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Irene Martín García: “Si una organización no cuenta hoy con un marco de trabajo, unas herramientas y unos procesos lo suficientemente flexibles, no sobrevivirá”

Se dedica a facilitar y entrenar la agilidad en las empresas y no le falta trabajo, al contrario. Consultora, coach, investigadora, apasionada de la transformación, la directora de Desarrollo de Negocio en Opinno y profesora de UNIR nos sumerge en el modelo de gestión que está cambiando el mundo.

METODOLOGÍAS Agile
Irene Martín García, directora de Desarrollo de Negocio de Opinno y profesora de UNIR.

Fue Toyota quien, a finales de los años 40 del siglo pasado, nos inoculó el virus de la agilidad, de la búsqueda permanente de la calidad y del trabajo bien hecho. Lo hizo fabricando coches y, tras una puesta a punto de su modelo operativo y filosófico en los años 70, ese organismo contagioso que diseñó ya se extiende a lo largo y ancho del planeta.

Las metodologías ágiles forman ya parte esencial en un ingente número de organizaciones y empresas de todo el mundo: control de calidad, reducción de inventarios, de defectos, de los tiempos, de los costes y del impacto sostenible de cualquier actividad. También son el motor de una mejora continua y de un axioma fundamental: el compromiso de los empleados. Cualidades, retos y desafíos que hoy están en el centro de la innovadora industria del automóvil, como de cualquier otra que se mire a largo plazo.

Como contagiados por el tic-tac de un reloj o el pulso electrizante de un ordenador de última generación, el género humano avanza cada vez más rápido en su camino hacia el infinito. Vamos como motos y circulamos a gran velocidad, cambiando continuamente de dirección según sople el viento de unos objetivos que no son inmutables, sino todo lo contrario. Practicamos cada vez más las metodologías ágiles para no quedarnos atrás. ¿Deprisa, deprisa? ¿Rápido, rápido?

“Yo sustituiría la palabra rápido por flexible o adaptativo, porque este es el gran cambio que impulsa esta forma de trabajar, el método Agile. Se trata de no tener una planificación súper estricta y súper establecida a largo plazo, porque vivimos una realidad en la que los cambios están a la orden del día. Y si no somos capaces de tener un marco de trabajo, unas herramientas y unos procesos lo suficientemente adaptativos, pues obviamente vamos a morir en el intento o no vamos a ser capaces de movernos con la suficiente rapidez para seguir adelante. No sobreviviremos”, sostiene nada más empezar la entrevista Irene Martín García, directora de Desarrollo de Negocio de la consultora Opinno y profesora del Máster en Metodologías Ágiles de UNIR.

Irene Martín lleva ahora la parte comercial y de ventas de esta empresa, tras ser durante unos años la responsable de todos los proyectos de transformación corporativa, de ahí su total vinculación con todo el mundo Agile.

Opinno nació en Silicon Valley en 2008, justo cuando empezaba la última gran crisis económica mundial, he hizo buena esa reflexión que dice que las mejores oportunidades aparecen en tiempos de recesión. “Es una consultora de innovación que se reinventa cada año y en la que llevo más de diez trabajando y reinventándome. Necesitamos transformarnos continuamente para poder adelantarnos a las nuevas tendencias y así acompañar, literalmente, a las empresas para que puedan estar al día permanentemente”, explica esta Agile coach.

Desde Opinno llevan a cabo proyectos para ayudar a las empresas a lanzar nuevos productos, servicios e incluso nuevos modelos de negocio para adaptarse al mercado. También les enseñan a transformarse con estas nuevas metodologías de gestión y a aplicarlas en el día a día. Conectan a las compañías con el mercado e incluso hacen de aceleradores de negocios buscando startups que resuelvan retos concretos. Trabajan habitualmente en modo Agile con las empresas del Ibex 35, aseguradoras, eléctricas, la banca, empresas industriales, de gran consumo, del sector del comercial, compañías líderes siempre preocupadas por avanzar constantemente.

