InternacionalAcceso estudiantes

David Alvarado, experto en Public Affairs: “En España los lobistas son protagonistas privilegiados del sistema político”

El profesor del Máster online en Comunicación y Marketing Político de UNIR aborda conceptos claves para comprender mejor el significado, características y alcances de este sector en nuestro país.

El universo de los lobbies merece ser analizado en profundidad.

Al contrario de lo que ocurre en Estados Unidos, Reino Unido o incluso en Bruselas (en el seno de las instituciones comunitarias), la palabra lobby en España aún suscita una suerte de rechazo. Para muchos, se mantiene la idea de que se trata de algo oscuro, opaco o ilícito, en cierto modo. No obstante, el universo de los lobbies merece ser analizado en profundidad, debido a su importancia cada vez mayor en el seno de sectores económicos, políticos e institucionales claves para cualquier sociedad.

En la siguiente entrevista, David Alvarado Roales, profesor del Máster online en Comunicación y Marketing Político de UNIR, aborda conceptos vitales para comprender mejor el significado, características y alcances de los lobbies en nuestro país.

El experto además es coordinador académico del Máster en Dirección del Comercio Exterior e Internacionalización de Empresas de esta Universidad. Doctor en Ciencias Políticas y de la Administración y especializado en procesos políticos contemporáneos, moderará un Foro de Comunicación de UNIR que abordará próximamente cómo actúan y funcionan los lobbies en España. Ese evento contará con la participación de invitados especiales que son expertos en el tema.

Los lobby son organizaciones y colectivos que defienden sus intereses .

Organismos y colectivos “que defienden sus intereses”

Pregunta: -¿Qué son los lobbies, quiénes los impulsan y qué influencia tienen en el panorama actual español?

Respuesta: -Se trata de organizaciones y colectivos que defienden sus intereses y, con este objetivo, anhelan incidir en la toma de decisiones. Ya sean empresas (grandes, medianas y pequeñas), o grupos de éstas. Pueden ser grandes industrias energéticas, o también ecologistas, o un tercer país que intenta hacerse un hueco en la agenda de un vecino. Incluso, precarios trabajadores y amas de casa… Nos encontramos ante individuos que se organizan para alcanzar sus objetivos.

P: -¿Por qué su actividad puede llegar a adquirir tanta fuerza y tanto poder, y tornarse esencial?

R: -Los lobbies tienen que lograr incidir sobre los políticos de turno y la opinión pública para hacerles ver que lo que ellos mismos propugnan redunda en beneficio del conjunto de la economía y sociedad, aunque esto no sea rigurosamente cierto. Y aunque lo nieguen, sean muy discretos y casi nunca figuren públicamente, los lobbies están por todas partes, en el entorno del poder. En España la toma de decisiones políticas se encuentra harto influenciada por algunos de los principales grupos económicos, que en gran medida son los que marcan la agenda.

Los lobbies tienen que lograr incidir sobre los políticos de turno

P: -En muchos casos, ¿considera que la acción de los lobbies provoca presiones que hasta pueden determinar rumbos concretos de decisiones gubernamentales o de sectores claves de poder?

R: -En España algunos de los lobbies más influyentes y poderosos son ANFAC (sector de la automoción), AEB (banca), FEHR (hostelería), FIAB (industria alimentaria), CEHAT (hotelería), Unespa (aseguradoras), Farmaindustria y Seopan (construcción). Mención aparte merece el grupo de los lobbies energéticos, donde figuran UNESA (compañías eléctricas), Sedigas (gas), Carbunión, Foro Nuclear y -dentro de las renovables- AEE y Protermosolar. Y junto a ellos, sin incluir a la industria armamentística y de defensa (que operan de una forma mucho más velada), figuran algunos de los grandes lobbies internacionales que también tienen intereses en nuestro país, como pueden ser Google, Meta (ex Facebook), Microsoft, Apple, Huawei, Samsung, Amazon, Netflix o incluso Uber, Cabify o Airbnb, por citar únicamente algunos ejemplos.

Tal y como queda en evidencia en sucesivas regulaciones energéticas, sobre propiedad intelectual, telecomunicaciones y concesión de licencias de televisión digital terrestre, o en lo concerniente a banca y cajas de ahorro, e incluso el sistema de salud, en España los lobistas son verdaderos actores y en muchos casos protagonistas privilegiados del sistema político. Pero, al no hallarse su figura regulada en España, su actuación desgraciadamente no es transparente.

