Juan Fernando Rodríguez
Tras años de experiencia como asesor de admisiones, Juan Fernando Rodríguez encontró en el Máster en Innovación en Experiencia de Cliente de UNIR la oportunidad perfecta para evolucionar profesionalmente y aportar un valor diferencial en cada interacción con los estudiantes.

Desde que comencé mi carrera como asesor de admisiones, siempre tuve claro que quería ir más allá de lo convencional. No se trataba solo de informar, sino de conectar, de crear experiencias que marcaran la diferencia.
Fue esa inquietud la que me llevó a buscar nuevas herramientas y enfoques, y así descubrí el Máster en Innovación en Experiencia del Cliente de UNIR. Esta formación no solo me ofreció conocimientos, sino una nueva forma de entender mi trabajo y de relacionarme con los futuros estudiantes.
Adaptarse a la era digital
Vivimos en un entorno donde la digitalización ha redefinido por completo la relación con el cliente. Como asesor, entendí que ya no bastaba con responder preguntas: debía generar experiencias memorables. La personalización se convirtió en mi principal aliada, y la comunicación digital, en una herramienta estratégica para fidelizar desde el primer contacto.
Gracias al máster, aprendí a diseñar interfaces intuitivas y amigables, a segmentar audiencias con precisión y a utilizar la analítica de datos para anticiparme a las necesidades de los estudiantes. Cada interacción se transformó en una oportunidad para sorprender y conectar de forma auténtica. La experiencia del cliente dejó de ser un concepto abstracto para convertirse en una guía práctica que aplico en mi día a día.
Además, comprendí la importancia de adaptar los procesos a las nuevas expectativas del usuario digital. Hoy, los estudiantes esperan inmediatez, claridad y empatía. Y eso es precisamente lo que busco ofrecer en cada conversación, en cada correo, en cada paso del proceso de admisión.
El poder de las prácticas
Uno de los momentos más enriquecedores del posgrado fueron las prácticas. Allí pude aplicar todo lo aprendido en un entorno real, rediseñando procesos clave como el onboarding y mejorando la comunicación con los estudiantes. Implementé metodologías ágiles como Design Thinking, lo que me permitió innovar en cada paso del proceso de admisión.
Durante este periodo, trabajé en simplificar el acceso al campus virtual, optimizar los canales de contacto y crear flujos de comunicación más efectivos. Fue un laboratorio de aprendizaje donde la teoría se convirtió en acción. También aprendí a colaborar con otros departamentos, a liderar pequeños proyectos y a medir el impacto de cada mejora implementada.
El trabajo fin de máster fue otro hito importante. Diseñé un plan estratégico para optimizar la experiencia del estudiante, integrando herramientas de Customer Journey y analítica avanzada. Este proyecto me permitió consolidar todo lo aprendido y demostrar que la innovación no es solo una meta, sino una actitud constante.
Transformación personal y profesional
Más allá de las herramientas técnicas, el Máster en Customer Experience de UNIR me ayudó a crecer como profesional. Afiné mis habilidades interpersonales, aprendí a escuchar activamente y a responder con empatía. Hoy, mi sello distintivo es ofrecer soluciones personalizadas y adaptarme con agilidad a los cambios del entorno.
La innovación en la experiencia del cliente se ha convertido en el eje de mi trabajo diario. Diseñar experiencias digitales que enamoran, segmentar con precisión y anticiparme a las necesidades de los estudiantes ya no es una meta, sino una realidad. Me siento más preparado, más seguro y, sobre todo, más motivado para seguir creciendo.
Esta titulación no solo me dio un diploma, me dio una nueva forma de ver mi profesión. Me siento preparado para liderar la innovación en cada interacción, y estoy convencido de que el futuro está lleno de oportunidades para seguir transformando la experiencia de quienes confían en nosotros.
- Facultad de Economía y Empresa