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Los datos necesarios para estimar los efectos de planes y programas sobre el medio ambiente, posibilitando la adopción de medidas para prevenirlos, es lo que se conoce como evaluación ambiental estratégica.

Todo promotor de un plan o programa está obligado a elaborar un documento que recoja la información sobre los posibles efectos que este pueda causar sobre el medio ambiente para poder tomar las decisiones más acertadas que prevengan y minimicen esos efectos. Ese reporte es lo que se conoce como evaluación ambiental estratégica (EAE), una herramienta prevista tanto en la legislación europea como en la española.
Los profesionales involucrados en la construcción de las viviendas e infraestructura actuales han de estar formados para preservar la sostenibilidad en la ordenación del territorio, una cuestión que aborda el Máster en Derecho Urbanístico online de UNIR.
La importancia de la evaluación ambiental estratégica
La preservación del medio ambiente ha sido siempre una necesidad, pero en la actualidad se ha convertido en imperativo ante los efectos del cambio climático. La evaluación ambiental estratégica juega un papel determinante en la protección del entorno y el desarrollo sostenible. Su importancia la determinan cuestiones como:
- Prevención de riesgos ambientales, al permitir identificar y mitigar posibles impactos negativos antes de que ocurran.
- Toma de decisiones informada, ya que proporciona a los responsables de la toma de decisiones datos cruciales sobre las consecuencias ambientales de planes y estrategias generales.
- Fomento de la sostenibilidad, porque promueve un enfoque equilibrado entre el desarrollo económico y la conservación del medio ambiente.
- Transparencia, facilitando la participación pública y la consideración de diversas perspectivas en el proceso de planificación.
Un consultor ambiental experimentado puede ayudar a las organizaciones a concluir con éxito este proceso, asegurando que se cumplan todos los requisitos legales y maximizando los beneficios ambientales.
¿Cómo hacer una evaluación ambiental estratégica?
A la hora de ejecutar la evaluación ambiental estratégica de cualquier plan o programa es importante considerar las diversas fases que componen este proceso y que permiten integrar las consideraciones ambientales en la planificación desde sus etapas iniciales. Las principales etapas son:
- Orientación inicial. En esta primera fase es necesario definir los objetivos generales del plan e identificar a los actores más relevantes.
- Ámbito de influencia. Después, se determina el alcance territorial y temporal del plan, así como los temas ambientales clave a considerar.
- Objetivos específicos. En relación con los aspectos ambientales que se hayan identificado, habrá que establecer metas concretas y medibles.
- Construcción de alternativas. Se proponen diferentes opciones para alcanzar los objetivos, considerando sus implicaciones ambientales.
- Análisis de coherencia interna. En este punto, es preciso evaluar la consistencia entre los objetivos del plan y las acciones propuestas.
- Estimación de los efectos ambientales. Ahora llega el momento de valorar los posibles impactos de cada alternativa sobre el medio ambiente.
- Evaluación de alternativas. Se comparan las opciones propuestas en función de sus efectos ambientales y su viabilidad.
- Integración de resultados. Al elaborar el diseño final del plan, hay que incorporar las conclusiones de la evaluación.
- Seguimiento. Es preciso establecer los mecanismos necesarios para monitorear los efectos ambientales durante la implementación del plan.
A lo largo de todo el proceso, se fomenta la participación pública y la consulta a las autoridades ambientales competentes. El objetivo es garantizar que las consideraciones ambientales se integren de manera efectiva en la toma de decisiones estratégicas, promoviendo así un desarrollo más sostenible.
Seguir todas las fases del proceso asegura que la gestión ambiental empresarial se integre en todas las etapas del proyecto.
Ejemplos de evaluación ambiental estratégica
La EAE se aplica en sectores y proyectos de desarrollo muy diversos, especialmente aquellos que implican una alteración significativa del territorio o los recursos. Algunos ejemplos comunes incluyen:
- Planes de desarrollo urbano y ordenación territorial. Todo lo relacionado con planeamiento urbanístico donde se evalúan proyectos de expansión urbana y construcción de infraestructuras para asegurar que respeten el entorno.
- Estrategias para la infraestructura de transporte. Planificación de carreteras, ferrocarriles o aeropuertos, donde se analiza el impacto en la calidad del aire, la biodiversidad y la cohesión social de las zonas afectadas.
- Programas de energías renovables. Los desarrollos regionales sobre energía eólica, solar o hidroeléctrica suelen someterse a la evaluación ambiental estratégica para asegurar que se desarrollen en armonía con el entorno natural.
La legislación de la EAE en España y Europa
La legislación sobre evaluación ambiental estratégica cuenta con ámbito europeo y nacional, proporcionando un sólido marco para su aplicación. Estas son las normativas en vigor:
- En Europa. La Directiva 2001/42/CE establece las bases para elaborar la EAE en todos los Estados miembros.
- En España. La Ley 21/2013, de 9 de diciembre, de evaluación ambiental, integra la evaluación ambiental estratégica en el ordenamiento jurídico español, tras la derogación de la Ley 9/2006, de 28 de abril.
Esta legislación requiere que los planes y programas que puedan tener efectos significativos sobre el medio ambiente se sometan a una evaluación ambiental estratégica. Esto incluye sectores tan heterogéneos como la agricultura, la silvicultura, la gestión del agua, la pesca, la energía, la industria, el transporte, la gestión de residuos, las telecomunicaciones, el turismo o la ordenación del territorio urbano y rural.
La implementación efectiva de estas leyes, además de ayudar a prevenir riesgos ambientales, también fomenta una cultura de responsabilidad ambiental en el sector empresarial. Esto es así porque la EAE proporciona información valiosa que las empresas pueden incorporar cuando elaboran su informe de responsabilidad social empresarial, demostrando así su compromiso con la sostenibilidad.