UNIR Revista
La importancia de la protección del patrimonio cultural reside en un principio esencial de sostenibilidad: la sociedad actual tiene la responsabilidad de conservar los bienes materiales o inmateriales que lo conforman con tal de garantizar su existencia para las generaciones futuras.
Los bienes materiales o inmateriales que, por su gran valor histórico o artístico, se deben transmitir a las generaciones futuras forman parte de lo que se conoce como patrimonio cultural. Para que se puedan legar es necesario que pervivan en el tiempo, lo cual solo es posible si se defiende la protección del patrimonio a través de las medidas oportunas desde el punto de vista legal y social.
Los alumnos que cursen el Máster en Gestión del Patrimonio Cultural online de UNIR conocerán las funciones que desempeña un gestor de patrimonio cultural, cuyos cometidos están en consonancia con los principios de la conservación preventiva, las buenas prácticas y la puesta en valor del patrimonio cultural y natural.
La importancia de la protección del patrimonio
La importancia de la protección del patrimonio cultural reside en un principio esencial de sostenibilidad: la sociedad actual tiene la responsabilidad de conservar los bienes materiales o inmateriales que lo conforman con tal de garantizar su existencia para las generaciones futuras.
Igualmente, la relevancia de su conservación recae en la comprensión de un pasado que pervive en las diversas manifestaciones de las que se compone el mosaico patrimonial de un determinado territorio. De esta forma, las sociedades se identifican con una forma de vida que las caracteriza como cultura y con unas pautas de comportamiento que son afines y definen su identidad.
Por consiguiente, la protección del patrimonio ayuda a entender y conocer mejor la Historia. Asimismo, permite extraer interpretaciones sobre la intencionalidad que habría detrás de las diversas prácticas culturales que desarrollaron nuestros ancestros.
Junto a las estrategias que persiguen la concienciación de la sociedad, destaca otra que se caracteriza por articular un marco normativo coherente que proporcione unas pautas básicas de actuación. Así, conocer las leyes, los organismos supranacionales que las amparan y las directrices de aplicación mundial resulta fundamental para brindar una correcta protección del patrimonio cultural.
Los acuerdos de la cumbre internacional de 1972
La Convención sobre la Protección del Patrimonio Mundial, Cultural y Natural de la Unesco recoge los acuerdos alcanzados en la cumbre internacional que se celebró en París en 1972 con el objetivo de concienciar a los diferentes Estados de la importancia de proteger el patrimonio.
Los países que ratificaron el acuerdo establecieron un sistema de cooperación y de asistencia financiera mediante la adopción de un fondo común coordinado por un comité intergubernamental (creado en 1976) destinado a ayudar a los Estados miembros en las labores de conservación del patrimonio.
Los países que se adhirieron al tratado se comprometieron a identificar, proteger, conservar, rehabilitar y transmitir a las generaciones futuras el patrimonio situado en su territorio. Por otro lado, se alentó a los estados miembros a que identificaran aquellos lugares que, por su “valor universal excepcional”, debían ser incluidos en la Lista del Patrimonio Mundial.
Los bienes inscritos, a su vez, debían contar con el apoyo financiero y la protección de los países que formaban parte de la convención en caso de que fuese necesario. En este aspecto, todos los estados miembros se comprometían a alertar, si fuera posible, de los riesgos inminentes que pudiese sufrir el patrimonio ubicado en sus respectivos territorios.
En la actualidad, según la Unesco, son 195 países los que han ratificado la Convención. Esto ha permitido, por un lado, la colaboración de gran parte de la comunidad internacional en el objetivo de preservar el patrimonio cultural y natural del planeta y, por otro, la implementación de un modelo de gestión del patrimonio acorde con los objetivos del desarrollo sostenible.
Principales medidas de protección del patrimonio
Las acciones para conservar el patrimonio cultural incluyen toda una serie de estrategias encaminadas a asegurar la supervivencia de las diversas manifestaciones culturales que existen. A continuación, se van a describir las más relevantes:
- Cumplir con los preceptos de la legislación nacional e internacional en materia de protección y preservación del patrimonio cultural.
