María Belén Cantón Álvarez
La investigación en las profesiones sanitarias es un valor seguro por el que apostar. El esfuerzo por encontrar nuevas técnicas diagnósticas y tratamientos tiene una recompensa que puede ser crucial para el individuo y la sociedad.
Conocer la relevancia de la investigación en las ciencias de la salud, se puede explicar asomándonos al escenario global del mundo. En él, hemos experimentado en los últimos años, desde situaciones sanitarias tan diferentes como el incremento de la esperanza de vida en términos cuantitativos y cualitativos impensables hace un siglo; hasta una pandemia por un microorganismo que ha dejado en jaque a la población mundial, en una era en la que la mayoría de las enfermedades infecciosas han pasado a ocupar un puesto irrelevante en cuanto a su morbimortalidad en los países desarrollados. Y estos dos ejemplos, han exigido y necesitado de la investigación para su abordaje.
La investigación y la salud
La salud es un área de conocimiento que está en constante movimiento, de forma que el abordaje clínico de una patología cambia sustancialmente dependiendo, entre otros factores, del momento histórico en el que se produzca su diagnóstico. Esto hace que diagnósticos cuyo pronóstico puede ser letal hoy, dentro de unos años cambie totalmente.
Esto hecho tan relevante para el futuro tanto individual como colectivo, se debe a que las ciencias de la salud, gracias a la investigación, avanzan de forma continua y nos permiten cambiar radicalmente el manejo de las enfermedades, y con ello su pronóstico, así como la forma de convivir con la falta de salud.
La investigación como elemento profesional
La investigación en las ciencias que rodean a la salud es una parte inherente a todas las profesiones que tienen algo que aportar a la misma. En ocasiones, porque los investigadores dedican su tiempo en exclusividad a esta tarea convirtiéndose en su profesión; y otras veces, porque dentro de las labores de diferentes profesionales sanitarios, una de las mismas es la investigación. De esta forma, la integran en su día a día con el resto de las funciones propias de su puesto laboral, como la asistencial o la docente.
Por otro lado, es indefendible que, existiendo posibilidades para cambiar el curso de las enfermedades para mejorar la salud de las poblaciones, no se recorran los caminos científicos necesarios para encontrar dichas posibilidades. En este punto, entra en juego la importancia de la incorporación de conocimientos profundos en metodología de la investigación a la formación curricular de los profesionales sanitarios, convirtiéndose en una necesidad para ellos y en una obligación para los sistemas sanitarios.
Los sistemas y la investigación
Cada vez son más los países que incorporan en sus agendas políticas, programas de investigación en ciencias de la salud, con el objetivo de promover la misma, e integrarlas en el sistema vertebral de la estructura formal responsable de la asistencia sanitaria. De esta forma la motivación para la investigación, que ha estado ausente históricamente en la mayoría de los profesionales sanitarios, se promociona, ya que se incorpora como elemento clave y básico en el desarrollo y capacitación de los mismos durante su trayectoria laboral.
Por desgracia, el reconocimiento profesional de esta tarea no es todo lo adecuado y homogéneo que debiera, lo que genera que la masa gris que permite el avance científico en muchas ocasiones, se agrupe vinculándose a determinados países, existiendo grandes diferencias a nivel mundial y promoviendo el exilio de los profesionales de las naciones en las que no existen incentivos para la investigación, buscando mejores oportunidades laborales, que les permitan seguir desarrollando su labor investigadora.
La realidad y la investigación
El sector salud sólo puede tener un futuro garantizado, dado que hasta que no se invente una tecnología que pueda curar todas las enfermedades como anticipan algunas películas, las profesiones que desarrollan su desempeño en el entorno de la salud persistirán sine die. Y esta situación también precisaría de investigación previa.
La pandemia COVID ha demostrado que la sociedad humana siendo vulnerable a problemas de salud desconocidos, está preparada para avanzar contra los mismos, gracias a su capacidad de investigación en ciencias de la salud, para encontrar los medios diagnósticos, preventivos y terapéuticos adecuados.
La formación específica en este campo supone un aditivo especialmente relevante para cualquier profesional de la salud, dado que el mapa actual de los grupos de enfermedades más prevalentes tanto en carga de enfermedad como en letalidad como las enfermedades cardiovasculares, las oncológicas, o la salud mental, tienen puestas sus esperanzas en la investigación para avanzar en el mejor manejo y reducción de la mortalidad.
Para terminar
La investigación en salud es un valor seguro y por el que hay que apostar dado que, como decía Mahatma Gandhi: “La salud es la riqueza real y no piezas de oro y plata”, y todo lo que suponga invertir para buscar nuevas técnicas diagnósticas, medidas preventivas y tratamientos con el objeto de mantener la misma, se debe convertir en una de las principales metas para el ser humano y para la sociedad.
