El agua es básica para la vida. Entonces, ¿qué pasaría si empezásemos a sufrir carencia de agua? Esto, que parece imposible de concebir, es una realidad mucho más cercana de lo que desearíamos.

De hecho, se estima que “para 2050, aproximadamente 6.000 millones de personas sufrirán escasez de agua”.
Fuente: National Geographic
Por eso es importante no solo tener claro qué es el estrés hídrico, sino también a qué se debe la escasez de agua y cómo revertirla. El cambio climático está haciendo que el agua sea un recurso cada vez más escaso y variable, y los peligros de esto son muchos y muy graves.
¿Qué es el estrés hídrico?
Se denomina estrés hídrico a la presión que ejerce la demanda humana sobre el agua disponible. La Tierra es conocida como “el planeta azul” por el efecto visual que generan las grandes masas de agua presentes en ella, pero en realidad tan “solo 0.5 % del agua de la Tierra es dulce, utilizable y está disponible”.
Fuente: National Geographic
Este parámetro se mide como la proporción entre las extracciones y los recursos de agua dulce renovables, teniendo en cuenta los caudales ambientales para los ecosistemas. Cuanto mayor es esta proporción, mayores son el estrés, el riesgo potencial y también la competencia.
A nivel mundial, la falta de agua potable y su posible agotamiento preocupan cada vez más. La combinación de cambio climático, sobreexplotación y mala gestión hace que la competencia y el riesgo de escasez aumenten, y lo cierto es que no podemos permitirnos llegar a una ausencia de agua potable que cueste vidas. Por eso urge mejorar la eficiencia, reducir pérdidas, reutilizar, proteger acuíferos y planificar el uso del agua con implicación social y máxima transparencia.
Causas del estrés hídrico
Existen diferentes motivos que influyen sobre el agotamiento de agua potable, y saber cuáles son es el primer paso para frenar la crisis del agua en las que estamos inmersos.
- Sobreextracción para riego e ineficiencia agrícola: La agricultura concentra en torno al 70% de las extracciones, por eso es importante modernizar los riegos y cultivos.
Fuente: Banco Mundial
- Cambio climático: Las sequías cada vez más frecuentes, la variabilidad estacional y el retroceso glaciar reducen caudales, recarga y fiabilidad del suministro, intensificando la competencia entre usos.
- Agotamiento de acuíferos: El bombeo supera la recarga, y las imágenes satelitales ya muestran pérdidas, así como efectos como la subsidencia y los ríos intermitentes.
- Contaminación del agua: La contaminación del agua y la escasez van de la mano por culpa de vertidos domésticos e industriales y la escorrentía agrícola.
- Crecimiento poblacional, urbanización y consumo: La demanda global no deja de aumentar anualmente desde la década de los 80.
- Pérdidas en redes e infraestructura: Las fugas urbanas desperdician decenas de miles de millones de m³ al año.
- Degradación de ecosistemas y deforestación: Menor infiltración y regulación, más escorrentía y sedimentación.
- Mala gestión y precios inadecuados: Los subsidios y la infrafinanciación estimulan la sobreexplotación y desalientan la eficiencia.
Ahora que conoces las principales causas de la escasez de agua, es importante que sepas también qué estragos pueden provocar.

Efectos del estrés hídrico
Ahora que conoces la definición de estrés hídrico, te conviene conocer cuáles son las consecuencias de la escasez de agua, un aspecto básico para poder anticipar sus riesgos y aplicar soluciones que resulten realmente eficientes. Los problemas de agua repercuten en la salud, la alimentación, la economía, la energía y los ecosistemas, por eso es importante conocer estos efectos y tener claro cómo encararlos.
- Enfermedades y mortalidad: El agua contaminada y el saneamiento precario disparan consecuencias como diarreas, cólera o tifus. La falta de WASH (WA- water, S – Sanitation, H- Hygiene) hace aumentar los brotes y las hospitalizaciones, sobre todo entre la población infantil y vulnerable, con secuelas que pueden llegar a ser muy graves.
