Jorge Arana Varona
La docente de UNIR fue galardonada por el Programa C.R.E.A.R. Bienestar y Convivencia, que pone el énfasis en los preocupantes porcentajes de los problemas de salud mental: el 23% de la población española reconoce tener ansiedad, un 48% declara algún grado de depresión y un 59% padece estrés.

Carmen García de Leaniz, docente del Programa Avanzado en Inteligencia Emocional de UNIR, ha sido galardonada con el Premio Somos Fanes 2025. La fundadora de GLS Educación Emocional, recibe el reconocimiento por el Programa C.R.E.A.R. (acróstico de Consciencia, Respeto, Empatía, Amor y Responsabilidad).
El proyecto de la Universidad Internacional de La Rioja “va más allá de entrenar y desarrollar la inteligencia emocional”. En palabras de la premiada, el programa “permite afianzar valores de vida y convivencia, fortalecer el vínculo entre docentes y alumnos, generar un clima escolar emocionalmente saludable y un entorno seguro donde los niños puedan aprender y desplegar su potencial como personas”.
Problema nacional
La propuesta de García Leaniz pone el acento en una cuestión severamente peligrosa y ascendente en España. Cada vez son más los estudios e investigaciones que nos alertan de la tendencia al alza en los problemas de salud mental, tanto en el ámbito laboral, como en el escolar y el social.
Según los datos del último Estudio Internacional de Salud Mental de AXA España 2025, el 23% de la población española reconoce tener ansiedad, un 48% declara tener depresión (en alguno de sus grados) y un 59% estrés. Por otra parte, el 25% de los jóvenes entre 18 y 24 años afirman sentir estados de depresión, el 70% de estrés y el 9% de ansiedad.
“Cuando educamos emocionalmente y en valores a niños y adolescentes, no sólo prevenimos futuros trastornos de salud mental, también construimos una sociedad más humana, solidaria y próspera”.
Para la docente, “el hecho de que el 41% de la población haya tenido que recurrir a medicación para gestionar su malestar, y que España sea el país con mayor uso de fármacos en el estudio, nos obliga a reflexionar sobre nuestros modelos de prevención y acompañamiento emocional. Necesitamos ir más allá del tratamiento de los problemas de salud mental y apostar por una educación emocional sólida desde la infancia, que fomente el autoconocimiento, la autoestima, la gestión de emociones, la empatía y la resolución pacífica de conflictos”.
Importancia y necesidad de la educación emocional
En esta entrevista con UNIR Revista, Carmen García de Leaniz expone los principales retos de la educación emocional y desvela las claves para afrontarlos y superarlos.
Pregunta: ¿Cómo se siente al haber sido galardonada con el Premio Somos Fanes de la Salud y el Bienestar?
Respuesta: Me siento muy agradecida, no sólo por el prestigio que supone recibir este premio por los proyectos de educación emocional y en valores que promovemos en colegios y en la Universidad Internacional de La Rioja; sino también por el apoyo, el reconocimiento y las muestras de cariño recibidas por tantos equipos directivos de centros educativos, docentes, amigos, familias y alumnos que han votado por mi candidatura.
P: ¿Qué significa para usted y su equipo este reconocimiento?
R: Nos reafirma en nuestra convicción de la importancia, la necesidad y el valor que aporta la educación emocional y en valores, en una sociedad en la que las pantallas, la hiperconectividad digital, la cultura de la inmediatez, las prisas y el estrés, se han convertido en barreras que nos impiden conectar plenamente con nosotros mismos, con nuestros seres queridos y con los que nos rodean.
P: ¿En qué consiste su proyecto de educación emocional premiado con el galardón Somos Fanes?
R: Desde GLS Educación Emocional, acompañamos a colegios para que puedan poner en marcha programas de bienestar emocional, convivencia y valores dentro de su proyecto educativo. Comenzamos sensibilizando y formando al equipo directivo y al profesorado, para que puedan desarrollar sus competencias socioemocionales, reafirmar sus propios valores, cuidar su bienestar emocional y conectar con su vocación como docentes.
A continuación, les ofrecemos una metodología sencilla, con herramientas y recursos prácticos de educación emocional y en valores para el aula, y les mostramos cómo entrenar y medir en sus alumnos el grado de desarrollo y su nivel de autoconocimiento, su autoestima, la gestión de sus emociones, su empatía, la comunicación asertiva y su capacidad para resolver conflictos por sí mismos, siempre desde el diálogo respetuoso.
Nuestro Programa C.R.E.A.R. (acróstico de Consciencia, Respeto, Empatía, Amor y Responsabilidad), más allá de entrenar y desarrollar la inteligencia emocional, permite afianzar valores de vida y convivencia, fortalecer el vínculo entre docentes y alumnos, generar un clima escolar emocionalmente saludable y un entorno seguro donde los niños puedan aprender y desplegar su potencial como personas.
P: ¿Qué resultados o impactos ha observado hasta ahora con su proyecto?
R: Al finalizar nuestras formaciones y poner en marcha en el aula los recursos de educación emocional y en valores de nuestro Programa C.R.E.A.R. Bienestar y Convivencia, realizamos encuestas a docentes, alumnado (y más adelante a familias), tanto en el inicio como a lo largo de los cursos escolares, con el fin de medir la satisfacción, la calidad, la utilidad percibida y el impacto en el bienestar, la convivencia y el rendimiento académico.
