María de los Ángeles Pociño Brioa
La transformación digital de la educación no solo pasa por dotar a los centros de tecnología, sino por preparar a los docentes para utilizarla de forma eficaz y pedagógica. La inteligencia artificial es ya uno de los grandes motores de la innovación formativa y profesional.

La inteligencia artificial en el trabajo colaborativo se ha convertido en uno de los grandes motores de la innovación educativa y profesional. En un contexto donde la colaboración a distancia se ha vuelto habitual, las herramientas asistidas por IA ofrecen soluciones que no solo optimizan la productividad, sino que también personalizan la experiencia de trabajar en equipo, facilitando nuevas formas de interactuar, aprender y crear conocimiento de manera conjunta.
Desde la planificación de proyectos hasta la generación de ideas y la asignación de tareas, estas tecnologías están redefiniendo la forma en la que los equipos interactúan, aprenden y producen conocimiento. Su impacto se percibe tanto en entornos profesionales como en las aulas, donde el aprendizaje colaborativo adquiere nuevas dimensiones gracias a la inteligencia artificial.
¿Qué aporta la inteligencia artificial a los entornos colaborativos?
- Automatización de tareas repetitivas: Herramientas como Notion AI o Microsoft Copilot permiten redactar borradores, resumir información y proponer ideas en tiempo real, liberando tiempo para tareas de mayor valor creativo.
- Organización inteligente de la información: Plataformas como Slack o Trello, integradas con IA, clasifican mensajes, sugieren respuestas o etiquetan automáticamente contenido relevante.
- Asistencia en la toma de decisiones: A través del análisis de datos colaborativos, la IA puede identificar patrones, predecir riesgos o proponer alternativas ante un problema planteado en grupo.
Herramientas de trabajo colaborativo potenciadas por IA
Entre las herramientas más populares en el ámbito académico y profesional encontramos:
- Miro + IA: Una pizarra colaborativa que ahora incorpora funciones de IA para generar mapas mentales, organizar ideas y sintetizar aportes grupales automáticamente.
- Google Workspace: Con la integración de Gemini, los usuarios pueden recibir asistencia para redactar correos, generar documentos compartidos o estructurar presentaciones de forma conjunta.
- ChatGPT en entornos colaborativos: A través de plugins y extensiones, se puede utilizar para redactar actas, generar ideas para proyectos grupales o incluso proponer esquemas para presentaciones.
¿Cómo cambia esto la dinámica educativa?
En el aula virtual, la inteligencia artificial en el trabajo colaborativo transforma el rol del estudiante, que deja de ser un receptor pasivo para convertirse en un cocreador activo de conocimiento. Entre los beneficios destacados se encuentran:
- Personalización del aprendizaje colaborativo: La IA puede adaptar el tipo de tareas o el nivel de dificultad en función del perfil del grupo.
- Feedback inmediato y específico: Herramientas como Perusall o Edpuzzle, potenciadas con algoritmos, permiten ofrecer retroalimentación automática, fomentando la mejora continua dentro del equipo.
- Inclusión y participación equitativa: Al asistir a alumnos con diferentes estilos de aprendizaje o necesidades, la IA favorece una participación más homogénea en las dinámicas de grupo.
Retos éticos y pedagógicos
A pesar de sus ventajas, el uso de IA en entornos colaborativos también plantea interrogantes de gran calado:
- ¿Cómo garantizar una autoría compartida auténtica sin que las sugerencias automáticas eclipsen las aportaciones individuales?
- ¿Existe el riesgo de generar dependencia tecnológica en los procesos de trabajo en equipo?
- ¿Cómo evaluar el aprendizaje individual en contextos de cocreación asistida?
Estas cuestiones exigen una reflexión crítica y una formación docente adaptada al nuevo contexto digital, donde la IA es una aliada, pero también requiere supervisión pedagógica.
La inteligencia artificial aplicada al trabajo colaborativo no sustituye el pensamiento humano, pero lo potencia. Nos encontramos ante una oportunidad única de replantear la colaboración como un proceso más eficiente, inclusivo y creativo. Adoptar estas herramientas con sentido crítico y pedagógico será clave para garantizar su uso ético y efectivo, tanto en la educación como en el entorno profesional
Desde una perspectiva pedagógica, la IA no debe concebirse como un sustituto del pensamiento humano, sino como una extensión de sus capacidades, un colaborador o co-creador. En entornos colaborativos, puede contribuir a democratizar la participación, facilitar la comunicación entre perfiles diversos, y dinamizar la creación de ideas. Sin embargo, también puede invisibilizar aportes individuales o consolidar dinámicas de inequidad si no se gestiona adecuadamente.
Nos encontramos ante una oportunidad única de replantear la colaboración como un proceso más eficiente, inclusivo y creativo. Pero para lograrlo, es imprescindible adoptar estas herramientas con sentido crítico, establecer límites claros en su uso, y fomentar una alfabetización digital que abarque no solo aspectos técnicos, sino también éticos y socioemocionales. Solo así podremos garantizar que el uso de la inteligencia artificial en la educación y en los entornos profesionales responda a principios de equidad, transparencia y desarrollo humano.
Una formación conectada con la labor docente futura
La transformación digital de la educación no solo pasa por dotar a los centros de tecnología, sino por preparar a los docentes para utilizarla de forma eficaz y pedagógica. En este contexto, el Máster Universitario en Formación del Profesorado de UNIR desempeña un papel clave: nuestros futuros docentes se forman para integrar el trabajo colaborativo y la inteligencia artificial (IA) en sus prácticas de aula, no como un simple recurso, sino como un medio para fomentar la participación activa, el pensamiento crítico y la creación conjunta de conocimiento. Esta formación especializada se refleja también en las propias dinámicas de las clases del máster, donde los estudiantes experimentan en primera persona estas metodologías, preparándose para trasladarlas a su futura labor docente.
(*) María de los Ángeles Pociño Brioa es docente de UNIR en el Máster Universitario en Tecnología Educativa y Competencias Digitales y el Máster Universitario en Formación del Profesorado de Educación Secundaria Obligatoria y Bachillerato, Formación Profesional y Enseñanzas de Idiomas, además del Grado en Comunicación. Doctora en Comunicación por la Universidad de Extremadura, con el programa de Alfabetización Tecnológica en Extremadura y sus efectos en la población. Docente en el ámbito universitario de la Comunicación y la Educación. Es investigadora y su línea principal de trabajo es el U Learning y su potencial en la sociedad actual.
- Facultad de Ciencias de la Educación y Humanidades