Román Rodríguez Curbelo
Calahorra entra en la primera división de la arqueología española con Calagurris'22, un campo de trabajo de verano que impulsa UNIR y que va a enriquecer la historia y el turismo de La Rioja.

Participar en la excavación de un yacimiento arqueológico es lo más parecido a viajar en el tiempo. Descubrir, en sus dos acepciones: localizar y destapar, desvelar, mimar, desenterrar y clasificar vestigios de otras épocas no es lo habitual. Los campos de trabajo se realizan normalmente en yacimientos preparados o simulados para que los interesados experimenten algo cercano al trabajo arqueológico. Sin embargo, en el Campo de Trabajo Calagurris-UNIR 2022 es completamente real. En Calagurris se vive y experimenta el pasado y la historia, pero con ojos del presente y que miran al futuro.
“Van a aparecer sobre todo niveles asociados a estructuras arquitectónicas: paredes con estucos y pinturas, pavimentos hechos de mosaicos, nuevas habitaciones hasta ahora ocultas, algunas estancias en contacto con la muralla, etc. Restos y materiales que atestiguaron el modo de vida de quienes se alojaban en estas villas imperiales de lujo del siglo I d.C.”, ilustra David Farell i Garrigós en torno a estas excavaciones.
Farell, arqueólogo investigador, profesor de Ciencias Sociales y alma mater de este proyecto apasionante, quiere apoyar los yacimientos ya en marcha y comenzar otros de gran interés para la zona, en línea con sus inquietudes investigadoras. Con la ayuda y el acuerdo entre la Fundación UNIR y el Ayuntamiento de Calahorra, ha puesto en marcha un Campo de Trabajo abierto a unos cuantos privilegiados que están viviendo ya una experiencia única con excavaciones arqueológicas inéditas.

La organización de un evento sin precedentes
Hasta el 22 de julio se lleva a cabo en Calahorra un encuentro inédito entre jóvenes amantes de la arqueología y la Historia. Miembros de la comunidad educativa de UNIR (como profesores o estudiantes), y jóvenes de entre 18 y 26 años de cualquier parte de España ya disfrutan de la experiencia.
Convivirán, trabajarán y excavarán juntos durante 12 días, con alojamiento incluido en habitaciones dobles o triples y bajo un régimen de pensión completa. La organización les ha facilitado incluso el material necesario para las labores de campo y de laboratorio.
Los participantes se dividen en dos grupos cada mañana. Unas 15 personas están centrados en el yacimiento de La Clínica, una villa romana del siglo I d.C. “muy monumental”, elogia Farell, y otros 10, en la muralla romana en la calle de los Sastres, donde hay un solar con una nueva excavación.

Ambos grupos estarán dirigidos por las arqueólogas María Asunción Antoñanzas y Pilar Iguácel, de Labrys Arqueología. Sus instrucciones, destaca Farell, son fundamentales para determinar los pasos a seguir en las excavaciones, para saber en qué suelos de habitación se debe profundizar poco a poco.
La lectura del registro arqueológico debe realizarse con destreza para retirar bien los materiales e ir mostrando correctamente las estructuras. La idea es evitar cualquier atisbo de destrucción y asegurar la delicadeza necesaria para traer al presente hallazgos apasionantes de hace miles de años. Se descubre el pasado, se documenta metodológicamente, y luego se procura por su estudio y conservación.
“Excavar es delicado, pero con la supervisión y vigilancia de las arqueólogas, todo estará bien controlado”, apunta el experto. Los espacios de excavación durante las jornadas tampoco serán muy amplios: abarcan entre 15 y 30 metros de largo y unos cinco o seis de ancho.

Trabajo de laboratorio y visitas en Calahorra
Si por la mañana el trabajo es de campo, por las tardes, como complemento, hay mucho trabajo de laboratorio y visitas para dar a conocer la antigüedad clásica. Todo el material que se va encontrando durante las excavaciones debe ser lavado, inventariado, numerado y clasificado, y también se documenta con dibujos. “Hacemos horas de taller con todos los materiales que se vamos extrayendo”, explica Farell.
Junto a estos talleres se organizan igualmente visitas guiadas por la Calahorra romana, al Museo de la Romanización y al yacimiento celtíbero de Contrebia Leucade, ya muy excavado y en el que se aprecia el gran desarrollo urbanístico de las fases celtibérica y romana.
“Queremos vincular el mundo romano con el precedente, el celtibérico. Porque sabemos que antes de la Calagurris Nassica Iulia romana existió la Kalakoricos de los celtíberos o vascones”, explica el arqueólogo.
Se están celebrando, además ,conferencias que explican a los inscritos por qué precisamente el Campo de Trabajo es en Calahorra, una ciudad con un pasado histórico muy conocido, incluso por las fuentes romanas que hablaron de ella y de su hijo natal, el gran orador y pedagogo hispanorromano Marco Fabio Quintiliano (Calagurris 35- Roma 95).

Ofrecer más alternativas presentes, conocer mejor el pasado
UNIR ha preparado así un Campo de Trabajo con el que potenciar las excavaciones del yacimiento de La Clínica y comenzar con los trabajos en la calle Los Sastres. Un proyecto importante para la arqueología española que traerá nuevas revelaciones.
El pasado celtibérico y romano de La Rioja disfruta así de mayor entidad y visibilidad. “Queremos contribuir a que las distintas Administraciones públicas, sabiendo de la importancia de poner el pasado al descubierto para investigarlo, se comprometan a restaurarlo para mostrarlo al público. Es, sin duda, una inversión para el presente, a corto plazo, dado que el turismo cultural está en auge permanente y revierte en prestigio y riqueza en las ciudades que apuestan por él”, subraya Farell.
“Se trata de que todo el público riojano, español e internacional que esté interesado pueda conocer este pasado y visitarlo en las mejores condiciones. Apostar por la investigación arqueológica, museizando los yacimientos como centros de interpretación, aporta entidad histórica y riqueza a La Rioja”, añade el experto.

De eso se trata: de realzar el pasado menos conocido de una región famosa por sus castillos y sus vinos. ¿Por qué La Rioja no puede ser un referente también por sus rutas de poblados celtíberos o de ciudades romanas? “Son posibilidades sobre las que habría que trabajar más”, reconoce Farell. El Campo de Trabajo Calagurris 2022 contribuirá a ello.
Un evento presencial que recuerda la labor y el compromiso de UNIR en las áreas de Humanidades e Historia, y que complementa al resto de su labor universitaria.
Las excavaciones del Campo de Trabajo Calagurris 2022, y las que se lleven a cabo en el futuro, arrojarán luz al pasado y nuevos datos y testimonios con los que entenderlo mejor.
- facultad-artes-ciencias-sociales



