Francisco Oleo
Ingeniera, doctora, máster, investigadora, profesional en empresas, madre de familia con tres hijos y, ahora, docente. La egresada de UNIR decidió estudiar el Máster en Formación del Profesorado para cumplir uno de sus sueños: ser maestra. Reconoce que estudiar ha sido duro, pero asegura que el esfuerzo vale la pena.
Familia, estudios y trabajo. Su vida es un no parar, pero está encantada de que así sea. Se hizo ingeniera agrónoma y se doctoró en Biología porque, como cuenta, desde muy pequeñita, siempre le fascinó la agricultura. Y terminó siendo la curiosidad que tenía por los cultivos lo que acabó definiendo su futuro.
Estudió Agrónomos en la Universidad Politécnica de Valencia y tuvo la oportunidad de desarrollar su trabajo final de carrera en el Instituto de Biología Molecular y Celular de Plantas (IBMCP), un centro mixto de investigación del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) y la UPV.
Durante todos sus estudios siempre estuvo muy vinculada con la enseñanza, pero donde realmente tuvo la oportunidad de ejercer como profesora fue al hacer su doctorado en la Universidad de Göttingen, en Alemania. “Compartir conocimientos, motivar a los alumnos, guiarles en sus estudios era el motor de mi día a día”, afirma Silvia Caballero, egresada del Máster en Formación del Profesorado de UNIR.
Tras 12 años en Alemania regresó a España y se convirtió en mamá por partida doble. Entre tanto, trabajó en varias empresas vinculadas a la fabricación de fertilizantes, pero fue su tercer embarazo el que le permitió bajar las revoluciones y tomarse su tiempo para formarme como docente, cumpliendo así otro de sus sueños: ser maestra.
Silvia compaginó la segunda mitad de esta nueva gestación con el máster y pudo examinarse a pesar de tener un bebé de un mes, una niña de 3 años y un niño de 4. “Es duro, sí; pero no imposible”, reconoce, y revela que tiene verdaderas ganas de poner en práctica todo lo que he aprendido durante los últimos meses en UNIR. “Ha sido una experiencia maravillosa y animo a que la gente cumpla sus sueños como yo he hecho”, dice.
Pregunta: Todo lo que haces siempre está muy medido y lo llevas a cabo de forma inmediata y continua (carrera, trabajo de fin de carrera, doctorado, docencia, trabajo, maternidad, máster…). ¿Por qué decidiste volver a estudiar y precisamente el Máster en Formación del Profesorado? ¿Cómo te planteas tu vida profesional a medio plazo?
Respuesta: Sí, me gusta planificar muy bien cada uno de los pasos que tomo en mi vida, tanto en el ámbito personal como en el profesional. Aunque mi sueño siempre fue estudiar Agrónomos, durante mis estudios descubrí que tanto la docencia como la investigación me fascinaban. Así que decidí hacer el doctorado en Alemania. Durante el tiempo que me dediqué a la investigación, también impartí clases prácticas de laboratorio. Y fue en ese preciso momento cuando pude confirmar que la docencia me apasionaba.
“Al mudarme a España y a raíz de mi tercera maternidad, aproveché esos meses para volver a la universidad y poder convertirme en profesora de Biología. Además de docente, me gustaría también ser tutora y acompañar a los estudiantes en su formación: escucharles, motivarles e inspirarles”.
De hecho, siempre quise hacer el máster en Profesorado y habilitarme como docente en España, pero dado que no estaba segura de si finalmente volvería a vivir aquí de nuevo algún día, no me decidía nunca a hacerlo. Al mudarme a España y a raíz de mi tercera maternidad, aproveché esos meses para volver a la universidad y poder convertirme en profesora de Biología.
A medio plazo, me veo ejerciendo como profesora de Biología de la ESO y Bachillerato. Me encantaría poder preparar a los estudiantes de Bachillerato, poder motivarles tanto con mis conocimientos como investigadora, como con mi experiencia en el extranjero. Me gustaría también ser tutora y acompañar a los estudiantes en su formación: escucharles, motivarles e inspirarles.
