Andrea Vázquez Bello
El experto en prevención de riesgos laborales, coordinador del área de ergonomía y psicosociología aplicada y docente de UNIR, analiza en el 4º capítulo de la serie sobre los TCA la evolución normativa y cultural en las empresas, destacando el papel de la psicología.

Durante décadas, la prevención en el trabajo se centró en evitar accidentes y enfermedades físicas. “La prioridad era que el trabajador saliera como mínimo igual que entró”, explica Iván Fernández Suárez, coordinador del área de Ergonomía y Psicosociología Aplicada y docente de UNIR. Sin embargo, para este experto en prevención de riesgos laborales el panorama ha cambiado: “Hoy las empresas comienzan a entender que un trabajador saludable, física y mentalmente, es más productivo y comprometido”, asegura.
La ansiedad, el estrés o el burnout (el síndrome del trabajador quemado) han sustituido a los traumatismos como principales causas de baja. “Las empresas se están dando cuenta de que cuidar el estado emocional de su plantilla es rentable y urgente”, afirma. Ya no se trata solo de evitar el daño, sino de generar bienestar: “Igual que mantenemos las máquinas para que duren más, deberíamos hacer lo mismo con las personas”.
Más allá de la rentabilidad inmediata, la apuesta por la salud mental en el entorno laboral representa una inversión a largo plazo que impacta en la cultura organizacional. Las empresas que integran programas de bienestar psicosocial reportan no solo una reducción de bajas laborales (1), sino un aumento en la fidelización del talento, la creatividad y la resiliencia ante los cambios.
Vídeo de la entrevista completa.
Iván Fernández Suárez, que es también docente en los másteres oficiales universitarios en Prevención de Riesgos Laborales y Sistemas Integrados de Gestión de UNIR, recalca que “el bienestar no es un lujo, es una necesidad operativa”. En un mercado marcado por la incertidumbre, la rotación de personal y la presión por los resultados, cuidar el clima emocional del equipo puede ser el factor diferencial entre la sostenibilidad y el colapso organizativo.
Además, estas consideraciones contribuyen a romper el estigma que aún pesa sobre la salud mental. “No podemos seguir tolerando que un accidente físico se normalice y una baja psicológica se oculte”, señala el experto. Humanizar el entorno de trabajo implica validar el malestar emocional, prevenir el desgaste y construir espacios donde el sufrimiento no se silencie.
Como señala este experto, el giro hacia la promoción de la salud física y mental ha traído nuevas herramientas, certificaciones y un interés creciente por las condiciones psicosociales del empleo. La aparición de normativas y sellos o registros de “empresas saludables” reconocen los esfuerzos sistemáticos por crear entornos de trabajo más humanos, seguros y motivadores.
La salud mental, en el foco empresarial: “Hoy las empresas comienzan a entender que un trabajador saludable, física y mentalmente, es más productivo y comprometido”.
Cómo implementar un programa de salud mental en la empresa
La implementación puede ser flexible y escalable. Las grandes empresas suelen optar por auditorías externas y certificaciones estructuradas, pero Iván Fernández insiste: “No es necesario empezar a lo grande. En una pyme, basta con hablar con las personas, fomentar hábitos saludables o conocer mejor su estado de ánimo”.
Desde programas como Caminando hacia el bienestar, hasta campañas de alimentación, sueño y actividad física, las acciones efectivas no requieren inversiones millonarias, sino voluntad directiva. “El primer paso es tener la intención de cuidar a las personas”, resume.
Iván Fernández Suárez conversa con Andrea Vázquez-Bello.
El papel del psicólogo en la empresa: clave, pero aún poco explorado
Según el docente de UNIR, “la psicología sigue estando poco integrada en los entornos laborales”. Aunque ya es habitual encontrar fisioterapeutas o médicos de empresa, falta incorporar psicólogos. “Y sin embargo, muchos accidentes no ocurren por fallos mecánicos, sino por errores derivados del malestar emocional. Prevenir esos estados es prevenir accidentes también”.
