Sara Puerto
La medalla y las críticas a su físico llegaron casi a la par. Pero la waterpolista, campeona dentro y fuera del agua, supo revertir todo ese odio en una defensa de la diversidad corporal. Estudia el Grado de Educación Primaria para poder ser profesora de Educación Física.

“Cuando tú estás bien, estás a gusto, estás en paz contigo mismo es cuando realmente puedes alcanzar tu máximo potencial”, asegura Paula Leitón (Terrassa, 2000), boya en la selección femenina de waterpolo que logró el oro en los Juegos Olímpicos de 2024. De sus proezas en el agua da cuenta el palmarés que acumula: fue subcampeona del mundo en 2017, 2019 y 2023, y plata olímpica en Tokio 2020.
Desde su posición, considerada la más exigente en su deporte, es responsable, solo en la última cita olímpica, entre otras gestas, de un espectacular gol de espaldas en la final frente a Australia que encumbró equipo al equipo español a lo más alto del podio.
Un momento de júbilo durante el que la deportista tuvo que lidiar con un aluvión de críticas hacia su físico en redes sociales. “Sé cómo es mi cuerpo, lo quiero muchísimo y lo trabajo para lo que es mi vida, que es este deporte”, contestó en X, mostrando una fortaleza que hace que, también fuera del agua, esta negatividad le resbale. Su preocupación fue que a alguna niña le pudieran afectar estos comentarios pues, como afirmó, a ella hace diez años sí le hubieran afectado.
“Los valores que he aprendido en el deporte me han ayudado a formar la persona que soy, a desarrollar mi personalidad y mi manera de ver el mundo”, explica la waterpolista, que estudia en UNIR el Grado en Educación Primaria para poder ser profesora de Educación Física cuando deje la alta competición.
Con el Mundial de Singapur en ciernes, cuenta cómo compagina el deporte de élite con los estudios y qué planes tiene para un futuro en el que pueda “enseñar el deporte” como ha aprendido a vivirlo.
P. Cada vez se ven más casos de deportistas de élite que cursan carreras universitarias, ¿crees que se está tomando una mayor conciencia sobre la continuación de la vida profesional, más allá de la competición?
Totalmente, los deportistas somos cada vez más conscientes de que, después de nuestra carrera deportiva, tendremos una vida laboral y debemos contar con una salida, pues al final no todo el mundo tiene la suerte de poder vivir de lo que ha generado en el deporte. En el waterpolo, que es minoritario, somos aún más conscientes de la necesidad de estar formados, de seguir estudiando y de tener esa posible salida, que sea, además, algo que nos guste.
Su posición está considerada como la más exigente del equipo.
P. ¿Qué te llevó a decantarte por la Educación? ¿Cuáles son tus planes de futuro al respecto al Grado que has elegido?
Siempre he tenido claro que debía seguir estudiando, pero al acabar el Bachillerato no sabía muy bien qué hacer. Inicié entonces un Ciclo Superior de deportes y fue ahí cuando me di cuenta de que lo que de verdad me movía era la educación. Esto me llevó a considerar el Grado de Educación Primaria, por su vertiente que permite la especialización como profesora de Educación Física, que es una perspectiva que me llama mucho, en especial por la posibilidad de enseñar el deporte como he aprendido a vivirlo.
P. ¿Por qué elegiste UNIR para formarte?
Los deportistas de alto rendimiento tenemos horarios bastante complicados. La posibilidad de acceder a clases grabadas fue un factor clave. Esto me permite organizar mi estudio en función de mi disponibilidad, sin la presión de asistir a clases presenciales o en vivo en un horario fijo. Otro aspecto que me atrajo mucho fue que sea un profesor quien explique la materia, en lugar de tener que asimilar el contenido de forma autónoma basándome únicamente en el material proporcionado. Además, contar con el contacto directo de un tutor es para mí un valor añadido fundamental. La combinación de estas facilidades fue lo que más me convenció.
