Jorge Arana Varona
Casi 3.500 personas asistieron a esta edición del Foro UNIR para descubrir experiencias y recursos sobre la importancia de identificar a tiempo señales de alarma en el desarrollo infantil. “No se trata de poner una etiqueta, sino de minimizar las dificultades que puedan aparecer más adelante”.

Un dato que preocupa: entre el 60% y el 75% de los adolescentes afirman sentirse solos “siempre o casi siempre”. Así lo reveló Lucía Gallego, directora clínica de Emooti, durante el Foro UNIR. Esta soledad, según la psiquiatra, está directamente relacionada con el uso excesivo de pantallas, la falta de vínculos familiares y el aumento de trastornos mentales como la ansiedad o la depresión.
Esta edición del foro abordó los signos de alarma que permiten detectar de forma temprana posibles trastornos del neurodesarrollo en niños y adolescentes. La atención temprana, explicaron los expertos, no busca etiquetar ni diagnosticar, sino observar y actuar antes de que los problemas se agraven.
Junto a la directora de Emooti, Anna Soler, neuropsicóloga de ITA Diagonal, y Juliana Restrepo, neuropsicóloga de ITA Sabadell, compartieron sus conocimientos, experiencias y recursos sobre la importancia de detectar a tiempo las señales de alarma en el desarrollo infantil.
“Detectar no es diagnosticar”, insistió Soler. “Lo importante es observar, registrar habilidades y comunicar con delicadeza a las familias. No se trata de poner una etiqueta, sino de minimizar las dificultades que puedan aparecer más adelante”.
Cinco claves del Foro UNIR
- El síndrome del cuidador: Más de la mitad de los cuidadores familiares en España sufren agotamiento físico y emocional. Este desgaste puede derivar en ansiedad, depresión y aislamiento social. “Muchas veces nos preguntan: ¿cómo voy a estar bien si mi hija está enferma? Es una pregunta que nos rompe por dentro”, comentó Muñoz.
- Pantallas y neurodesarrollo: El uso excesivo de dispositivos móviles en menores está alterando el desarrollo cerebral. “Hay estudios de neuroimagen que muestran cambios estructurales en el cerebro de niños que usan pantallas desde edades tempranas”, explicó Gallego.
- Factores de riesgo prenatal: Hábitos de los padres antes de la concepción, como el estrés o el consumo de sustancias, pueden influir en el desarrollo del niño. “No solo importa el embarazo, sino también el contexto previo”, señaló Soler.
- El papel del docente: Los profesores pueden ser los primeros en detectar comportamientos atípicos. “Es fundamental que comuniquen sus observaciones a las familias con tacto y desde la preocupación por el bienestar del niño”, dijo Restrepo.
- Videojuegos y violencia: La normalización de conductas agresivas en videojuegos puede trasladarse a la vida real. “Los adolescentes pasan más tiempo en mundos virtuales que en el entorno real, y eso afecta su capacidad de empatía”, advirtió Soler.
Observar antes que diagnosticar
Uno de los ejes centrales del foro fue la diferencia entre diagnóstico y detección. Anna Soler explicó que muchas familias temen acudir a consulta por miedo a que sus hijos sean etiquetados. “La finalidad no es poner una etiqueta, sino conocer el perfil global del niño y trabajar sobre sus dificultades para minimizar el impacto en su desarrollo”, comentó la psiquiatra.
Los signos de alarma varían según la edad. Desde la ausencia de sonrisa social en bebés hasta la dificultad para formar frases simples en niños de tres años. También se mencionaron factores como la torpeza motora, el juego en solitario o la falta de interés por los demás.
Juliana Restrepo destacó que “la detección temprana permite que los niños tengan una vida más funcional. No es que haya más diagnósticos ahora, es que antes no se conocían o no se detectaban”.
Las expertas insistieron en que la observación debe ser integral y coordinada. “Es fundamental la comunicación entre profesionales de la salud, la escuela y la familia para actuar de forma rápida y efectiva”, añadió Soler.
Tecnología, pantallas y videojuegos
El Foro UNIR dedicó una parte importante a analizar el impacto de la tecnología en el desarrollo infantil. Las ponentes explicaron que el uso excesivo de pantallas limita la exploración sensorial, la tolerancia a la frustración y la regulación emocional. Restrepo añadió que “las pantallas afectan la atención, la memoria y el lenguaje. Los niños pierden habilidades sociales porque no se estimulan en el entorno real”.
Lucía Gallego fue contundente: “Los móviles están alterando el neurodesarrollo. Se ha detectado un descenso en el cociente intelectual por primera vez en la evolución humana. Además, se han multiplicado por cinco las agresiones en manada entre adolescentes”.
Sobre los videojuegos, las expertas coincidieron en que pueden normalizar conductas violentas. “La mayoría de los juegos no aportan estimulación cognitiva. Los niños aprenden a reaccionar con agresividad y pierden la capacidad de perseverar”, explicó Restrepo.
Padres, el primer entorno de prevención
El foro cerró con una reflexión sobre el papel de los padres. “La queja más frecuente de los adolescentes es que están solos. Si les ofrecemos nuestra mirada y nuestro tiempo, esto cambiaría”, afirmó Gallego.
La educación emocional y el acompañamiento son fundamentales. “Los padres deben enseñar a disfrutar del mundo real, establecer límites y fomentar el ocio saludable”, concluyó Soler.
Formación continua
El Foro UNIR sobre atención temprana en psicología infantil reunió a más de 3.500 inscritos de España y Latinoamérica.
Según datos recientes del Ministerio de Sanidad, los trastornos mentales en menores han aumentado un 20% en los últimos cinco años. En este contexto, la formación especializada se vuelve imprescindible. UNIR ofrece titulaciones como el Máster en Intervención Psicológica en el Ámbito Educativo y el Máster en Psicología Infantil y Adolescente, ambos 100% online y con titulación oficial.
- Facultad de Ciencias de la Salud