Jorge Arana Varona
Más de 3.000 asistentes siguieron el evento donde el artista colombiano compartió vivencias y reflexiones sobre cómo la música impacta en el cerebro. Expertos en musicoterapia y psicología aportaron la evidencia científica y múltiples aplicaciones clínicas, una sinergia perfecta entre arte y academia en favor del desarrollo cognitivo.

Carlos Vives fue el gran protagonista de la última edición del Foro UNIR. El cantante colombiano, referente mundial de la música en español, aprovechó la plataforma académica de la universidad para hablar de identidad, emociones y salud, en un evento que reunió a más de 3.000 personas en torno a una pregunta clave: ¿cómo transforma la música nuestro cerebro?
Junto a la sensación mundial participaron David Gamella, director académico del Máster Universitario en Musicoterapia de UNIR, y Aurora Jechimer, psicóloga sanitaria colegiada en el Centro Clínico Betanzos 60 de Madrid. Ambos aportaron la visión científica y clínica que complementó la experiencia artística de Vives, en un diálogo que cruzó escenarios, hospitales y aulas.
“No entiendo la música si no es para todos”, afirmó el cantante, al explicar por qué sus canciones buscan unir generaciones y culturas. Jechimer añadió desde su especialidad que “la música recoloca el cerebro; calma zonas hiperactivas y activa las hipoactivas”, una herramienta clave para tratar ansiedad y mejorar la atención.
Por su parte Gamella —haciendo un pequeño guiño a uno de los hits más famosos del invitado— recordó que “la musicoterapia es como una bicicleta que nos permite llegar dentro de la persona”. Vives conectó esa idea con su infancia. “Yo escogí hacer música que me devolvía a mi lugar seguro”, relató.
Cinco claves del Foro UNIR
- El poder del afecto: El enfoque musical de Carlos Vives apuesta por la inclusión y la conexión emocional, derribando prejuicios culturales y reforzando la identidad. “No quiero excluir a nadie en mi música”, comentó..
- Reorganizar el cerebro: “La música recoloca el cerebro; organiza, calma y activa lo que hace falta”, explicó Jechimer. Esta técnica se aplica en crisis de ansiedad y en programas para mejorar la atención.
- La bicicleta terapéutica: “La musicoterapia es como una bicicleta que nos permite llegar dentro de la persona”, señaló Gamella. Este enfoque convierte la música en vehículo para trabajar emociones y memoria.
- Raíces que sanan: El ritmo no solo une culturas, también activa respuestas neuromotoras que mejoran el bienestar. “La cumbia tiene origen prehispánico y se hizo común y global”, destacó Vives.
- Medir para avanzar: “No hay musicoterapia sin constatación y verificación”, afirmó Gamella. Evaluar cada intervención garantiza resultados y convierte la terapia en un proceso sostenido.
Ritmo, identidad y neurociencia
Carlos Vives abrió el debate con una imagen poderosa: la música como refugio y como puente. Recordó cómo siendo niño acompañaba a su padre médico en visitas a pacientes y les cantaba para aliviar la tensión. Décadas después, esa intuición encuentra respaldo científico: escuchar melodías que emocionan activa el circuito de recompensa y libera dopamina, una reacción que genera bienestar y reduce el estrés.
Aurora Jechimer explicó que el efecto no se limita a la emoción. “Nada más escucharla, el cerebro se ordena”, afirmó. La música reorganiza redes neuronales, calma zonas hiperactivas y activa las hipoactivas. Este mecanismo se utiliza en terapia para cortar crisis de pánico y entrenar la atención plena con listas personalizadas, convirtiendo el sonido en una herramienta diaria de regulación emocional.
El artista internacional llevó la conversación hacia la identidad. Para él, la música es un lenguaje que une culturas y derriba prejuicios. “Ver el mundo como una sola cosa, la música como una sola”, dijo, al reivindicar la cumbia como ejemplo de diversidad: un ritmo nacido en pueblos anfibios que se expandió por Hispanoamérica sin perder su raíz espiritual.
El director académico del Máster Universitario en Musicoterapia cerró la idea con evidencia clínica. El ritmo, explicó, activa cerebelo y ganglios basales, predisponiendo al movimiento y mejorando la respuesta emocional. “Por eso la música de Carlos hace que la gente se ponga de pie”, apuntó.
Una guitarra contra los grilletes
Gamella comentó que su experiencia en la UCI del Hospital La Paz fue decisiva para entender el alcance real de la musicoterapia. “Estábamos 15 musicoterapeutas trabajando en la UCI de adultos”, explicó. En una ocasión, un paciente preso, esposado a la cama y custodiado por dos policías, se encontraba en estado crítico, con síndrome de abstinencia y heridas graves tras una reyerta. “Había tres enfermeras y un celador intentando hacerle una cura, pero era imposible. Estaba muy agitado, con tensión muscular extrema”, recordó.
En ese momento, Gamella decidió intervenir. “Yo estaba terminando una sesión tres camas más allá, vi la situación y me acerqué con la guitarra. Empecé a tararear, a tocar nada, tres acordes, y él enseguida se dio cuenta de que aquí había algo distinto. Me buscó con la mirada. Como estaba con las esposas, hizo un gesto de ‘qué bien esto que estás haciendo’. Me acerqué más y estuve como diez minutos tocando para él, canturreando”.
El resultado fue inmediato. “Perdió la tensión muscular que tenía. Las enfermeras pudieron hacerle las curas y me decían: ‘¿Por qué no vienes todos los días?’ Ese es nuestro sueño, poder estar todos los días en una UCI. La música abre puertas que la medicina no puede abrir de golpe. Relaja, calma y permite que todo fluya”.
El arte junto a la salud
La evidencia respalda esta historia. La Organización Mundial de la Salud ha revisado miles de estudios que confirman beneficios preventivos y terapéuticos de las artes en salud. Investigaciones recientes muestran que la musicoterapia reduce el estrés, mejora la respuesta emocional y acelera la recuperación cuando la intervención la guía un profesional cualificado.
Jechimer confirmó que tocar un instrumento no solo emociona, también modifica la estructura cerebral. “Los músicos tienen áreas temporales más desarrolladas y mejor coordinación. Aprender música es una inversión en salud cognitiva”, cerró.
Formación continua
El Foro UNIR dejó claro que la música no es solo arte: es ciencia, terapia y educación. Carlos Vives lo demostró con su historia y su visión, mientras expertos aportaron datos y experiencias que confirman su poder transformador.
Para quienes quieren especializarse, UNIR ofrece el Máster Universitario en Musicoterapia, título oficial online con prácticas y enfoque científico, diseñado para profesionales que buscan unir pasión y evidencia en un campo en plena expansión.
- Facultad de Artes y Ciencias Sociales