P. ¿Cómo compaginas la práctica del deporte y los estudios?
Compaginar el deporte de élite con los estudios universitarios exige mucha organización. Mi jornada está estructurada en torno a mis sesiones de entrenamiento, que tienen lugar tanto por las mañanas como por las noches. Normalmente dedico alrededor de dos horas diarias al estudio, de lunes a viernes. Este tiempo lo utilizo para avanzar con el temario, completar las actividades programadas y elaborar mis propios apuntes. De esta forma, me aseguro de estar al día con la materia y tener todo listo y organizado cuando se aproximan los periodos de exámenes.
P. Has dado la vuelta a los comentarios negativos que recibiste en redes sociales relacionados con tu cuerpo para defender diversidad corporal. ¿Qué te gustaría transmitir a otras personas que hayan podido vivir este tipo de episodios?
A menudo se piensa que comentarios negativos sobre el físico en redes sociales son casos aislados o que ya no ocurren, pero es todo lo contrario: sigue pasando y no debemos normalizarlo. A quienes viven este tipo de situaciones, ya sean deportistas o no, les diría que es crucial verbalizarlo y buscar ayuda.
A la hora de usar las redes sociales, también es importante que quienes emiten estos juicios se pongan en el lugar del otro. Debemos ser conscientes del impacto que pueden tener nuestras palabras. Muchas veces, se lanzan comentarios sin pensar en cómo repercutirán en la persona que los recibe. Las redes sociales facilitan el anonimato, haciendo que sea muy fácil esconderse detrás de una pantalla, pero esas palabras llegan a alguien real. Es necesario que hagamos un buen uso de las redes sociales.
La deportista durante la competición.
P. ¿Crees que el temor a las críticas por el aspecto físico puede desincentivar la práctica deportiva?
Sin duda, el temor a las críticas, especialmente las relacionadas con el aspecto físico, puede desincentivar la práctica deportiva. Sobre todo durante la infancia y la adolescencia, que es cuando se empieza a forjar la personalidad. Los niños y adolescentes son más vulnerables a este tipo de comentarios que los adultos, que tenemos más mecanismos para afrontarlo. Sentir ese rechazo, en pleno proceso de autoconstrucción, creo que puede convertirse en un motivo que los lleve a abandonar el deporte o incluso a desarrollar problemas relacionados con su imagen o autoestima.
P. ¿Crees que puede ayudarte tanto tu experiencia en deporte, como esta parte más negativa, cara a la transmisión de valores (esfuerzo, respeto…) en Educación Primaria?
Pienso que sí, que mi experiencia en el deporte, incluyendo los aspectos negativos como las críticas que recibí, será fundamental en mi futura labor como educadora en Educación Primaria. Los valores que me ha enseñado el deporte ya están siendo clave en mi carrera deportiva y creo que lo seguirán siendo cuando me retire.
He dedicado muchísimos años al deporte, y eso es algo que me ha ayudado a formar la persona que soy, a desarrollar mi personalidad y mi manera de ver el mundo. Es algo que contribuyó a cómo me tomé las críticas sobre mi aspecto físico. Lo aprendido a través del deporte me ayudó a gestionar esa situación y considero que también me ayudará a exponerlo y enseñarlo a los demás.
P. En los últimos tiempos también se ha puesto de relevancia la necesidad del cuidado de la salud mental también en el deporte. ¿Qué opinas sobre ello? ¿Cómo se vive desde dentro del deporte?
Cada vez hay más conciencia de la necesidad de cuidar la salud mental en el deporte. Antes el foco se ponía casi exclusivamente en el rendimiento físico; parecía que solo contaba el estado del cuerpo. Pero ahora nos estamos dando cuenta de la importancia que tiene la sintonía entre cuerpo y mente para un deportista, pues es realmente cuando se obtienen los resultados.
Cuando tú estás bien, estás a gusto, estás en paz contigo mismo es cuando puedes alcanzar tu máximo potencial físico y lograr los mejores resultados. Esta creciente conciencia sobre la importancia de una buena salud mental y tener apoyo psicológico está ayudando mucho en las carreras de los deportistas.
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