Opinno participó, por ejemplo, en la creación de Insur Space, la aceleradora de MAPFRE, un proyecto en el que “nosotros buscamos las startups y ayudamos a integrarlas. Toda esa metodología de gestión fue Agile, por sprints, viendo poco a poco si esas startups encajaban o no. También ayudamos a Prosegur a acelerar y validar determinados proyectos con metodologías ágiles. Lo que normalmente se tarda un año en comprobar si funciona o no, nosotros lo logramos en tres meses”, asegura.

Pregunta: Facilidad, prontitud, viveza en el ejercicio de alguna facultad o habilidad en general… ¿Qué diferencia a la metodología Agile de todo lo que hacíamos antes de que esta se extendiese por todas las organizaciones? ¿En qué ha cambiado la manera de gestionar?

Respuesta: Es una forma de trabajar que las empresas han adaptado y adoptado desde hace mucho tiempo, sobre todo en un ámbito más industrial, basada en la flexibilidad total para adaptarse a un entorno siempre cambiante. Hay que moverse con la suficiente rapidez para seguir avanzando.

Pero la metodología Agile es mucho más que la velocidad. Existe una confusión con el término y se ha pervertido su significado. Cada uno se lo ha llevado a lo que le interesa, pero en el fondo se trata adecuar el alcance, amoldar aquello que quieres hacer a unos tiempos más cortos, de manera que vayas entregando cosas cuanto antes o cada menos tiempo, pero sin querer entregarlo todo de golpe como hacíamos antes.

P: ¿Qué perfil debe tener un agile coach? ¿Por qué lo necesitan las empresas y cuál sería su labor?

R: La forma de trabajar, las herramientas, los procesos y la organización han cambiado. Esto supone romper departamentos o cambiar roles y los cargos que hemos tenido siempre, precisamente para responder a estas nuevas tendencias. Se trata de un gran cambio y normalmente una organización necesitará ayuda en esa transición. Ahí es donde entra en juego el Agile coach.

El mundo Agile trae consigo una serie de roles relacionados con el desarrollo de unos proyectos cada vez más habituales en los que intervienen el scrum master, el product owner, el equipo de desarrollo… Y esa transición requiere una figura que guíe a todos estos nuevos roles que realmente no saben llevar a cabo su nueva labor basada en esta metodología.

El Agile coach es el facilitador que acompañará en esa transformación a todos estos nuevos perfiles, incluidos también sus responsables, para que realmente ajusten tanto su mentalidad como su forma de trabajar en este nuevo formato de gestión.

 

El Agile coach es el facilitador que acompañará en esa transformación a todos estos nuevos perfiles, incluidos también sus responsables, para que realmente ajusten tanto su mentalidad como su forma de trabajar en este nuevo formato de gestión.

Suele ser un profesional muy orientado a las personas, que acompaña, que guía, que hace las preguntas adecuadas, pero siempre con esa matiz ágil y centrado en que los demás desempeñen bien su labor en esta nueva realidad.

Agile

P: ¿Qué aportan y cómo influyen las nuevas tecnologías en esta forma de gestionar, sobre todo la inteligencia artificial y la ciencia de datos, capaces de acelerar la toma de decisiones y de asegurar los procesos productivos?

R: Necesitamos que una empresa sea competitiva en el entorno actual y eso significa responder más rápido ante las demandas de los consumidores, ante las tendencias que están surgiendo o ante lo que están haciendo otras empresas. Y la única forma de hacerlo es integrando la tecnología.

Necesitamos ser competitivos y eso significa responder más rápido ante las demandas de los consumidores, ante las tendencias que están surgiendo o ante lo que están haciendo otras empresas. Y la única forma de hacerlo es integrando la tecnología.

