El compositor, ingeniero y matemático presenta en una Openclass de UNIR, Soundcool, un sistema colaborativo para la creación sonora y musical por medio de móviles, tabletas y Kinect.
Soundcool es una herramienta que ha revolucionado el concepto de hacer música. Jorge Sastre, director del proyecto, impartió la Openclass de UNIR ‘Soundcool: Educación musical colaborativa con smartphones, tablets y Kinect’ junto con Víctor Padilla, director del Grado de Música de UNIR. Y es que Soundcool se trata de una nueva metodología musical que aprovecha las últimas tecnologías para crear y educar de forma colaborativa en escuelas infantiles y colegios.
El proyecto empezó en 2013 con una estancia de Jorge Sastre con Roger Dannenberg, cocreador de Audacity, en Carnegie Mellon University. Desde entonces ha recibido financiación de la Generalitat Valenciana (2015-2016) y ha sido adoptado por el proyecto Europeo Erasmus+ Tecnología al servicio del aprendizaje y la creatividad (2015-2017), para utilizarlo en varios países de Europa.
Soundcool está compuesto por un equipo multidisciplinar con formación diversa: investigadores que combinan perfiles artísticos y científicos y que agrupa a músicos, ingenieros, pedagogos y expertos en comunicación audiovisual. “El objetivo no es romper con nada, sino ampliar la tradición. Soundcool se puede combinar con instrumentos tradicionales. Incluso se puede modificar en tiempo real el sonido de los instrumentos tradicionales”, expone Sastre. “Es solo una herramienta pero permite hacer todo. La decisión de qué hacer es tuya. Es como la música tradicional, si tú con una guitarra quieres tocar clásico, tocas clásico”, añade el director del proyecto.
El objetivo no es romper con nada, sino ampliar la tradición. Se puede combinar Soundcool con instrumentos tradicionales. Incluso se puede modificar a tiempo real el sonido de dichos instrumentos
¿Cómo funciona Soundcool?
Soundcool es un sistema colaborativo para la creación sonora y musical por medio de móviles, tabletas, Kinect y MAX / MSP / Jitter. La herramienta está compuesta por un conjunto de módulos sencillos que se pueden conectar entre sí. Se controlan desde los móviles mediante wifi y se manda la señal a un ordenador. Está pensado para que funcione con lo mínimo y así todo el mundo tenga acceso a la herramienta. “No hace falta mucha potencia de cálculo, se puede usar con cualquier ordenador y las app funcionan en cualquier móvil”, indica Sastre.
El sistema cuenta con dos vertientes. Una enfocada a crear música concreta en la que se puede grabar sonidos, reproducir, cambiar la velocidad, aplicarle efectos… Y, por otra parte, la dirigida a los efectos e instrumentos virtuales. “Los intérpretes tradicionales podrían introducirse, por ejemplo, en la creación de música electrónica con sus instrumentos. La herramienta es abierta y todo depende del estilo que le quieras dar a tus creaciones”, señala su responsable.
Soundcool como herramienta educativa
Jorge Sastre, compositor, ingeniero y matemático, cuenta que, pese a que están utilizando esta herramienta en el ámbito educativo, la puede utilizar cualquiera al que le guste la música; ya que se puede controlar de forma muy sencilla. Es libre y gratuita.
El responsable pedagógico del proyecto es Adolf Murillo, junto con el que Jorge Sastre ha llevado a cabo múltiples iniciativas. Han trasladado Soundcool hasta Italia, Rumanía y Portugal. Incluso cuentan con una rama dedicada a las personas con diversidad funcional. La idea es que los alumnos sean los compositores y sean parte activa de todo, “es importante que disfruten aprendiendo y creando”, recalca.
“Se va trabajando en clase con el sistema, que es abierto y se puede usar como se quiera. Nosotros estamos desarrollando una pedagogía de tres escenarios, pero cada uno lo puede usar como quiera”, asevera Jorge Sastre. Su iniciativa pedagógica es sencilla. En primer lugar, se ponen en común las ideas del grupo para la creación de una pieza a partir de un poema o un fragmento audiovisual. A continuación, en pequeños grupos, plasman esas ideas en sonidos y notas y se decide la puesta en escena final. Por último, tan solo queda la representación final.
La idea es que los alumnos sean los compositores y formen parte activa de todo; “es importante que disfruten aprendiendo y creando”
“Los alumnos siempre nos sorprenden haciendo cosas que ni nos hubiésemos imaginado” revela el compositor. Además, de esta manera, aprenden a escucharse unos a otros. “Utilizamos, sobre todo, partituras gráficas. Se representa el sonido de forma muy abierta y con dibujos que simbolizan cosas. No es necesario que sepan leer música.”
Un buen ejemplo de ello es la ópera basada en el cuento popular valenciano ‘La Mare dels Peixos’. Se trata de una obra compuesta por Jorge Sastre y Roger Dannenberg y en la que participaron estudiantes de primaria, secundaria y un coro de las escuelas de música. “Un proyecto enorme con un equipo pedagógico formidable”, concluye.
