges

Storytelling, un vehículo para la enseñanza en CLIL

  • Máster Universitario en Formación del Profesorado de Educación Secundaria

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