 

Al final, son las tecnologías las que agilizan al máximo ciertos procesos en la toma de decisiones y en el suministro de información. La robotización, por ejemplo, aplicada en ciertas partes claves de una empresa, la hace ser mucho más competitiva y eficiente, capaz de optimizar esos procesos de desarrollo o de entrega de resultados. Pero hay que entender bien cómo funciona la tecnología para integrarla de una manera inteligente en estos procesos donde sabemos que nos va a generar una ventaja competitiva.

Son las personas dentro de la organización las que tienen que entender y saber qué impacto tienen y como sacar un mayor partido a este tipo de herramientas.

Si lo pensamos, hoy en día no somos capaces de vivir sin ordenador, sin internet, cuando no hace tanto el método era la enciclopedia. Internet nos ha agilizado la búsqueda de información y otras muchísimas cosas. Cualquier perfil dentro de la organización debería ser capaz de tener ese conocimiento básico. No hace falta que sea totalmente profundo para todo el mundo, pero sí debe aportar en el día a día, porque permite sacar un mayor partido al trabajo en cualquier ámbito de aplicación.

P: ¿Cómo y hacia dónde se están transformando las empresas, al margen de la consabida digitalización?

R: La pandemia fue un antes y un después para la transformación digital de las empresas. En seis meses se avanzó lo que se hubiese tardado en hacer cinco años a ritmos normales. Por ejemplo, hay ciertos aspectos del teletrabajo que han llegado para quedarse y otros no tanto, porque hemos visto una vuelta a la presencialidad bastante grande también en muchas empresas tras la pandemia.

La pandemia fue un antes y un después para la transformación digital de las empresas. En seis meses se avanzó lo que se hubiese tardado en hacer cinco años a ritmos normales.

 

Hemos podido comprobar que empresas que trabajaban en entornos de trabajo ágiles han sido capaces de hacer mejor esa transición e integrar el teletrabajo de una manera mucho más fácil, no tanto desde un punto de vista digital, sino de un punto de vista cultural.

Los líderes gestionan muy bien la presencialidad, porque ven a las personas, saben qué está haciendo cada uno, y esa gestión, quizá más en el día a día, es más sencilla. Pero existe una gran incertidumbre cuando todo eso lo pasamos a un contexto digital, donde ya no vemos a las personas y no sabemos del todo qué hacen. Esto nos obliga a basarnos más en la confianza y a centrarnos más en los resultados.

Cada persona sabe lo que tiene que entregar y da igual las horas que trabaje, siempre y cuando cumpla en tiempo y forma con lo establecido. Y tú, como líder, debes confiar en que lo está haciendo. La llegada del teletrabajo, del trabajo híbrido, ha fomentado mucho esa transformación cultural hacia la agilidad en las organizaciones, y esos esos nuevos atributos del liderazgo que ahora se piden, que no tienen que ver tanto con una orientación hacia una tarea concreta, sino con los resultados y la confianza en los trabajadores.

Cada persona sabe lo que tiene que entregar y da igual las horas que trabaje, siempre y cuando cumpla en tiempo y forma con lo establecido.  La llegada del teletrabajo ha fomentado mucho esa transformación cultural hacia la agilidad en las organizaciones.

 

P: ¿Qué son y para qué sirven las plataformas colaborativas?

R: Es un modelo de trabajo totalmente disruptivo. Hasta hace poco, las empresas eran organizaciones absolutamente cerradas, mientras que ahora nos estamos abriendo cada vez más a que cualquiera pueda interactuar con nosotros; ya no sólo el cliente, sino cualquier experto que nos pueda aportar algo, aunque no forme parte de la compañía.

Te pongo el ejemplo de la empresa donde yo trabajo, Opinno, que cuenta con un modelo de consultoría basado en plataformas donde la idea clave es formar parte de una red. Es muy difícil tener todo el talento y el conocimiento que necesitas dentro de una misma empresa, porque no puedes contratar de manera indefinida. Lo que sí puedes hacer es conectarte y colaborar con cualquier persona que cuente con ese conocimiento que buscas. Hoy es algo que están haciendo muchas empresas a través plataformas digitales en las que cuentas con recursos ajenos y en las que puedes trabajar conjuntamente con otros.