La necesaria regulación del sector

P: -Al referirse a este punto, precisamente, la Comisión Europea ha criticado en más de una ocasión la falta de regulación en España sobre los lobbies. ¿Qué opina al respecto de esas críticas y de esa ausencia de normativa específica?

R: -La desconfianza que en España existe hacia la actividad de los lobbies deriva fundamentalmente de que su actividad no se encuentra regulada, al contrario de lo que ocurre en otros países. Cuando uno quiere intervenir en las instituciones de la UE, por ejemplo, lo primero que tiene que hacer es inscribirse en el registro de transparencia comunitario, donde se debe incluir la naturaleza de las actividades a desarrollar, los objetivos e incluso los recursos acordados para ello, y solo a partir de entonces se puede empezar a interactuar con políticos y otras figuras del poder. En este caso, las agendas de los diferentes responsables, funcionarios, expertos y políticos comunitarios son públicas y accesibles, y tienen que dar cumplida cuenta de con quién se reúnen, cuándo, durante cuánto tiempo, con qué objeto, etc.

En España la toma de decisiones políticas se encuentra harto influenciada por algunos de los principales grupos económicos.

P: -Quienes comprenden el trabajo de los lobistas entienden que se trata de una actividad necesaria en el proceso de toma de decisiones públicas, pues canalizan los intereses de los ciudadanos y de diferentes grupos (económicos, sociales, medioambientales, científicos…). Pero, ¿por qué hay que pugnar por mayor transparencia y control de su actividad en España?

R: -En España, al no existir regulación alguna, todo transcurre en la más absoluta opacidad. No nos enteramos de las reuniones que tiene un diputado, un senador, un representante autonómico, pero tampoco de un ministro, consejero o alcalde. No hay registro de encuentros, ni el político de turno está obligado a dar cuenta de su agenda. No se está haciendo nada malo, ni anormal, pero la gente duda y se suscita todo tipo de especulaciones al respecto. Por tanto, sería deseable que trascendiera todo este tipo de información a la opinión pública, por ley.

Al contrario, en Estados Unidos la regulación del sector va incluso más allá y está estrictamente estipulado el coste máximo que puede tener una comida o cena con un congresista, o con un senador, o con un alto funcionario, el tiempo que no puede superar este encuentro o incluso las características y límites a la hora de recibir algún tipo de regalo o prebenda que, por otra parte, debe ser del dominio público.

La desconfianza que en España existe hacia la actividad de los lobbies deriva fundamentalmente de que su actividad no se encuentra regulada

P: -¿Sabe el número aproximado de lobbies en activo en España?

R: -En nuestro país existe un registro de lobbies en la Comisión Nacional de Mercados y Competencia (CNMC), pero la inscripción en el mismo es preceptiva, voluntaria, y tan solo se anota quien quiere. Hoy en día en este registro hay menos de 500 inscritos, pero en España hay muchos más lobbies, que no figuran oficialmente en ningún sitio. Ha habido alguna iniciativa en el Congreso de los Diputados para intentar regular el sector, pero siempre bajo el paraguas de la anticorrupción, redundando en el estigma que existe en nuestro país para con las actividades de lobby.

El buen lobista

P: -¿Cuáles son las características más nítidas que definen a un buen lobista?

R: -El buen lobista debe tener, ante todo, una gran cultura general, un perfil dinámico y adaptativo, y una muy buena visión estratégica, que va más allá de lo que el mismo defiende, capaz de trascender límites presuntamente preestablecidos, siendo capaz, por ejemplo, de establecer nexos y relaciones entre administraciones y de tender puentes entre política y sociedad, de relacionar ideas, tendencias y sectores; pero también debe ser alguien capaz de trascender fronteras, ya que nuestra mundo se halla cada vez más globalizado, las políticas y mercados están interconectados, una decisión en algún país próximo, o incluso lejano, una inminente política comunitaria o una flamante disposición multilateral puede determinar nuestro objetivo, nuestra forma de actuar, ser la clave del éxito en nuestra misión. Los desafíos a los que las organizaciones se enfrentan son cada vez más globales y el lobista debe comprender y dominar esta nueva realidad, tener una visión de conjunto y saber más allá, anticipándose a hechos, acciones y reacciones, e interpretando en todo momento el contexto social y político en el que se mueve.