Los primeros resultados que se empiezan a observar en el momento en el que los equipos docentes y directivos reciben la formación, es una reducción de sus niveles de estrés, así como una mejora en sus relaciones escolares con compañeros, alumnado y familias, ya que desarrollan una “nueva mirada”, una “actitud más proactiva y flexible”, que les permite conectar con sus “recursos internos” para afrontar situaciones estresantes y conectar más fácilmente con sus alumnos.
Carmen García junto al resto de ganadores del galardón de la salud y el bienestar.
Por otro lado, 9 de cada 10 docentes que ponen en marcha en sus aulas las rutinas y recursos de nuestro programa, afirman que se potencia la calma y la concentración del alumnado en sus clases, se fortalece el vínculo entre docente- alumno y la cohesión del grupo, reduciéndose los conflictos y desarrollándose una mayor autonomía para resolverlos.
Por último, en nuestro programa, al incorporar rutinas en el día a día escolar y rúbricas de evaluación de conductas observables que miden el grado de desarrollo de la conciencia, la gestión emocional y la comunicación asertiva del alumnado, hemos podido comprobar que los alumnos y alumnas con alto desarrollo de dichas competencias de inteligencia emocional, tienen una mayor nota media académica, respecto a los alumnos que tienen un bajo desarrollo de sus competencias socio-emocionales: concretamente, tienen 1,5 puntos más de nota media en Primaria y 2,6 puntos más de nota media en Secundaria.
Por lo tanto, a través de nuestros proyectos comprobamos que la educación emocional favorece una mejora del bienestar emocional de la comunidad educativa, una mejora de la convivencia y también del rendimiento académico, previniendo así, los problemas de bullying y fracaso escolar.
P: ¿Cómo valora la formación en bienestar emocional que se imparte actualmente en España?
R: En los últimos años está creciendo el número de centros educativos que apuestan por formar a sus equipos docentes en educación emocional, pero todavía queda un largo camino por delante. Según el I Estudio Nacional sobre la Educación Emocional en los Colegios de España, desarrollado por el Instituto de Inteligencia Emocional y Neurociencia Aplicada, en el año 2021, “solo el 5% de los colegios en nuestro país incluía la educación emocional en su proyecto educativo”.
P: ¿Cuáles considera que son los principales retos que enfrenta España en términos de bienestar emocional? ¿Qué aspectos cree que deberían mejorarse en la formación sobre bienestar emocional?
R: Por un lado, sería necesario incluir una formación de calidad en los grados universitarios de docentes, maestros y psicopedagogos, para que los futuros profesores desarrollen sus competencias emocionales y sociales, y adquieran recursos para trabajar la educación emocional y en valores de manera específica en tutorías y de forma transversal en sus asignaturas.
Por otro lado, desde el Ministerio de Educación y Formación Profesional, sería necesario desarrollar, no sólo leyes, sino buenas prácticas, metodologías, herramientas y bancos de recursos, para facilitar y apoyar a los docentes en este proceso de integrar la educación emocional y en valores en el día a día escolar. Así mismo, sería conveniente definir indicadores y estrategias de seguimiento para medir periódicamente el bienestar emocional y la buena convivencia escolar.
P: ¿Cómo se integra la educación emocional en el Programa Avanzado en Inteligencia Emocional que usted lidera en UNIR?
R: En nuestro programa, además de entrenar y desarrollar las competencias socioemocionales de nuestros estudiantes de una manera práctica y vivencial, ofrecemos tres especializaciones, una de las cuales es la Especialización en Educación Emocional. El objetivo principal de esta especialización es ofrecer recursos y metodologías que permitan formar en inteligencia emocional a alumnos (de Infantil, Primaria, ESO y Bachillerato), profesores y familias, así como poner en marcha con éxito, un programa de educación emocional y en valores en el sector educativo.
P: ¿Podría compartir algún ejemplo de cómo se aborda la educación emocional en sus clases?
R: En nuestro Programa Avanzado de Inteligencia Emocional de UNIR, contamos con un campus, donde el alumno, además de tener un tutor personal, dispone de diversos recursos: vídeos con lecciones magistrales, apuntes, ejercicios prácticos, webgrafía…
Sin embargo, nuestro factor diferencial, sin duda, son nuestras clases presenciales virtuales, eminentemente participativas y prácticas, en las que generamos vivencias, experiencias a través de dinámicas de grupo, juegos, casos o retos que permiten a nuestros estudiantes, más allá de entender los conceptos teóricos, aplicarlos, entrenar sus competencias socioemocionales en situaciones cotidianas de su día a día personal, familiar o profesional.
Por ejemplo, se ponen en común situaciones personales en las que les cuesta poner límites, decir “no” o expresar su malestar. Y sobre esas mismas situaciones, entrenamos su comunicación asertiva, facilitando que cada participante tome conciencia de sus pensamientos, sentimientos, conductas, así como de los pensamientos, sentimientos y reacciones de sus compañeros. Por tanto, profundizan en su autoconocimiento, su conciencia y en la gestión emocional, así como en su empatía y sus competencias sociales.
- Facultad de Ciencias de la Salud