- Inseguridad alimentaria: Tener acceso a un menor volumen de agua reduce los rendimientos agrícolas. Esto hace que la agricultura, principal usuaria de los recursos hídricos, sufra sequías y restricciones, afectando a la disponibilidad de alimentos, a los precios y a la nutrición.
- Degradación de ecosistemas: Los ríos y los humedales pierden caudal y calidad, afectando a la biodiversidad y el bienestar de las especies.
- Golpes económicos: El aumento del estrés hídrico expone más PIB mundial, eleva costes, interrumpe cadenas de suministro y frena inversiones.
- Energía en riesgo: Las centrales térmicas y nucleares dependen del agua para obtener refrigeración y vapor. Por eso los problemas de agua se traducen en temperaturas altas y caudales bajos, reducciones de generación y paradas imprevistas.
- Migración y tensiones: Los déficits hídricos y sequías prolongadas impulsan desplazamientos internos y exacerban disputas locales, con impactos desiguales en países de ingresos bajos y medios.
- Subsistencia del terreno: La sobreexplotación de acuíferos compacta sedimentos y hunde ciudades, dañando infraestructuras y aumentando el riesgo de sufrir inundaciones que pueden llegar a resultar devastadoras.
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Estrategias de gestión y prevención ante la escasez de agua
Prevenir la escasez de agua exige que coordinación y financiación vayan de la mano. Para ser verdaderamente efectiva, la respuesta debe combinar una buena gestión de la cuenca hidrográfica, eficiencia y restauración ecológica con instrumentos económicos y tecnológicos que permitan reducir la demanda, las pérdidas y la contaminación.
- Realizar una buena gestión de recursos hídricos y caudales ambientales.
- Trabajar en mejorar la eficiencia agrícola con elementos compo el riego presurizado, la selección de cultivos y la mejora de productividad hídrica.
- Reducción de pérdidas urbanas recurriendo a sectorización, gestión de presión y control de fugas.
- Ampliar la cobertura y calidad del tratamiento, utilizando para ello efluentes seguros.
- Crear soluciones basadas en la naturaleza, que impliquen la restauración de bosques, humedales y riberas para infiltrar agua y mejorar su calidad.
- Gestionar la demanda con tarifas escalonadas, incentivos, aplicando normas de eficiencia y lanzando campañas sostenidas de uso responsable.
- Recoger datos y hacer un seguimiento de inventarios, indicadores y mapas de riesgo para tomar decisiones más conscientes.
- Recargar los acuíferos con agua regenerada con el fin de recuperar niveles también de forma gradual.
No podemos vivir sin agua y no hay planeta B, por eso es tan importante saber qué es el estrés hídrico y cómo luchar contra él.
BIBLIOGRAFÍA
- Afrontar el estrés hídrico: un reto para la gestión del agua. (s/f). Vitoria-gasteiz.org. Recuperado el 30 de septiembre de 2025, de https://www.vitoria-gasteiz.org/wb021/was/contenidoAction.do?idioma=es&uid=u51c2f927_19916bbe5a7_2647
- Communications. (2024, septiembre 3). ¿Qué es el estrés hídrico? Lo que sucede cuando pedimos demasiado a la Tierra. BBVA. https://www.bbva.com/es/sostenibilidad/que-es-el-estres-hidrico-lo-que-sucede-cuando-pedimos-demasiado-a-la-tierra/
- Ecoembes. (2025, junio 30). Estrés hídrico: causas, consecuencias y cómo podemos actuar. Ecoembes. https://reducereutilizarecicla.org/estres-hidrico/
- Esp, D. (2023, julio 18). Estrés hídrico: qué es y qué consecuencias tiene. Derichebourg España – Gestión Integral de Residuos; Derichebourg España. https://www.derichebourgespana.com/estres-hidrico/