- Aplicar técnicas de restauración responsables que emanen de un proceso previo de diagnóstico efectuado por profesionales encargados de la gestión del patrimonio y que permitan, en medida de lo posible, mantener la originalidad del bien que sea objeto de restauración o rehabilitación.
- Concienciar a la sociedad de la importancia de preservar el patrimonio y sus diversas manifestaciones mediante campañas de divulgación o de proyectos educativos en entornos escolares.
Ley de protección del patrimonio cultural
En España, la normativa que regula la protección del patrimonio cultural es la Ley 16/1985, de 25 de junio, del Patrimonio Histórico Español. En general, establece “tres niveles de protección en función de la singular relevancia del bien y que ordenados de menor a mayor protección son los siguientes: Patrimonio Histórico Español, Inventario General de Bienes Muebles y los Bienes de Interés Cultural”.
Esta última categoría recibe el grado máximo de protección e incluye todos los archivos, bibliotecas y museos de titularidad estatal, así como los bienes muebles custodiados en su interior. De igual modo, se incluyen las cuevas, abrigos y recintos que contengan manifestaciones de arte rupestre, castillos, emblemas, cruces de término y otros elementos similares.
El principal problema de esta ley radica en la definición de un patrimonio cultural que no incorporaba el patrimonio inmaterial, por lo que esta tipología no era objeto de protección desde un punto de vista legal. En efecto, según el artículo 2º, solo se incluían “los inmuebles y objetos muebles de interés artístico, histórico, paleontológico, arqueológico, etnográfico, científico o técnico. También forman parte del mismo el patrimonio documental y bibliográfico, los yacimientos y zonas arqueológicas, así como los sitios naturales, jardines y parques, que tengan valor artístico, histórico o antropológico”.
Nueva ley de patrimonio histórico español
Como consecuencia de esta situación, el Ministerio de Cultura elevó una nueva propuesta normativa que se materializó en la Ley 10/2015, de 26 de mayo, para la salvaguardia del Patrimonio Cultural Inmaterial. La promulgación de esta nueva ordenanza supuso la inclusión, entre otras medidas, de un inciso en el artículo anteriormente citado que dicta lo siguiente: “forman parte del Patrimonio Histórico Español los bienes que integren el Patrimonio Cultural Inmaterial, de conformidad con lo que establezca su legislación especial”.
A este respecto, el artículo 2º de la citada ley establece que “el patrimonio cultural inmaterial lo constituyen los usos, representaciones, expresiones, conocimientos y técnicas junto con los instrumentos, objetos, artefactos, así como los espacios, los lugares y los itinerarios culturales que le son inherentes, y que las comunidades, los grupos y, en algunos casos, las personas reconozcan como parte integrante de su patrimonio cultural”.
A pesar de que ambas leyes han sufrido varias modificaciones desde su entrada en vigor, lo cierto es que en junio de 2021 el Ministerio de Cultura trasladó al Consejo de Ministros un anteproyecto de Ley que contemplaba la posibilidad de aunarlas y actualizarlas.
Aunque todavía no ha sido aprobada, el objetivo que persigue esta nueva ley de patrimonio histórico español es el de “mejorar la legislación de Patrimonio Histórico Español, garantizando su conservación y conocimiento, así como el ejercicio de la competencia constitucional del Estado en la defensa del Patrimonio Histórico contra la expoliación, y enriquecer y ampliar igualmente la noción de patrimonio cultural inmaterial, para una mejor acción de salvaguardia”.
En definitiva, la protección del patrimonio cultural resulta fundamental para que las generaciones futuras puedan disfrutar de él. No obstante, para que la defensa del patrimonio sea efectiva se requiere de un marco legislativo comprometido con su preservación. En este sentido, la cooperación internacional y el fomento de unas pautas de actuación comunes han marcado un antes y un después a la hora de lidiar con esta problemática.