UNIR Revista
En la celiaquía el gluten provoca una reacción que daña el intestino, siendo la diarrea y la fatiga dos de sus síntomas más comunes. En su desarrollo influyen factores genéticos y ambientales.

Según la Federación de Asociaciones de Celíacos de España (FACE) una de cada cien personas padece la enfermedad celíaca, pero ¿qué es ser celíaco? Significa principalmente sufrir una reacción del sistema inmunológico cada vez que se consumen productos con gluten. Pese a que sus causas se desconocen, los expertos estiman que factores como los genéticos y ambientales influyen en su desarrollo.
Dado que la celiaquía provoca un gran impacto en la calidad de vida del afectado, se requiere una dieta que evite el daño intestinal y que esté diseñada por especialistas como los titulados en el Grado en Nutrición y Dietética online de UNIR. Esta formación proporciona los conocimientos fundamentales para conocer las necesidades nutricionales del paciente que es celíaco, o de otras personas que por su condición requieren de un seguimiento nutricional determinado.
¿Qué es la celiaquía?
La celiaquía o enfermedad celíaca es un trastorno autoinmune en el que la ingesta de gluten provoca una respuesta inmunitaria que daña el revestimiento del intestino delgado. Así, esta afección dificulta la absorción de nutrientes esenciales, lo que puede desencadenar en diversas complicaciones de salud a largo plazo.
Aunque la enfermedad celíaca se desarrolla a cualquier edad, suele manifestarse en la infancia o en la edad adulta temprana y afecta en España a una de cada cien personas, según datos de la Federación de Asociaciones de Celíacos de España (FACE).
En cuanto a lo que causa la celiaquía, no está claro. No obstante, los expertos relacionan la combinación de factores genéticos y ambientales con el desarrollo de la enfermedad.
Tipos de celiaquía
Existen diferentes tipos de celiaquía, dependiendo de su manifestación clínica:
- Asintomática o silente. La enfermedad no se manifiesta a través de ningún síntoma, pero el paciente sabe que es celíaco tras someterse a pruebas de diagnóstico como cribados y porque sus familiares padecen la enfermedad celíaca o son personas con enfermedades autoinmunes.
- Atípica. La celiaquía provoca anemia, osteoporosis o problemas hepáticos. Además, estos pacientes presentan daños visibles en los tejidos del intestino.
- Clásica. Incluye síntomas digestivos típicos, como pérdida de peso y diarrea.
- Potencial y latente. Presentan anticuerpos positivos, que indican una respuesta del sistema inmunológico contra el gluten o las células del intestino, pero sin daño evidente en el intestino.
- Resistente. Persiste pese a la dieta sin gluten. Se diferencian dos tipos: la tipo I, donde los linfocitos intraepiteliales son normales, y la tipo II, donde los linfocitos son anormales y no tienen ciertos marcadores, lo que puede causar linfomas.
- Sintomática. Los pacientes con este tipo de celiaquía experimentan síntomas como hinchazón, dolor abdominal, diarrea o fatiga al consumir gluten, y muestran cambios particulares en los análisis de tejidos y de sangre.
¿Cómo saber si soy celíaco?
Existen pruebas diagnósticas que ayudan a identificar la enfermedad celíaca:
- Pruebas serológicas o análisis de sangre que sirven para la detección de anticuerpos anti-transglutaminasa tisular (tTG-IgA) y anticuerpos antiendomisio (EMA), que indican una respuesta inmune al gluten.
- Pruebas genéticas, útiles para evaluar los alelos HLA-DQ2 y HLA-DQ8, principales factores genéticos asociados con la enfermedad. Ya que, se estima que más del 99 % de las personas con celiaquía tienen uno o ambos de estos alelos.
Otra forma de saber si eres celíaco o no consiste en prestar atención a los síntomas como la diarrea, malestar abdominal y fatiga tras ingerir productos con gluten.
De esta forma, si aparecen estas señales, lo más recomendable es someterse a este tipo de pruebas para confirmar o descartar si se padece la enfermedad celíaca.
¿Qué no puede comer un celíaco?
Tras diagnosticarse la celiaquía, el paciente verá modificada su dieta para siempre y tendrá que dejar de consumir alimentos que contengan gluten.
El gluten es una proteína presente en ciertos cereales, como el trigo, la cebada, el centeno y derivados. Así, un celíaco no puede comer productos elaborados que contengan gluten, como por ejemplo: pan, pasta, galletas, bizcochos, cerveza, centeno, cebada, espelta y avena. A su vez, deberá seguir una alimentación saludable para prevenir enfermedades, mantener la salud y evitar el daño intestinal.
Además de los alimentos directos con gluten, el celíaco debe tener cuidado con la contaminación cruzada, ya que es posible que el gluten esté presente en productos procesados o en superficies donde se preparan otros alimentos.
Diferencia entre celíaco e intolerante al gluten
En cualquier caso, la celiaquía no es una intolerancia al gluten. Son dos condiciones distintas, las cuales se diferencian por sus consecuencias y características:
- La celiaquía es una enfermedad autoinmune cuya reacción causa daño al intestino, mientras que la intolerancia al gluten no es una enfermedad ni involucra al sistema inmunológico ni provoca consecuencias graves en el intestino.
- Aunque los síntomas son similares, los que son celíacos padecen consecuencias graves a largo plazo —como los problemas digestivos o la anemia— mientras que la intolerancia ocasiona lesiones más leves.
De igual forma, la celiaquía no es una alergia al gluten. En la alergia, el cuerpo trata al gluten como si fuera una amenaza, produciendo una reacción alérgica, como picazón, hinchazón, dificultad para respirar o urticaria.
¿Qué especialista trata la celiaquía?
Los especialistas en tratar la celiaquía son profesionales expertos en todo lo relacionado con el sistema digestivo y el metabolismo. Por tanto, se integran gastroenterólogos, médicos digestivos y nutricionistas. Estos últimos realizan análisis nutrigenéticos para obtener información sobre cómo funciona el metabolismo del paciente, la mayor o menor predisposición a determinadas enfermedades y si padece celiaquía.
En conclusión, ser celíaco significa tener una enfermedad autoinmune que afecta y daña al intestino cuando se consume gluten. Así, para evitar consecuencias graves, resulta fundamental seguir una dieta estricta sin gluten. Es recomendable que este régimen alimentario esté diseñado por especialistas como gastroenterólogos y nutricionistas, ya que ejercen un papel clave en el tratamiento, ayudando a los pacientes a manejar la enfermedad y mantener una buena calidad de vida.