Falta incorporar psicólogos a las empresas: “Muchos accidentes no ocurren por fallos mecánicos, sino por errores derivados del malestar emocional. Prevenir esos estados es prevenir accidentes también”.
Además de prevenir, el psicólogo puede aportar en motivación, participación, comunicación interna, cohesión de equipos y cultura preventiva. “Es, sin duda, el siguiente gran salto en la prevención de riesgos laborales”.
Fernández Suárez subraya también el valor del acompañamiento emocional dentro de la organización, no solo como medida reactiva, sino como estrategia estructural. El psicólogo puede colaborar en el diseño de políticas de conciliación, protocolos de actuación ante el estrés crónico, y en espacios seguros de escucha para los empleados. También puede formar a los mandos intermedios en habilidades relacionales y gestión emocional, pilares de un liderazgo más humano y eficaz. “El reto no es solo reducir el daño, sino generar entornos donde las personas puedan desarrollarse plenamente”, señala.
Cambios generacionales y retos por afrontar
También destaca las diferencias entre generaciones en el entorno laboral: “La digitalización, el sedentarismo y los hábitos han cambiado radicalmente. La nueva gran pandemia son las enfermedades crónicas no transmisibles. Tenemos que adaptar la prevención a este nuevo contexto”.
Para ello, insiste en la necesidad de más investigación, programas piloto y formación: “Hay una gran oportunidad para los psicólogos que quieran trabajar en el ámbito organizacional. Hay mucho por hacer”.
Se necesita más investigación y formación: “Hay una gran oportunidad para los psicólogos que quieran trabajar en el ámbito organizacional, porque hay mucho por hacer”.
En este sentido, la universidad tiene un papel clave como puente entre el conocimiento científico y su aplicación profesional. Programas como el Máster en Prevención de Riesgos Laborales de UNIR, en el que él mismo participa como docente, buscan dotar al alumnado no solo de herramientas técnicas, sino también de una comprensión integral de los nuevos escenarios de salud laboral.
El objetivo es preparar profesionales capaces de diseñar e implementar planes de intervención ajustados a los distintos tamaños, culturas y recursos de cada organización. Desde acciones simples en micropymes hasta auditorías completas en grandes corporaciones, lo importante —señala Iván Fernández— “es que el psicólogo sepa que tiene un rol activo, legitimado y muy necesario”, subraya.
Un mensaje para los futuros profesionales
“Si tienes formación en salud mental y te interesa el ámbito de la empresa, este es tu momento, porque las compañías necesitan asesoramiento, estrategias y herramientas para abordar algo que ya no pueden ignorar: la salud mental como factor clave de sostenibilidad, productividad y humanidad”, concluye este experto en prevención de riesgos laborales. Desde UNIR estamos de acuerdo en que uno de los horizontes más prometedores en la actualidad es la psicología del trabajo.
(*) Andrea Vázquez Bello es psicóloga sanitaria y directora del Máster en Trastornos de la Conducta Alimentaria (TCA) de UNIR.
(1) Según datos publicados recientemente por el Banco de España referentes a 2024, España dispara sus bajas laborales, que se duplican en cinco años y generan un agujero de 15.000 millones a las arcas de la Seguridad Social, el equivalente al 1% del PIB. El informe revela que la cifra estimada de bajas laborales que hay cada día en España es de un millón y medio, lo que nos sitúa como uno de los países europeos que más número de bajas laborales acumula.
Consulta los otros capítulos publicados de la serie sobre los TCA:
- Cómo Luján Argüelles superó la anorexia: una mirada valiente al pasado.
- Pilar Valladares: tres décadas de compromiso terapéutico en el abordaje hospitalario de los TCA.
- El compromiso y la creatividad de Cleide Cañadas, coautora de ‘Mi Reflejo’, un juego contra los TCA.
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