Hasta hace poco, las empresas eran organizaciones absolutamente cerradas, mientras que ahora nos estamos abriendo cada vez más a que cualquiera pueda interactuar con nosotros; ya no sólo el cliente, sino cualquier experto que nos pueda aportar algo.

 

Ya estamos viendo el éxito de la innovación abierta y de las plataformas colaborativas, con personas que son capaces de hablar entre ellas directamente y sin intermediarios, en cuestiones que antes, por ejemplo, hacía un banco, una empresa aseguradora o una eléctrica.

método agile

Pienso que vamos a ir mucho en esta dirección y por eso necesitamos entender muy bien cómo funciona este nuevo modelo de trabajo, al que nuevas tecnologías como blockchain ya están dando soporte.

P: Pero que una empresa comparta talento o se abra a otros de fuera parece muy complicado, por el riesgo de que te copien, de que puedan conocer tus secretos y te arrebaten parte del negocio. ¿Cómo se gestionan estos riesgos en un sistema de plataforma colaborativa?

R: Para mí son cuestiones que están ya prácticamente superadas, porque ya no se innova desde un sótano y sin que nadie sepa lo que estás haciendo. Hoy la innovación va de compartir, de relacionarse y de colaborar. Un smartphone, aunque lleve una marca detrás, lo hacen muchísimas empresas que colaboran y comparten distintas tecnologías. Siempre habrá cuestiones y aspectos confidenciales y privativos de cada uno, pero la colaboración va a seguir creciendo.

P: Ejemplos de productos, servicios o negocios que tengan detrás claramente la metodología Agile y los modelos colaborativos.

R: Hablando de un modelo colaborativo, citaría al BBVA, con su programa Ninja” para que los empleados puedan desarrollarse más y mejor. El banco ha abierto sus contenidos a los empleados de Mahou San Miguel, y lo mismo ha hecho Mahou San Miguel con los empleados de BBVA para que ambas compañías sean más eficientes.

Luego están los modelos de coche compartido que ya están funcionando, aunque de momento no terminan de romper la barrera de la rentabilidad. Muchos productos digitales se lanzan ya con estas metodologías, los gigantes industriales ya trabajan con sprints

Trabajar en modo Agile es hacerlo a través de equipos que tienen unos objetivos concretos que se van cumpliendo, multidisciplinares y autoorganizados, es decir, con las habilidades necesarias y empoderados para gestionar por iteraciones de tiempo constantes.

 

Trabajar en modo Agile es trabajar a través de equipos que tienen unos objetivos concretos que se van cumpliendo, equipos multidisciplinares y autoorganizados, es decir, con las habilidades necesarias y empoderados para trabajar por iteraciones de tiempo constantes. Cada dos o tres semanas entregan resultados y siempre construyen sobre lo anterior, es decir, van revisando todo lo que se ha hecho y siempre aportan valor al final de cada periodo de tiempo establecido.

Con las metodologías ágiles no tienes que esperar hasta el final del proyecto. Hay una serie de roles y ceremonias que garantizan que la comunicación fluye, que hay transparencia y que efectivamente se está llegando a los resultados perseguidos sin bloqueos. Y si no se llega, se revisa todo para entender por qué no se ha logrado y así mejorar los procesos siguientes. La capacidad de adaptación de los equipos es fundamental.

P: ¿Qué papel juega la formación en esta revolución digital que estamos viviendo? El aprendizaje continuo es clave, porque todo cambia muy rápido, continuamente y en todas las direcciones.

R: El long life learning, la formación para toda la vida, es muy importante, aunque es algo que ya existía y existe en muchísimas profesiones, como en Medicina o en Derecho, por citar sólo dos. Está claro que no te puedes quedar con lo que aprendiste como estudiante durante la carrera. Es absolutamente indispensable estar constantemente actualizado, también en el mundo empresarial, porque, de lo contrario, te quedas obsoleto y no serás un buen profesional.

