Benjamín Suárez Menéndez
Ya no hay problemas sencillos, la inmensa mayoría son complicados y necesitan una nueva forma de pensar para afrontarlos. Con el Máster en Resolución de Problemas Complejos de UNIR aprenderás a resolverlos y a mejorar tus decisiones a través de situaciones reales.

Vivimos en un entorno donde los problemas simples son cada vez menos frecuentes. La mayoría de los retos que afrontamos en la vida cotidiana y en el trabajo tienen múltiples causas, evolucionan con el tiempo y generan efectos inesperados. Son problemas complejos. Cuando los tratamos con intuiciones rápidas o soluciones estándar, casi siempre aparecen aún más complicaciones. Por eso necesitamos una manera de pensar distinta. El Complex Problem Solving, o CPS, nos guía en esta nueva forma de pensar.
Mucha gente cree que piensa con claridad, pero cuando se enfrenta a un problema complejo actúa solo por impulso. Repite soluciones del pasado, toma decisiones sin analizar el contexto o intenta controlar algo que no entiende. Estos errores no nacen de la falta de inteligencia, sino de usar un tipo de pensamiento inadecuado para la naturaleza del problema.
El CPS empieza por reconocer que comprender el problema es más importante que resolverlo a toda velocidad. Todos tendemos a saltar directamente a la solución. Ese impulso es normal, pero en entornos complejos suele llevarnos al fracaso. La clave está en detenerse, observar y formular las preguntas correctas. Cuando haces esto, tu visión cambia. Empiezas a distinguir hechos de interpretaciones, elementos relevantes de ruido, síntomas de causas. Esta claridad te permite actuar con intención.
Problemas, patrones y soluciones
La complejidad es natural. Forma parte de cualquier sistema donde interactúan personas, procesos, reglas e intereses. Por eso no nos sirve mirar las partes por separado. Hay que analizar cómo se relacionan. Este cambio de enfoque es fundamental. Cuando observas un problema como un sistema, descubres patrones que antes estaban ocultos. Entiendes por qué ciertos comportamientos se repiten y por qué algunas soluciones generan efectos que no esperabas.
Uno de los errores más comunes es centrarse solo en el síntoma visible. En casa, en el trabajo o en un proyecto, solemos actuar sobre lo más obvio: el retraso, el conflicto, el error, la caída de la motivación… Pero el síntoma no es el problema; es solo la manifestación. Si actúas sobre él sin analizar el sistema, el problema se mantiene o crece. El CPS te enseña a mirar bajo la superficie. Cuando identificas las causas estructurales, tus intervenciones tienen un efecto real.
Para entender estas causas es necesario definir bien el problema. La definición correcta es una herramienta poderosa. Incluye describir la situación actual, definir la situación deseada, identificar a los afectados, aclarar los límites del sistema y concretar los criterios que permiten evaluar el éxito. Sin esta definición, cualquier solución se apoya en suposiciones. Con ella, la resolución es más precisa y más estable.
Resolver problemas complejos requiere pensamiento lento. La cultura de la inmediatez nos empuja a decidir deprisa, pero la complejidad necesita reflexión. Pensar despacio no significa ir lento. Significa analizar con profundidad, escuchar de verdad y formular preguntas que abren opciones. Ese tipo de pensamiento reduce la ansiedad y mejora la calidad de las decisiones.
La dimensión emocional
La dimensión emocional también es parte del análisis. El miedo, la prisa, la frustración o la necesidad de control influyen en cómo interpretas una situación. Si no observas tu estado interno, tu análisis se distorsiona.
El uso de modelos también ayuda. No son fines en sí mismos. Son herramientas que ordenan la información y te permiten ver relaciones. Modelos como CATWOE, Ishikawa o el análisis de sistemas permiten estructurar el pensamiento y evitar errores habituales. Con práctica, estos modelos se integran y se vuelven parte natural de tu forma de pensar.
El resultado de todo esto es una competencia que impacta en tu vida personal y profesional. Cuando aplicas CPS entiendes mejor tu entorno, tomas decisiones con más seguridad, anticipas problemas y reduces tensiones innecesarias. Observas más, reaccionas menos. Y empiezas a actuar con una intención más clara.
Si quieres desarrollar una forma de pensar más clara y eficaz para afrontar la complejidad del día a día o de tu entorno profesional, el Máster en Resolución de Problemas Complejos de UNIR te ayudará a aplicar estas ideas en situaciones reales y a mejorar tus decisiones.
(*) Benjamín Suárez Menéndez es docente del Máster de Resolución de Problemas Complejos de UNIR y consultor de Transformación Digital e Innovación en Izertis, con experiencia estratégica.
- Facultad de Artes y Ciencias Sociales






