Francisco Oleo
Esta forma de construir más eficaz y sostenible que la tradicional es actualmente la alternativa con más opciones de desarrollo dentro del sector residencial en España. Tres profesores de UNIR, destacados profesionales del sector, exponen las ventajas y desafíos para esta clase de producción a gran escala.
Bajo el título “Hacia una construcción industrializada”, el presidente del Gobierno presentó el pasado 24 de abril en Ifema el Proyecto Estratégico para la Recuperación y Transformación Económica (PERTE), en la octava edición de la feria del sector de la edificación y la construcción REBUILD en Madrid. Pedro Sánchez anunció entonces una inyección de 1.300 millones de euros en 10 años para “construir más y mejores viviendas, hacerlo de forma más rápida y que los precios sean más asequibles”. El objetivo es que en España se construya una media de 15.000 casas al año mediante sistemas industrializados, y en una década, la meta sería llegar al menos a las 20.000 unidades. El Consejo de Ministros ha aprobado el proyecto este martes.
Los sistemas de construcción industrializada se basan en el uso de componentes para la edificación que se ensamblan en un entorno controlado (exterior o interior), emulando las cadenas de montaje en fábricas. Son necesarias grandes naves con maquinaria y España ya cuenta con algunas instalaciones de este tipo, aunque todavía vamos por detrás del resto de Europa, donde es más habitual que partes de un edificio, como los baños, las cocinas o la fachada, se fabriquen en módulos y luego se monten in-situ en la obra.
Según un informe de McKinsey, la construcción off-site puede acelerar los tiempos de construcción entre un 20-50% y reducir los costes un 20% en comparación con la construcción tradicional in-situ. Además, estos procesos no solo permiten una gran eficiencia, sino también mayor precisión y calidad en el producto final.
Para entender mejor las implicaciones de la construcción industrializada, hemos consultado a dos arquitectos y un ingeniero industrial expertos en la materia: Diego Rodríguez Lobato, director técnico de Thermochip; Miguel Díaz Martín, director de Sostenibilidad y fundador del Laboratorio de Innovación RLab de Ruiz-Larrea Arquitectura; y José Manuel Olaizola, director de Plataforma de Digitalización y Automatización de la Construcción en Tecnalia. Cada uno de estos profesionales, los tres docentes de UNIR, aporta una perspectiva única basada en su amplia experiencia y conocimientos del sector.
Eficiencia y sostenibilidad
El director técnico de Thermochip, empresa proveedora de sistemas de cerramiento y pionera en la fabricación y comercialización de paneles sándwich en España, considera que la producción de componentes off-site implica “una mayor productividad, reducción de tiempos y mejores calidades entre las ventajas más directas”, afirma y explica que “también mejoran las condiciones ambientales, de seguridad o menor esfuerzo físico”.
La logística forma parte importante del proceso de industrialización en la edificación de nuevas residencias.
Afirmaciones que subrayan uno de los principales beneficios de la construcción industrializada: la capacidad de mejorar la eficiencia y la precisión en la edificación, lo que se traduce en una gestión más efectiva de los recursos y una reducción de residuos.
Diego Rodríguez Lobato, que también es miembro del Claustro del Máster de Formación Permanente en Construcción Industrializada de UNIR, explica como estos procedimientos contribuyen a una mejor gestión de los recursos y a la reducción de residuos.
Diego Rodríguez Lobato: “La producción de componentes ‘off-site’ implica una mayor productividad, reducción de tiempos y mejores calidades entre las ventajas más directas. También mejoran las condiciones ambientales, de seguridad y es menor el esfuerzo físico”.
Por su parte, Miguel Díaz Martí, director de sostenibilidad y fundador del Laboratorio de Innovación RLab de Ruiz-Larrea Arquitectura, enfatiza la sostenibilidad como uno de los principales beneficios de la construcción industrializada, una actividad totalmente alineada con los cambios sociales y la numerosa normativa que promueve los entornos sostenibles en la actualidad y en el futuro. “La construcción industrializada facilita la implementación de prácticas sostenibles, como el uso de materiales reciclables y la optimización de los consumos energéticos”, señala Díaz Martín, que también forma parte del Máster de Formación Permanente en Construcción Industrializada.
Esta visión es compartida por el director de la Plataforma de Digitalización y Automatización de la Construcción en Tecnalia y codirector de la Plataforma Tecnológica Española de la Construcción. José Manuel Olaizola, ingeniero industrial, añade que la digitalización y la automatización de los procesos permiten un control más preciso y eficiente en cada etapa del proyecto.
Situación actual y futuro en España
Tal como se encuentra el mercado de la vivienda en España, la construcción industrializada sigue ganando terreno, pero su adopción es aún más avanzada en otros países europeos. Según datos de la Asociación Nacional de la Industria del Prefabricado del Hormigón (ANDECE), el uso de sistemas prefabricados ha aumentado un 15% en los últimos cinco años. Este crecimiento refleja un cambio positivo hacia métodos más eficientes y sostenibles en la construcción.
La construcción industrializada requiere de grandes naves para la fabricación de los módulos de las viviendas.
El futuro de la construcción industrializada en España se presenta muy prometedor. Con el impulso de políticas gubernamentales que fomentan la sostenibilidad y la innovación, se espera que la adopción de estos métodos continúe creciendo a buen ritmo, especialmente tras el anuncio hecho por Sánchez. Iniciativas como el Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia del Gobierno de España incluyen también inversiones significativas en la modernización del sector de la construcción, lo que podría acelerar la transición hacia la industrialización de los procesos en el sector.
