¿Cómo debe actuar un directivo educativo? ¿A qué se debe el desbordamiento que sufren? El director del nuevo Máster en Liderazgo y Dirección de Centros Educativos responde a estas cuestiones del mundo educativo.
¿Cuáles son las claves de la gestión de una institución educativa? ¿Cómo debe actuar un directivo educativo? ¿A qué se debe el desbordamiento que sufren los directivos escolares actuales? Daniel Rivadulla, director académico del nuevo Máster Oficial en Liderazgo y Dirección de Centros Educativos de UNIR, responde a éstas y otras cuestiones relacionadas con el mundo educativo.
Daniel, si tuviéramos que destacar en una solo frase cuál es la clave de la gestión de una institución educativa, ¿qué nos dirías al respecto?
Así, de repente, y aunque suene algo obvio te diría: la clave, la lógica de la gestión de una institución educativa no puede ser una cuestión de “suma 0”; o sea, competir o cooperar. Tienen que ejecutarse los dos tipos de acciones, incluso simultáneamente.
Dicho de otro modo: la forma de actuación de un directivo educativo no puede ser excluyente, o competir o cooperar. Porque ni en la vida ni en el gobierno de las organizaciones, sobre todo en las de carácter educativo, se compite o se coopera: no son dos “modelos” de gestión directiva; hay que saber complementar ambos estilos.
¿Nos podrías comentar esto un poco más en profundidad?
La reciente teoría de juegos, en la que pocos se han detenido, nos enseña algo muy interesante en el ámbito de la dirección estratégica: para una mejor estructuración de los retos y problemas que exige la toma de decisiones directiva no es suficiente saber competir; esto es claramente limitativo.
Hay directivos que se empeñan, por ejemplo, en una visión del liderazgo como un ejercicio exclusivamente competitivo; y fracasan, porque solo miran el corto plazo y hay que pensar, y actuar, en el medio y largo plazo. Otros llevan al extremo un liderazgo cooperativo: fracasan, porque no hay largo plazo sin responder a las demandas de cambio o innovación que se plantean siempre a corto plazo…
¿Y cómo incide esto en el gobierno real de los centros educativos?
En realidad, seamos sinceros, para un director de un centro educativo resulta “más vistoso” competir -más alumnos, más o mejores instalaciones, más proyectos educativos en marcha…- pero hoy en día la clave está en mantener una visión más cooperativa, porque al ser más global es más verdaderamente estratégica.
Además hay que ser capaces de trasladar, también “hacia fuera”, las ventajas de lo que se ha dado en llamar liderazgo compartido como ejercicio cooperativo para el gobierno de las instituciones educativas hacia dentro. Los centros educativos, más en el caso de los privados, pero no sólo ellos…, ya no pueden ser compartimentos estancos. Pueden, y deben, compartir recursos; pueden y deben aplicar políticas educativas conjuntamente. Ya va siendo hora de superar el viejo prejuicio de que compartir es solamente repartir…
Buscando un símil muy de actualidad, para que se entienda, las “redes sociales” pretenden ser sociales; pero por encima de todo son eso, redes; y esto también se puede aprender a gestionar, a la hora de ejercer la dirección escolar en los centros.
¿En qué sentido afectaría todo esto a un directivo escolar?
En el sentido de lo expuesto antes, el desbordamiento que sufren los directivos escolares actuales -ya lo hemos señalado en otras ocasiones- se debe fundamentalmente a que tienen que afrontar, más que nunca, un doble plano de actuación. Por un lado, los factores objetivos ligados a la realidad de sus centros educativos; como son la búsqueda de la calidad, el éxito de sus alumnos, o la excelencia de sus profesores –por citar las exigencias básicas que presionan al directivo escolar desde los entornos de cada centro.
(Por cierto, “éxito” no puede ser lo mismo que “triunfo”: he aquí una de las grandes “tragedias educativas”, de las que podemos hablar otro día…).
Por otro, los factores subjetivos, que son los que modulan los intereses, expectativas y percepciones, con un peso cada vez más estratégico en la toma de decisiones. Y es precisamente en ese doble plano de actuación en el que un director o directora escolar tiene que simultanear “competir” y “cooperar”. Hay que rescatar, por tanto, la toma de decisiones en el contexto educativo actual de esta falsa disyuntiva.
Y además…
