Alejandra Villasmil
Qué pasa cuando se junta una expectativa baja con una enseñanza alta? Pues… una grata sorpresa y, en resumen, esa fue mi experiencia en el Máster Universitario en Creación de Guiones Audiovisuales en la UNIR.

¿Qué ocurre cuando se combinan expectativas modestas con una enseñanza de alto nivel? La respuesta: una grata sorpresa. Así fue mi experiencia en el Máster Universitario en Creación de Guiones Audiovisuales de la UNIR.
Soy Alejandra Villasmil, venezolana de nacimiento, ecuatoriana por adopción y narradora por vocación. Ingresé al máster con la idea de obtener un título, sin imaginar que sería mucho más que eso. No solo me permitió refrescar conocimientos dispersos en mi “disco duro cerebral”, sino que también me brindó la oportunidad de aprender de profesionales con una trayectoria brillante, experiencia sólida y una calidad humana excepcional. ¿Quién hubiera pensado que desde lo virtual se podían construir vínculos tan reales y significativos? Yo, sinceramente, no lo creía.
Ansiedad colectiva y espionaje digital
Uno de los momentos más intensos fue cuando nos asignaron al tutor del guion final (Prácticas) y al director del TFM para crear el dossier del proyecto. Recuerdo la avalancha de mensajes en el grupo de WhatsApp y la rapidez con la que algunos —yo incluida— investigábamos a los asignados en redes sociales. Un episodio digno de récord Guinness en espionaje digital colectivo.
Pero una cosa es “stalkear”, y otra muy distinta es enfrentarse al Zoom en vivo.
Encuentro con Antonio Centeno
Con el corazón acelerado, revisando mil veces el enlace y la hora de la reunión, conocí a Antonio Centeno. Tenía una presentación impecable para mostrarle el proyecto, pero claro… ¿qué esperar cuando tu tesis critica el perfeccionismo? Justamente, que el perfeccionismo se te devuelva como karma digital: mi computadora se negó a compartir pantalla.
Aun así, Antonio, con su calidez y sensibilidad, me ayudó a superar el momento. Me hizo ver que Joy, mi protagonista, no debía terminar derrotada, sino triunfadora de su propia condición. Ese elemento fue clave en la estructura narrativa de la serie.
Gonzalo Toledano y el humor como aliado
Después llegó Gonzalo Toledano, mi director del dossier. Y si el high concept de mi serie trata de una mujer que se desmaya al sentir felicidad, ¿qué mejor forma de homenajearla que casi desmayarme en nuestra primera reunión?
Acababa de aterrizar en Brasil, mareada como si estuviera en un crucero, pero el orgullo me sostuvo lo justo para terminar la reunión con la frente en alto (espero… porque todo seguía dando vueltas). Me sentí afortunada de coincidir con un director brillante que entendió mi visión con precisión quirúrgica, y me dio consejos sabios, como escribir ciertas partes del dossier en primera persona. Esto ayudó a darle el tono exacto que la serie requería.
Además, su sentido del humor encajaba perfectamente conmigo. Como aquella vez que propuso cerrar el documento con una tira cómica… que terminó siendo el broche de oro que condensó el espíritu de la serie.
Camaradería y crecimiento personal
Con esa tríada maravillosa, las reuniones se transformaron en momentos de camaradería, consejos prácticos, risas y apreciaciones. Era evidente que compartíamos el mismo objetivo: crear la mejor versión del proyecto. No solo me ayudaron a afinar el contenido, sino también a afinar mi voz como narradora.
Al final, más allá de las notas o del título, me quedo con el proceso. Con lo aprendido. Con el vértigo antes de cada entrega. Con los consejos sabios que me dieron sin pretensiones. Con el cariño inesperado. Y con la certeza de que, incluso a través de una pantalla, se pueden construir relaciones creativas y humanas que valen oro.
Ojalá también un proyecto digno de llegar a la pantalla.
Así termina mi travesía: un proceso donde el esfuerzo se ve recompensado, el ambiente es estupendo y al final del mismo sales con el dossier de un proyecto y su guion listos para ser vendidos. En definitiva, una experiencia nivel máster.
- Facultad de Artes y Ciencias Sociales