José María Fillol Cuadrado
El Encuentro Internacional Alumni Perú de la Universidad Internacional de La Rioja representó mucho más que el final de los estudios. Fue una declaración de principios, una fiesta del conocimiento y un canto a la esperanza. En un país que busca nuevas oportunidades, la educación digital se alza como motor de cambio.

Lima se convirtió en el epicentro de la emoción académica con la celebración del Encuentro Internacional Alumni Perú 2025 de la Universidad Internacional de La Rioja (UNIR). Cientos de egresados, provenientes de todos los departamentos del país, se reunieron en el Centro de Convenciones de Lima para vivir una jornada inolvidable, marcada por el orgullo, la esperanza y el compromiso con el futuro.
Por primera vez en Perú, UNIR celebró este evento que simboliza el avance imparable de la educación universitaria en línea. A la ceremonia asistieron presencialmente 251 estudiantes, mientras que otros 50 participaron desde sus hogares, conectados vía streaming. Todos compartieron el mismo espíritu: el de haber superado desafíos personales y académicos para alcanzar una meta que transforma vidas.
El rector de UNIR, Dr. José María Vázquez García-Peñuela.
El rector de UNIR, Dr. José María Vázquez García-Peñuela, encabezó la comitiva académica que ingresó al auditorio bajo las solemnes notas de “Pompa y circunstancia”, de Edward Elgar. Lo acompañaron otras autoridades de esta universidad como Rafael Puyol, presidente de UNIR; Rubén González Crespo, vicerrector de Organización y Planificación Académica; Manuel Herrera Gómez, director académico de Relaciones Internacionales; y Jorge Torres Jiménez, director de la Escuela Superior de Ingeniería y Tecnología, hasta un total de 20 académicos.
La ceremonia fue una celebración del esfuerzo colectivo. Los egresados, ubicados en el sector central del recinto, fueron arropados por familiares, amigos y profesores que los acompañaron en su proceso formativo. El ambiente reflejaba el auge de la educación digital en Perú, una modalidad que cada vez más ciudadanos eligen por su flexibilidad, calidad y alcance.
El evento fue una muestra de diversidad, inclusión y globalidad, valores que definen el modelo educativo de UNIR.
En palabras del rector, esta alta formación tiene que estar acompañada por una clara vocación de transformar la sociedad. “Tenéis que aspirar a cambiar el mundo, a tratar de erradicar las cosas que lo afean y lo hacen injusto en tantas ocasiones”, animó a los nuevos UNIRalumni.
Lección magistral
Tras entonar el himno nacional, el acto se inició oficialmente con la lección magistral del Dr. Manuel Herrera, director académico de Relaciones Internacionales de UNIR, quien ofreció una reflexión profunda sobre el papel del profesor en tiempos de la inteligencia artificial. “El profesor no es un busto parlante que relata un cuento a una audiencia bombardeada y saturada por información. En el siglo XXI, en esta época de la inteligencia artificial, el docente es gestor de relaciones, un animador del conocimiento, un incentivador de la innovación, un impulsor del pensamiento crítico, un apoyo para la creatividad.”
Dr. Manuel Herrera, director académico de Relaciones Internacionales de UNIR.
Para el académico no importan los tiempos, las épocas o los lugares, siempre hay que mantener el fin último de todo profesor, “que es sacar lo mejor de las personas con las que compartimos espacios de aprendizaje. Así, tenemos esa oportunidad de ser eternos dejando huellas en los alumnos. Gracias por permitírnoslo y estar entre vosotros”, concluyó.
Discurso de la alumna.
Uno de los momentos más especiales llegó con las palabras de Carmen Jobinda Hidalgo Lavalle, egresada del Máster Universitario en Dirección en la Gestión Pública, quien habló en representación de los estudiantes. “Hoy nos graduamos, pero sobre todo nos recordamos a nosotros mismos que estamos listos para enfrentar lo complejo con rigor, lo incierto con valentía, y lo humano con empatía”, expresó con voz firme y mirada emocionada.
Momentos únicos para los UNIRalumni
La entrega simbólica de diplomas fue una fiesta de reconocimiento, el momento más especial para los auténticos protagonistas. En grupos de veinte, los egresados subieron al estrado llamados por su nombre, mientras la emoción crecía en el recinto. Las cámaras de los celulares de los familiares y amigos capturaban cada instante, los abrazos se multiplicaban y los aplausos resonaban como un eco de gratitud. Personas de todas las edades compartieron el mismo orgullo de haber alcanzado una meta que parecía lejana.
La sonrisa del éxito tras muchas horas de esfuerzo y dedicación al estudio.
El rector Vázquez García-Peñuela tomó la palabra para cerrar el acto con un mensaje aleccionador: “Tenéis que aspirar a cambiar el mundo, a tratar de erradicar las cosas que lo afean y lo hacen injusto en tantas ocasiones”. Y añadió: “La lucha contra ese egoísmo nuestro y el esfuerzo por ayudar a los otros os harán tener una vida plena, llena de optimismo y de serenidad.”
La explosión de alegría se manifestó al final del evento con el lanzamiento de los birretes al aire.
El himno universitario Gaudeamus Igitur fue entonado con solemnidad y emoción, marcando el cierre oficial de la ceremonia. Pero el verdadero colofón llegó con el lanzamiento de birretes al aire, símbolo universal de la alegría académica. Inmediatamente después, los pasillos del auditorio se prolongaron de sonrisas ataviadas con toga negra, abrazos y fotografías que capturaban el instante en que el esfuerzo se convierte en logro.
Bajo el lema #YoSoyUNIR, la jornada dejó una huella imborrable en cientos de corazones. Fue una celebración del conocimiento, del compromiso y de la esperanza. UNIR demostró que la educación en línea no solo es una alternativa, sino una vía poderosa para transformar vidas y construir un futuro mejor.
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