P: ¿Por qué decidiste hacer tu doctorado en Alemania y qué te ha aportado como profesional estar en ese país nada menos que 12 años?
R: Durante mis estudios en la Facultad de Agronomía siempre participaba en las prácticas de laboratorio. Me encantaba pasar horas en el laboratorio preparando placas, cultivos… Poco a poco fui introduciéndome en el mundo de la investigación. Podría haber desarrollado el doctorado en España, pero siempre quise salir al extranjero y aprender idiomas; poder estudiar en otras universidades, conocer estudiantes de intercambio y aprender otro idioma además del inglés. De hecho, para hacer el doctorado tuve que superar un examen de inglés.
“Me encantaba pasar horas en el laboratorio preparando placas, cultivos… Poco a poco fui introduciéndome en el mundo de la investigación”.
Mi doctorado en Göttingen me ha aportado muchísimo valor en lo profesional. He podido alcanzar el nivel más alto de estudios y formación, además de haber podido trabajar con científicos relevantes en el campo de la ecología molecular en uno de los países más avanzados en cuanto a nivel de investigación.
Además de perfeccionar mi inglés y aprender alemán, también he tenido la oportunidad de compartir 12 años de mi vida con personas de todo el mundo, aprendiendo muchísimo de otras culturas. Ha sido una experiencia muy enriquecedora.
P: ¿Qué papel desempeña la investigación en tu carrera profesional, más allá del trabajo fin de carrera?
R: La investigación siempre ha formado parte de mi vida profesional. Desde el momento en el que hago el trabajo final de carrera en el IBMCP de la UPV, pasando por mi primer trabajo en Alemania como técnico de laboratorio en la Universidad de Gießen, hasta desarrollar mi tesis doctoral y trabajar de postdoc para varias instituciones. Aun así, en la industria, siempre indirectamente he tenido relación con la investigación. Nunca me he llegado a desvincular y, hoy en día, sigo muy de cerca los avances en el ámbito de mis trabajos.
Silvia Caballero hizo su doctorado en la Universidad de Göttingen, en Alemania.
P: ¿Por qué elegiste UNIR? ¿Cómo llegaste a esta universidad?
R: Dada mi situación personal, en julio de 2024, embarazada de cuatro meses, y con dos hijos muy pequeños, estudiar de manera presencial no era una opción. Estuve haciendo una pequeña investigación sobre universidades que ofertaban el Máster online en Profesorado, y después de varias llamadas de teléfono y haber leído millones de comentarios positivos sobre la UNIR, decidí matricularme aquí.
P: ¿Qué destacarías y recomiendarías de UNIR, de tu experiencia en una universidad cuya formación es 100% online y que cuenta con estudiantes de prácticamente todo el mundo?
R: De UNIR destaco la calidad humana que tiene tanto el profesorado, como las coordinadoras de prácticas, las mentoras, directores de tesis y el personal técnico de apoyo. Todos y cada uno de los trabajadoras de la UNIR son cercanos y muy amables.
“UNIR cuenta con una metodología que te permite llevar el cuatrimestre al día e ir aprendiendo poco a poco, y así, cuando llega la temporada de exámenes, prácticamente ya estás preparada para aprobar”.
Además, UNIR cuenta con una metodología que te permite llevar el cuatrimestre al día e ir aprendiendo poco a poco, y así, cuando llega la temporada de exámenes, prácticamente ya estás preparada para aprobar.
También quiero destacar la comodidad de poder organizarse uno su tiempo, al ser 100% online y contar con las grabaciones de todas las asignaturas. En mi caso, por ejemplo, aprovechaba cuando todos estaban durmiendo para ponerme las grabaciones y ver las clases.
P: ¿Qué ha sido lo más complicado y de qué forma lo superaste?
