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¿Qué es la teoría del control social desde el punto de vista de la criminología?

La teoría del control social trata de explicar el conjunto de mecanismos de los que dispone una sociedad para evitar conductas divergentes. Eso sí, existen diferentes tipos y múltiples clasificaciones.

Ubi societas ibi ius, dice un conocido aforismo latino: donde hay sociedad hay Derecho. Es una afirmación quizá demasiado rotunda que, sin embargo, puede servirnos para ilustrar la teoría del control social desde el punto de vista de la criminología. Donde hay sociedad hay mecanismos que controlan que esta funciona. Y donde hay mecanismos de control, hay conductas consideradas delictivas y penas para evitarlas.

La teoría del control social es una teoría procedente de la sociología que se basa en que las relaciones sociales no son siempre armoniosas. Por eso, los códigos de conducta aprendidos durante las distintas etapas de socialización de los individuos incluyen varias formas de control de la conducta.

Estas formas de control social pueden ser sanciones sociales, que el individuo interioriza y cumple en el marco de la convivencia social de forma aprendida, pero también pueden referirse a una forma de control social coercitiva, impuesta por las leyes y que pena los comportamientos que divergen de lo socialmente aceptado. Es decir, las teorías del control social no se preguntan el por qué de que un individuo delinque; sino que se preguntan por qué no lo hace, qué lleva a un individuo a comportarse dentro de lo socialmente establecido.

Origen y autores de la teoría del control social

El uso del término control social se remonta hasta el sociólogo norteamericano Edward Alsworth Ross, en el s. XIX, que utilizó este término para referirse a las estrategias de administración del statu quo social como un instrumento de dominación legitimado por la mayoría social. Este autor excluía el control estatal (y por lo tanto penal) del término.

Posteriormente, otros autores como el argentino Roberto Bergalli, el español Muñoz Conde o el mexicano Luis Recaséns empezaron a interesarse por la relación entre el sistema penal estatal y las formas de control social de determinadas sociedades.

Por ejemplo, desde el punto de vista de Recaséns, el control social designa no solo al conjunto de normas colectivas que mantienen la conducta social establecida, sino que incluye también a las autoridades y los poderes sociales que regulan la conducta humana. Leyes, usos y costumbres ejercen una importante presión sobre los individuos a la hora de forjar su conducta social.

Una mención aparte requiere la teoría del control de Hirschi. El estadounidense Travis Hirschi formuló en su trabajo Causas de la Delincuencia, una visión del control social aplicada en concreto a la criminología, que se fundamentaba en que aquellos individuos con lazos sociales convencionales, más fuertes y arraigados, son menos propensos a violar la ley. Dice Hirschi que “si no cometemos actos desviantes es debido a nuestro estrecho lazo con la sociedad. Si el lazo se debilita, se saltan las reglas y se cometen actos desviantes”.

Ejemplos y tipos de control social

El control social que ejerce una sociedad para regularse puede manifestarse de múltiples formas y, en concreto, si tenemos en cuenta los mecanismos estatales, depende en gran medida de la organización legal de dicha comunidad.

Por ejemplo, un estado democrático no ejerce las mismas formas de control sobre su sociedad que un estado dictatorial y una sociedad organizada en torno al concepto de familia tradicional no ejerce la misma presión social que una cuya base social es comunitaria, como una tribu.

juez

En cuanto a los tipos de control social, hay múltiples clasificaciones, siendo estas ampliables y no excluyentes.

  • Control de acción: prevención de determinadas conductas desde la conformidad del sujeto que las interioriza como normas sociales.
  • Control de reacción: aquellas que la sociedad lleva a cabo una vez se ha cometido la conducta desviada para ponerle fin. Aquí entrarían controles estatales por la fuerza (en estados autoritarios por ejemplo), legales, coercitivos (penales o civiles), etc.
  • Control difuso: es el ejercido por los diferentes actores de esa sociedad (por ejemplo, los medios de comunicación de masas, la familia, la religión, los partidos políticos).
  • Control formal: es el establecido legalmente que se realiza en una comunidad regulada a través de normas y procedimientos públicos que regulan la conducta (por ejemplo, las instituciones mentales o las cárceles).
  • Control informal: el que vertebra todo el sistema desde la familia pasando por la escuela y el trabajo. Hay autores que consideran que cuando el control informal falla entran en juego los controles formales.

Las teorías criminológicas ayudan a comprender y analizar los comportamientos delictivos y están en muchos casos interrelacionadas entre sí. Por eso, en el Grado en Criminología se estudia la teoría del control social desde múltiples ámbitos, así como los autores que la han desarrollado desde el punto de vista de la sociología, pero también desde el derecho y la legalidad. En este sentido, también es interesante el Máster en Criminología online de UNIR.

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