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La guerra cibernética utiliza los ataques digitales para dañar los sistemas informáticos más esenciales de un país y afectar a infraestructuras básicas, como la red eléctrica o el transporte. Cada vez está más presente en los conflictos actuales.

En un contexto de guerra, los tipos de ofensivas pueden ir desde los medios “tradicionales”, como el ejército y el armamento pesado, a los más actuales, como virus informáticos o ataques de piratería informática. Esto último es lo que se entiende por ciberguerra, un tipo de conflicto cada vez más presente que obliga a empresas y gobiernos a adoptar nuevas medidas de seguridad.
Los retos que presentan las ciberguerras son complejos y requieren de especialistas con formaciones como el Máster en Ciberdelincuencia online de UNIR, el cual capacita para identificar, comprender y saber cómo actuar ante actividades digitales ilícitas dirigidas hacia determinadas organizaciones y la sociedad en general.
¿Qué se entiende por ciberguerra?
La ciberguerra, también conocida como guerra cibernética o cyber warfare, es el uso de ataques digitales para dañar los sistemas informáticos más esenciales de un país. Los objetivos son variados, como sistemas de información, red de transporte, suministro de electricidad, entidades financieras, instalaciones militares, páginas web de empresas y organismos públicos… Entre sus fines también está el de encontrar vulnerabilidades en los sistemas de información del enemigo para atacarlos y obtener datos e información sensible.
Los perpetradores de un ataque digital pueden ser gobiernos, grupos terroristas, organizaciones criminales o individuos que actúan por su propia cuenta y llevan a cabo actos de ciberterrorismo.
Tipos de ataques digitales
En la ciberguerra se utilizan todo tipo de métodos y herramientas, estos son los más comunes:
- Ataques de denegación de servicio distribuido (DoS). Es un tipo de ciberataque que consiste en saturar sistemas haciendo un elevado número de peticiones con bots, dejándolos fuera de servicio.
- Ataques de malware. Uso de virus y gusanos para que se infiltren en sistemas informáticos de servicios esenciales —como las comunicaciones y las redes eléctricas— con el objetivo de causar grandes daños.
- Secuestro de información con un ransomware. Consiste en utilizar un tipo de malware que sirve para infectar un equipo y bloquear el acceso a la información del sistema infectado. Los atacantes suelen pedir rescates económicos para que los usuarios puedan recuperar sus datos.
- Stalking digital. Se trata de un método utilizado para monitorizar y acosar a personas clave como personajes políticos o empresarios importantes. Consiste en la creación de perfiles falsos en redes sociales para publicar comentarios hostiles con los que acosar y hacer un seguimiento de la vida de personas concretas.
Ejemplos de ciberguerra
La guerra cibernética no es un fenómeno que haya surgido recientemente sino que desde que existe Internet se ha dado en multitud de ocasiones. Estos son algunos ejemplos reales:
- NotPetya. Un ejemplo notable de ciberguerra fue el que sufrió Ucrania en el año 2017, cuando hackers rusos quisieron destruir los sistemas informáticos financieros de este país creando el malware
- WannaCry. Ese mismo año también tuvo lugar el ransomware WannaCry, que se propagó afectando a más de 200.000 equipos informáticos en más de 150 países. En España, la compañía Telefónica fue víctima de este ataque.
- SolarWinds. En 2020 tuvo lugar el ataque a la empresa de tecnología SolarWinds que afectó a miles de organizaciones en todo el mundo, incluyendo a la Casa Blanca y varias empresas de tecnología.
- Log4j. Otro ejemplo es el de la empresa de tecnología Log4j, que en diciembre de 2021 sufrió un ataque en el que los hackers pudieron tener acceso a datos confidenciales de varias empresas y organizaciones, entre las que se encontraban la NASA y la CIA.
La ciberseguridad: clave en el contexto de una ciberguerra
La guerra cibernética se debe entender como una estrategia más de ataque contra un país/organización que pretende provocar grandes daños. Por ejemplo, un ataque malware contra la red eléctrica de una ciudad, no busca solo dejar sin luz a la población; también tiene el objetivo de generar caos y perjudicar la economía.
Además de las infraestructuras críticas —como el transporte público, la electricidad y los sistemas de agua potable— entidades como hospitales, bancos o empresas energéticas suelen ser el blanco perfecto de los ciberataques porque contienen datos personales, sensibles y relevantes.
Sin duda, la ciberguerra es en la actualidad una de las principales amenazas informáticas a nivel mundial. Por esta razón, la ciberseguridad en general—y la ciberseguridad industrial en concreto— debe considerarse una cuestión prioritaria tanto por los gobiernos como por las organizaciones privadas.
De ahí que formaciones como el Máster en Ciberseguridad online de UNIR sean tan relevantes hoy en día; pues la mejor manera de prevenir es contar con el conocimiento necesario que ayude a protegerse y lograr evitar, así, un ciberataque.
En conclusión, la ciberguerra consiste en el uso de ataques digitales selectivos contra sistemas informáticos para provocar grandes daños en los países y las empresas. Está cada vez más presente en los conflictos actuales y, por ello, se debe de apostar por la prevención y la formación con el fin de proteger los sistemas de información y las redes de comunicación.