R: Ha habido momentos duros, por ejemplo, a principios de diciembre tenías que presentar el trabajo transversal de cuatro asignaturas y a mi prácticamente se me juntaba con el parto. De hecho, la fecha de entrega coincidía con mi fecha probable de parto. Pero sabiéndolo desde septiembre, fui trabajando en el proyecto poco a poco para poder entregarlo antes de la fecha y poder ir al hospital con los deberes hechos.
“La presentación del trabajo transversal de cuatro asignaturas se me juntó con la fecha probable del parto. Pero fui trabajando en el proyecto poco a poco para poder entregarlo antes de la fecha y poder ir al hospital con los deberes hechos”.
Otro momento crítico fueron los exámenes. Estudiar con un bebé recién nacido, es complicado, pero se puede. Aprovechaba los ratitos que dormía para yo estudiar. Me tomé un mes para prepararme los exámenes y asegurarme el aprobado. Al final, es cuestión de organización. Debe ser que como he trabajado en logística, me gusta organizar bien el tiempo y evitar imprevistos, en la medida de lo posible.
Sobre todo, en el segundo cuatrimestre me tuve que organizar muy bien porque me juntaba con un bebé, un TFM que presentar y unas prácticas por desarrollar. Y gracias a la buena organización y disposición de mi directora de tesis de UNIR y de mi directora de prácticas en el colegio, lo pude superar satisfactoriamente.
Lo he compaginado casi que haciendo malabares. Organizarse bien es fundamental, pero, sinceramente, han sido muchos días durmiendo poco. Recuerdo estar redactando el TFM durante las noches del mes de febrero y marzo, de madrugada, mientras todos dormían, de 10 de la noche a 2 de la madrugada. Y a la mañana siguiente tocaba levantarse para seguir con las rutinas del día. Afortunadamente, los fines de semana contaba con un apoyo especial de mi marido, que se llevaba a los niños a pasar el día fuera de casa para que yo pudierea estudiar y hacer los trabajos.
Los exámenes los preparé durante un mes aprovechando la baja de maternidad y estudiando mientras el bebé dormía. Si que es cierto que los recién nacidos duermen mucho los tres primeros meses de vida, pero también se despiertan mucho por las noches.
P: ¿Por qué decidiste ser docente, una profesión muy complicada teniendo en cuenta los continuos cambios sociales y la irrupción de las tecnologías emergentes lo están transformando todo?
R: Decidí ser docente porque es lo que me apasiona. Me encanta poder transmitir mis conocimientos y experiencias a los chavales. Creo que tengo mucho que aportar y me encanta poder acompañarlos en esta etapa de su vida, en la que se están formando. Quiero despertar su interés por las ciencias, por la biología. Quiero que sientan esa pasión por aprender, por entender lo que en este mundo nos rodea. Que observen, que se hagan preguntas, que no den nada por sentado y que busquen siempre comprender el porqué de las cosas. Deben entender que el conocimiento es una herramienta poderosa, capaz de transformar su vida. Porque enseñar Biología no es solo transmitir conceptos; es enseñar a mirar más allá, a despertar curiosidad, a valorar la vida en todas sus formas.
“Enseñar Biología no es solo transmitir conceptos; es enseñar a mirar más allá, a despertar curiosidad, a valorar la vida en todas sus formas”..
Para ser profesor hay que tener muchísima paciencia, amor y dedicación, y pienso que no todo el mundo vale; tienes que tener vocación para enfrentarte cada día a un aula con 25 adolescentes. Y aunque las nuevas tecnologías estén cambiando la manera en la que solíamos estar acostumbrados a enseñar y aprender, debemos verlas como una herramienta útil en nuestra labor como docente. Es importante aprovechar al máximo estas herramientas de manera consciente y estratégica para mejorar el aprendizaje, la motivación y el pensamiento crítico del alumnado.
Aunque todavía no trabajo como docente, no descarto incorporarme en algún centro próximamente y, a la vez, he comenzado a estudiar para las próximas oposiciones.
- Facultad de Ciencias de la Educación y Humanidades
