Descubre todo lo necesario sobre la autorregulación emocional: qué es, cuándo practicarla, qué beneficios tiene o cuáles son las principales técnicas.
Con el Curso en Inteligencia Emocional de UNIR puedes aprender técnicas y estrategias eficaces como la autorregulación emocional, que podrás aplicar en tu día a día laboral en sectores como el sanitario, el educativo, el social o el psicopedagógico, entre otros.
¿Qué es la autorregulación emocional?
Una de las habilidades más importantes de la inteligencia emocional es la autorregulación de las emociones, pues es esencial para enfrentarse de manera eficiente a todo tipo de situaciones que pueden alterarnos anímicamente.
Podemos definir la autorregulación emocional como la capacidad para manejar de forma óptima nuestras propias emociones. Consiste en aplicar una serie de técnicas personales que nos permiten gestionar nuestros pensamientos, acciones y emociones.
Contar con estas habilidades de autorregulación emocional nos permite analizar y comprender nuestro entorno, responder y modular la respuesta emocional que tenemos con el objetivo de adaptarnos al medio.
Estas habilidades para regular nuestra propia conducta se entienden también como funciones ejecutivas, es decir, las capacidades cognitivas del ser humano para gestionarse a sí mismo y poder alcanzar determinados objetivos.
En este sentido, quienes presentan dificultades para la autorregulación emocional tienden a tener problemas en sus relaciones interpersonales y son más propensos a los trastornos emocionales, las conductas impulsivas o agresivas o el abuso de sustancias.
La autorregulación emocional no debe confundirse con el autocontrol. Mientras la primera está compuesta por procesos cognitivos que lleva a cabo una persona para modificar su conducta, el segundo tiene por objetivo regular una conducta conflictiva sin ninguna expresión externa.
¿En qué situaciones conviene practicar la autorregulación?
Las habilidades de autorregulación emocional comienzan a desarrollarse desde la infancia. Las rabietas, los berrinches o los comportamientos impulsivos e incluso violentos van desapareciendo con el tiempo. Sin embargo, algunos niños -como los que tienen TDAH o ansiedad- necesitan ayuda para aprender a controlar sus emociones y sus actos y resistir esos comportamientos impulsivos.
La autorregulación de las emociones es una habilidad que se debe enseñar a los niños y que ellos deben practicar, pues es fundamental en la vida cotidiana para ayudarnos a gestionar nuestras emociones de manera adecuada, constructiva y adaptativa.
La regulación de emociones nos ayuda a mantener el equilibrio emocional en situaciones desafiantes y a tomar decisiones conscientes y racionales. No se trata de reprimir o negar nuestras emociones sino de validarlas y controlarlas con la capacidad de manejarlas de manera efectiva. Esto nos permite controlar las emociones para no ser controlados por ellas, poder encontrar un equilibrio saludable entre expresar nuestras emociones y controlar sus efectos negativos.
Cuando hablamos de autorregulación emocional y conductual, no solo tenemos que comprender y controlar nuestras emociones sino que debemos aplicar estas habilidades en nuestra vida cotidiana. ¿Cómo hacerlo en la práctica?
- Identifica las situaciones o personas que desencadenan emociones intensas en ti.
- Cuando te encuentres en una situación desafiante, tómate un momento de pausa para reflexionar antes de reaccionar.
- Practica la empatía para intentar comprender las emociones de los demás, con el fin de responder de una manera respetuosa.
- Cultiva relaciones que te proporcionen apoyo emocional, pues compartir tus emociones y preocupaciones puede ayudarte a procesar y regular tus emociones de forma más efectiva.
- Practica el autocuidado para mantener tu salud emocional.
- Aprende de tus experiencias emocionales para aplicar lo aprendido en situaciones similares en el futuro.
La gestión emocional nos permite afrontar distintos tipos de situaciones y reaccionar de una manera más equilibrada, ofreciendo respuestas más acertadas. Es algo que se trabaja desde la infancia pero también en la adolescencia o en la edad adulta.
Beneficios de la autorregulación emocional
La autorregulación emocional proporciona numerosos beneficios a largo plazo para nuestro bienestar emocional, mental y social. Algunas de esas ventajas son:
- Mejora la toma de decisiones porque permite actuar con mayor reflexión y control.
- Contribuye al manejo del estrés, permitiendo una respuesta más calmada ante situaciones difíciles.
- Contribuye al equilibrio emocional, pues la gestión emocional ofrece mayor estabilidad.
- Fortalece las relaciones interpersonales, facilitando la comunicación y la empatía.
- Favorece el bienestar mental, reduciendo la ansiedad y la frustración.
- Fomenta el autocontrol emocional, pues el manejo de emociones reduce los comportamientos impulsivos y las reacciones emocionales intensas.
- Aumenta la capacidad de resiliencia para afrontar desafíos y adversidades.
- Potencia el rendimiento académico y laboral, ya que mejora la concentración y la productividad.
En definitiva, desarrollar la autorregulación emocional en cada etapa vital ayuda a mejorar nuestra calidad de vida y contribuye a nuestro bienestar emocional.
Técnicas para la autorregulación emocional
Aplicar técnicas de autorregulación emocional en nuestro día a día es fundamental para adaptarnos al entorno y evitar la frustración cuando se nos presenten situaciones que van en contra de nuestros objetivos.
Existen diversas estrategias y cada persona puede aplicar las suyas propias. Las más conocidas son las siguientes:
- Supresión de pensamientos que nos producen malestar.
- Reconsideración emocional o reappraisal, que es la modificación de la manera en la que interpretamos una situación para que su impacto en nuestro estado emocional sea distinto.
- Distanciamiento cognitivo, es decir, tomar una postura diferente y neutral frente a una situación que nos altera.
- Reevaluación cognitiva, que consiste en cambiar nuestros patrones de pensamiento y evaluar la situación desde otra perspectiva para modificar la respuesta que estamos teniendo.
- Atención plena con técnicas de relajación como el mindfulness, que combina respiración y meditación para enfocarse en lo que ocurre en este momento.
Como decimos, la terapia emocional puede ayudarnos a desarrollar la autorregulación, para poder beneficiarnos de todas sus ventajas, ofreciéndonos una perspectiva más positiva de la vida y una mayor capacidad de adaptación al entorno.
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