Principales retos
A pesar de sus ventajas, la construcción industrializada afronta varios desafíos. Según Rodríguez Lobato, uno de los principales obstáculos es la resistencia al cambio por una amplia parte de profesionales dentro del sector. “La adopción de tecnologías de transferencia, y de otro método de gestión distinto al acostumbrado, requiere una inversión inicial significativa y un cambio de mentalidad“, comenta.
Díaz Martín también menciona la necesidad de una mayor formación y capacitación. “Es crucial que los profesionales estén bien preparados para utilizar las nuevas herramientas y técnicas asociadas a la construcción industrializada”, señala. Olaizola coincide en este punto, y añade que la integración de procedimientos digitales puede ser compleja y requiere una coordinación efectiva entre todos los actores involucrados en el proceso.
Nuevos materiales y tecnologías
Los tres expertos son optimistas sobre el potencial de futuro de la construcción industrializada. Rodríguez Lobato prevé un aumento en la adopción de esta forma de construir, impulsada por los importantes ahorros en tiempo y costes que genera, además de los beneficios de eficiencia y sostenibilidad: “La construcción industrializada no es solo una necesidad, es una tendencia que dio comienzo para satisfacer una gran demanda, pero ahora tiene que responder a un menor impacto ambiental en los procesos, un mantenimiento eficaz y a una necesaria flexibilidad en el tiempo”, afirma.
Jose Manuel Olaizola: “El futuro de la construcción pasa por la digitalización y la automatización”.
Díaz Martín anticipa que la innovación continuará siendo un motor clave. “El desarrollo de nuevos materiales y tecnologías seguirá mejorando las capacidades de la construcción industrializada”, comenta. Asimismo, Olaizola destaca la importancia de la colaboración y la integración de los sistemas. “El futuro de la construcción pasa por la digitalización y la automatización, y la construcción industrializada es un paso fundamental en esta dirección”, concluye.
Dos operarios en una fábrica de los distintos componentes de viviendas.
Para aquellos interesados en profundizar en este campo, el Máster de Formación Permanente en Construcción Industrializada de UNIR ofrece una oportunidad única de especialización. Este programa está diseñado para proporcionar a los profesionales las habilidades y conocimientos necesarios para liderar proyectos de construcción industrializada, integrando las últimas tecnologías y prácticas sostenibles.
Miguel Díaz Martín: “”El desarrollo de nuevos materiales y tecnologías seguirá mejorando las capacidades de la construcción industrializada”.
El máster de UNIR aborda temas clave como la producción off-site, la digitalización y la automatización en la construcción, preparando a los estudiantes para abordar con éxito los principales retos de un sector de futuro y cargado de oportunidades. Con un enfoque didáctico y aplicado sobre la práctica real, este programa es muy oportuno para aquellos que creen en la necesaria transformación del sector inmobiliario y quieren situarse la vanguardia.
Los 5 beneficios de construir con mecanos abiertos
1- Reducción de tiempo. Se produce una reducción de tiempos en el proceso de edificación, en parte al realizar actividade en pararelo. La construcción off-site mejora los tiempos de ejecución al fabricar componentes 3D aplicando técnicas de la cadena de montaje. Permite automatizar los procesos optimizando los recursos. El uso de la robótica es posible en entornos controlados. Se ahorran gastos financieros al poder realizar simultáneamente actividades legales de gestión, montaje en fabrica y preparativos in-situ.
2- Atracción de talento: La fabricación de componentes en entornos a resguardo de las inclemencias meteorológicas y con la ayuda de medios auxiliares robotizados, hace más atractiva esta actividad. Atrae nuevo talento al sector (especialistas en robótica, automatización, montadores…), e incorpora más fácilmente a la mujer en estas labores. Según datos de la Fundación Laboral de la Construcción, menos del 9% de los trabajadores del sector son mujeres. La extensión del trabajo off-site y el uso de medios auxiliares permiten un mayor acceso de la mujer al sector de la construcción.
3- Reducción de ocupación del espacio. Al pasar de la construcción convencional in-situ al montaje de componentes en seco regulando su estocaje, se logra optimizar tanto el espacio como el tiempo de ocupación de los espacios de acopio. En la obra tradicional es necesario contar con una gran cantidad de medios auxiliares (encofrados, andamios, grúas, etcétera) cuyo tiempo de ocupación es parejo al de la duración de la obra. Al usar componentes con tamaños limitados solo por los reglamentos de tráfico y ser montados directamente sobre el volumen a edificar, se reducen los tiempos y el espacio necesarios.
4- Reducción de residuos. La optimización en los procesos de fabricación de componentes, y el hecho de realizar in-situ solo su montaje, hace posible reducir el uso de andamiajes, encofrados, etc…, al mismo tiempo que reducimos la generación de residuos en el lugar de destino.
5- Flexibilidad espacial: El uso de sistemas constructivos ensamblados en seco, permite tanto su fácil montaje como su desmantelamiento o sustitución de piezas. Esto es algo fomentado por recientes normas ISO; y es favorable tanto para el mantenimiento sostenible de la edificación, como para su readaptación en el tiempo por parte de sus habitantes.
- Escuela Superior de Ingeniería y Tecnología
