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La esclerosis múltiple es una enfermedad autoinmune que afecta el sistema nervioso. Conocer sus síntomas y características es clave para mejorar las técnicas de diagnóstico y fomentar la investigación.

Según la Sociedad Española de Neurología (SEN), cada año se diagnostican en España cerca de 1.800 casos de esclerosis múltiple y hay más de 47.000 personas afectadas por esta enfermedad. Por ello, es importante saber qué es la esclerosis múltiple (EM), así como cuáles son sus síntomas y cómo es su diagnóstico. Además, una vez se identifiquen sus causas y factores de riesgo, se desarrollarán tratamientos más efectivos, mejorando así la calidad de vida de los afectados.
Formaciones como el Máster en Neuropsicología online de UNIR son cruciales para avanzar en este campo, contribuir al desarrollo de técnicas de diagnóstico temprano e implementar intervenciones y tratamientos más efectivos, tanto para la esclerosis múltiple como para otros trastornos neurológicos.
¿Qué es la esclerosis múltiple?
La esclerosis múltiple es una enfermedad autoinmune que afecta el sistema nervioso central, compuesto por el cerebro y la médula espinal. El sistema inmunológico ataca por error la mielina, una sustancia que recubre los axones de las neuronas, fundamentales para la transmisión de información en el cuerpo.
Este proceso, llamado desmielinización, interfiere en la correcta comunicación neuronal y provoca diversos síntomas, como por ejemplo: fatiga, problemas de memoria, cambios anímicos, dificultad para movilizarse, entumecimiento, dolor, cosquilleo y deterioro de la visión, entre otros. Estos síntomas varían con el tiempo y en cada persona, ya que dependen de la localización y la gravedad del daño en la fibra nerviosa.
En referencia a lo que causa la esclerosis múltiple aún se desconoce. No obstante, los expertos señalan que la enfermedad se manifiesta cuando personas con predisposición genética se exponen a determinados factores ambientales. En este sentido, se siguen promoviendo diversos tipos de investigación médica para hallar el origen de la enfermedad y los aspectos que la desencadenan, tales como estilos de vida o el análisis del entorno.
Tipos de esclerosis múltiple
La esclerosis múltiple se manifiesta de cuatros formas diferentes:
- Esclerosis múltiple remitente-recurrente (EMRR). Es la forma más común de la enfermedad. Se manifiesta en brotes cuyas secuelas pueden reducirse o desaparecer en un período variable, yendo de días hasta meses. Los síntomas cambian según las áreas del sistema nervioso central afectadas. Además, la padecen más mujeres que hombres y suele aparecer en las primeras etapas de la enfermedad, aunque en algunos casos no evoluciona a otras formas.
- Esclerosis múltiple primaria progresiva (EMPP). Se distingue por un avance gradual y constante de los síntomas, es decir, no existen picos de empeoramiento o mejoría, su progresión es constante. Afecta principalmente a la movilidad y la fuerza motora, y su incidencia es similar en hombres y mujeres.
- Esclerosis múltiple secundaria progresiva (EMSP). Representa la evolución de la EMRR en aproximadamente el 25 % de los casos. En esta tipología, el deterioro neurológico es progresivo, disminuyendo los períodos de mejoría y mostrando un empeoramiento de los síntomas.
- Esclerosis múltiple progresiva recurrente (EMPR). Es la menos frecuente, afectando solo al 3 % de los pacientes. Se caracteriza por un avance constante de la enfermedad desde el inicio, con la posible aparición de brotes ocasionales, pero sin recuperación significativa entre ellos.
Conocer en profundidad la esclerosis múltiple y sus formas de manifestarse es muy importante para aplicar los tratamientos adecuados y mejorar así la calidad de vida de los enfermos. Por ejemplo, en los casos graves, se emplean tratamientos basados en terapias inmunosupresoras o en el intercambio de plasma, también denominado plasmaféresis, entre otras.
¿Cómo se diagnostica la esclerosis múltiple?
La variabilidad de síntomas y la similitud con otras enfermedades dificulta cómo se detecta la esclerosis múltiple. No obstante, existen una serie de técnicas, como las resonancias magnéticas y los análisis del líquido cefalorraquídeo, que ayudan a identificar lesiones en el sistema nervioso central, siendo esta una de las características principales de la esclerosis múltiple.
Asimismo, destacan otras pruebas de diagnóstico, como los exámenes neurológicos detallados, necesarios para evaluar el funcionamiento del sistema nervioso a través de test de reflejos, fuerza muscular, coordinación, equilibrio y sensibilidad.
En cualquiera de los casos, tal y como puntualiza la Fundació Esclerosi Múltiple, lo más importante es contar con un diagnóstico temprano para someter a los pacientes a tratamientos acordes a su afección y ralentizar el avance de la enfermedad. Esto permitirá que continúen con su rutina habitual y garantizar su bienestar.
La diferencia entre ELA y esclerosis múltiple
Tras explicar y definir qué es esclerosis múltiple pueden surgir dudas sobre las diferencias con otras enfermedades, como la esclerosis lateral amiotrófica (ELA). En este caso, se trata de dos trastornos que comparten una similitud principal —su carácter neurodegenerativo— pero que mantienen diferencias esenciales:
- La ELA afecta a las neuronas motoras encargadas del movimiento voluntario, mientras que la esclerosis múltiple afecta al sistema nervioso central, incluyendo cerebro y médula espinal.
- En la esclerosis lateral amiotrófica los primeros síntomas suelen ser debilidad muscular, dificultades para hablar o problemas para tragar. En la EM, los síntomas iniciales pueden incluir parestesias (hormigueo o adormecimiento) o problemas de visión.
- La ELA tiene una progresión continua y gradual, mientras que la esclerosis múltiple suele presentarse en episodios que remiten, excepto en los tipos de esclerosis más graves.
- La esclerosis lateral amiotrófica afecta principalmente a personas de entre 40 y 70 años, mientras que la EM es más común en personas más jóvenes, de entre 20 y 40 años, según datos de la Sociedad Española de Neurología.
- En cuanto al deterioro cognitivo, es habitual de casos con esclerosis múltiple, mientras que en la ELA se pierden capacidades físicas de manera progresiva, provocando debilidad en las funciones motoras que afecta a todos los movimientos voluntarios.
Con todo, la diferencia entre ELA y esclerosis múltiple radica principalmente en las áreas del sistema nervioso que afecta y en sus características, ya que mientras la primera es progresiva, la segunda tiene etapas de remisión.
En conclusión, conocer en profundidad qué es la esclerosis múltiple es fundamental para aplicar las terapias adecuadas y mejorar la calidad de vida de los pacientes. A su vez, es relevante promover la investigación en este campo con el fin de mejorar las técnicas, desarrollar diagnósticos tempranos y optimizar los tratamientos existentes para ralentizar la progresión de la enfermedad.