Jorge Arana Varona
Investigadores de referencia del Instituto IMDEA Alimentación de Madrid y doctores nutricionales se reunieron para explorar cómo este ecosistema interior impacta en nuestro bienestar y la forma en la que su modulación puede convertirse en una poderosa herramienta terapéutica.

El Instituto IMDEA Alimentación de Madrid acudió el pasado 29 de septiembre al Foro UNIR para desvelar a los casi 3.000 asistentes virtuales de qué manera la ciencia del microbioma está revolucionando la salud y la medicina personalizada.
A través de sus investigadores postdoctorales en IBDEAFUD Amanda Cuevas Sierra y Víctor de la O Pascual, ambas instituciones repasaron enfoques innovadores en genómica, bioinformática y nutrición de precisión que transforman el diagnóstico, prevención y tratamiento de enfermedades. Por parte de UNIR, participó Edwin Fernández Cruz, director del Área de Nutrición.
“La microbiota no es solo digestión, es metabolismo, inmunidad y salud mental”, advirtió Cuevas. Y es que el 90% de la serotonina se produce en el intestino, lo que demuestra que este ecosistema interno influye en el bienestar físico y emocional de las personas.
Cinco claves del Foro UNIR
- La dieta como modulador principal: La alimentación influye en un alto porcentaje de la composición y funcionalidad de la microbiota. “Una dieta rica en fibra y vegetales favorece bacterias beneficiosas; los ultraprocesados, en cambio, promueven disbiosis”, explicó la investigadora del instituto madrileño.
- Salud emocional: “La microbiota intestinal influye en la producción de neurotransmisores como el GABA y la serotonina, que afectan directamente al estado emocional”, explicó de la O Pascual. Su desequilibrio puede estar relacionado con ansiedad, depresión y alteraciones cognitivas.
- Personalización de dietas: “Ya existen modelos bioinformáticos que permiten adaptar la dieta según el perfil microbiano de cada persona”, indicó el investigador. Estas herramientas integran datos genéticos, clínicos y de estilo de vida.
- Tratamientos emergentes: Desde probióticos y simbióticos hasta trasplantes fecales y bacteriófagos, los expertos presentaron las opciones actuales para modular la microbiota. “Ya hay hospitales en España que aplican trasplantes fecales para infecciones por Clostridium difficile”, comentó Cuevas.
- Formación multidisciplinar: “El profesional de la salud necesita conocimientos en microbiota, nutrición e investigación para ofrecer tratamientos personalizados”, afirmó Fernández.
El órgano invisible que lo cambia todo
La microbiota, compuesta por bacterias, arqueas, virus y hongos, se considera ya un órgano más del cuerpo humano. Aunque está presente en distintas zonas —piel, boca, pulmones— el 95% se concentra en el intestino. Esta comunidad microbiana influye en el metabolismo, el sistema inmunitario y la salud emocional.
Cada persona tiene una microbiota única, que funciona como una huella digital. Su composición depende de factores como el tipo de parto, la genética, el sexo y el envejecimiento. Pero también puede modificarse con hábitos como la dieta, el ejercicio o el uso de antibióticos. “La microbiota no es fija, cambia con el tiempo y con nuestras decisiones”, explicó Cuevas.
Además, la investigadora subrayó que “la microbiota debería estudiarse de forma distinta en hombres y mujeres”. El estatus hormonal influye directamente en la composición microbiana del cuerpo, y que muchas investigaciones no contemplan esta diferencia, lo que limita la precisión de los resultados.
Tecnología para una nutrición personalizada
Uno de los grandes avances presentados en el foro fue el uso de modelos bioinformáticos para personalizar dietas. Estos sistemas integran datos de microbiota, genética, epigenética y estilo de vida para recomendar el tipo de alimentación más eficaz para cada persona. “Ya podemos saber si una dieta baja en grasas o hiperproteica será más efectiva según el microbiota score”, detalló Cuevas.
Víctor de la O Pascual explicó cómo la inteligencia artificial permite analizar grandes volúmenes de datos clínicos y microbianos para crear herramientas predictivas. “La IA está revolucionando la medicina personalizada. Podemos clasificar pacientes según su respuesta a distintas dietas y diseñar planes nutricionales más eficaces”, afirmó.
Formación continua
El foro también abordó la necesidad de formar a los profesionales en esta nueva realidad. “La microbiota ya está aquí, y dentro de poco será impensable que un nutricionista o médico no sepa cómo funciona”, afirmó Cuevas Sierra. El director del Área de Nutrición de UNIR destacó la transversalidad del conocimiento necesario: nutrición, microbiología, bioinformática y metodología de investigación.
Según datos recientes, el mercado global de probióticos superará los 77.000 millones de dólares en 2025. En este contexto, programas como el Máster Universitario en Nutrición y Salud de UNIR ofrecen formación especializada para profesionales que quieran liderar esta transformación desde la ciencia y la práctica clínica.
- Facultad de Ciencias de la Salud