Lo que ocurre ahora es que la información y el conocimiento están mucho más democratizados que antes. El acceso es mucho más fácil y los canales son muy diversos. Yo, por ejemplo, me paso el día escuchando podcasts de todo tipo de cosas.

P: ¿Cuáles son, a tu juicio, las principales fortalezas del Máster de Metodologías Ágiles de UNIR?

R: Aunque hace lógicamente un repaso completo a esta metodología desde un plano teórico, lo mejor del Máster en Metodologías Ágiles es su formación totalmente práctica. A mis clases traslado mi trabajo diario en la consultora Opinno, esos proyectos Agile para todo tipo de compañías, grandes y pequeñas.

Los estudiantes del máster aprenden con casos 100% reales, actuales y validados por el mercado.

 

Los estudiantes del máster aprenden con casos 100% reales, actuales y validados por el mercado. No tiene nada que ver una empresa industrial con una compañía digital, o una firma muy antigua con otra de nueva creación. Cada una necesita hacer sus adaptaciones específicas y todo eso se aprende en este máster.

Se aplican unos marcos de trabajo concretos, unas metodologías diferentes para cada caso, si bien todas están dentro del mismo paraguas Agile. En este máster enseñamos a aplicar lo aprendido, damos una experiencia basada en ejemplos reales que llevan a cabo en estos momentos las empresas, explicamos lo que ha funcionado y lo que no, y por qué. Una formación en detalle y a la medida de cada perfil de las personas que lo cursan.

A todo esto hay que sumarle la propia metodología de UNIR, un aprendizaje 100% online que te da una gran facilidad y flexibilidad tanto a los estudiantes como a los profesores. Da igual que vivas en un país diferente, que tu día a día sea complicado y distinto al de otros, y el hecho de que sea formación digital no impide que las clases sean muy colaborativas.

La infraestructura que tiene UNIR, tras más de una década funcionando en este formato, hace que todo sea muy fácil. Ya no tenemos excusas para no estudiar un máster. Con UNIR, más fácil, imposible.

 

Las claves de la agilidad en la empresa:

  • Adaptación: Todos los mecanismos ágiles están pensados para ser capaces de reaccionar ante los cambios.
  • Equipos multidisciplinares, autónomos y empoderados: Es la “unidad de referencia” en Agile. Frente a silos y departamentos verticales, Agile propone miembros tomando decisiones y asumiendo compromisos. El liderazgo se entiende desde el ejemplo y el servicio.
  • Personas: Agile da gran importancia a las personas y sus interacciones. La empresa ágil tiende a ser más fluida, más plana y más cercana a las personas, lo que la hace más robusta, adaptable y eficiente.
  • Empirismo: Las prácticas ágiles se basan en datos y hechos para la toma de decisiones. Agile pone especial atención en identificar la forma de medir los procesos, y especialmente, sus resultados.
  • Transparencia: Los equipos se basan en confianza y la comunidad de intereses y objetivos, por lo que la información debe fluir, especialmente la relativa a datos y métricas.
  • Calidad: La calidad no se discute y está presente en todo el proceso, desde el comienzo y en el núcleo de la actividad. Esto ayuda en forma de eficiencias: es mucho más costoso y arriesgado corregir algo ya construido.
  • Mejora Contínua: Agile parte del inconformismo, de preguntarse si no hay otra forma mejor de hacer las cosas. Esta pregunta está presente a través de muchas prácticas fomentando el empuje continuo hacia la excelencia.
  • Iterativo e incremental: En cada iteración el producto o servicio crece desde sus fundamentos, progresivamente y en ciclos cortos entregándose un producto completo al que se le van añadiendo nuevas características, pero poniendo foco en aquello que aporte más valor.
  • Conocimiento y aprendizaje: Una organización ágil es un lugar donde está bien visto experimentar y ensayar. El fallo producto de la experimentación no tiene consecuencias dramáticas, sino que se ve como una fuente de generación de conocimiento.

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