P: -¿Qué cualidades y conocimientos tienen que tener los lobistas para alcanzar el éxito y concretar sus objetivos?

R: -El lobista debe conocer íntimamente el funcionamiento de la vida política, de los partidos, en sus diferentes niveles y escalas, de las particularidades de sus representantes, de sus perfiles e intereses, y ser capaz de lograr la comunión entre intereses empresariales y políticos. Es una evidencia, pero el lobista debe erigirse en un aliado del político, un apoyo para este, siempre y cuando sea capaz de proporcionarle elementos de análisis útiles para su actividad y, por extensión, para el conjunto de la sociedad. Asimismo, el buen lobista debe conocer perfectamente las intimidades de los procesos legislativos, autonómicos, estatales y europeos, entender las fases de estos, los hitos en la elaboración de leyes y la imbricación entre diferentes escalas legislativas, lo cual se antoja fundamental para su trabajo de representación de intereses.

P: -¿Por qué su capacidad de negociación resulta esencial?

R: -Las anteriores capacidades descritas no sirven de nada si no son hábiles negociadores, si no logran generar consenso y llegar a acuerdos, si no consiguen que fluya la comunicación entre actores institucionales, políticos, empresariales y sociales. El buen lobista, por tanto, también debe ser capaz de convencer y para ello se antoja imprescindible la empatía, ser capaz de escuchar y comprender los puntos de vista e intereses de unos y otros, en aras de encontrar los puntos de unión ante cualquier asunto. Y en este sentido, aunque huelgue decirlo, una buena ética personal y profesional, y la transparencia, son grandes aliados.

 

En nuestro país existe un registro de lobbies en la Comisión Nacional de Mercados y Competencia (CNMC)

P: -¿Considera que la capacidad para comunicar también resulta decisiva para el desarrollo de su profesión?  

R: -La capacidad de comunicación, tanto escrita como oral, y en varias lenguas, es clave para el desarrollo de la profesión de lobista. Además de disponer de una buena red de contactos, el lobista actual debe ser capaz de elaborar argumentos sólidos, para lo cual es imprescindible saber seleccionar elementos relevantes de una realidad compleja, interpretar y anticipar escenarios. Y luego, claro está, también debe saber transmitir tales argumentarios a las audiencias adecuadas. Los medios de comunicación “tradicionales” siguen teniendo la capacidad de marcar los temas del debate público y el buen lobista necesita entender los criterios que rigen el funcionamiento de prensa, radio y televisión, de aquello que es noticia y cómo vehicularlo convenientemente. Un artículo, entrevista o reportaje en el momento adecuado puede ser crucial para la defensa de intereses concretos. Por supuesto, el buen lobista también debe estar al tanto de las nuevas herramientas de comunicación y saber emplearlas. De este modo, Internet, las redes sociales y las nuevas tecnologías de la información son un gran aliado a la hora de defender intereses.

“La batalla decisiva de los lobistas tiene lugar en los pasillos y despachos de las administraciones”

P: -¿Dónde acontecen las batallas decisivas de los lobistas?

R: -En último término, los lobistas tratan de hacer ver que el beneficio de los intereses que representan es el beneficio de todos. Y esto se hace con estrategia y mucha sutileza. Para ello, también se financian estudios o investigaciones, se dan subvenciones, se celebran congresos, seminarios, mesas redondas y conferencias. Pero la batalla por la imagen y la opinión pública es solo una de las batallas. La batalla decisiva tiene lugar en los pasillos y despachos de las administraciones. Lo que los lobbies necesitan son reuniones y encuentros con políticos que tomen decisiones para tratar de influenciarles.

Se necesita elaborar rigurosamente un argumentario y documentación que muestre que los intereses del sector coinciden con intereses más amplios para la economía o la sociedad, que implican un beneficio común. Porque la Administración en un país democrático no es discrecional y hay que hacer valer la adopción de decisiones con argumentos, explicar las consecuencias, los porqués, las bondades de tales legislaciones y políticas. El lobista sabe con quién hay que hablar, en qué orden, en qué momento, con qué argumentario, quién toma las decisiones en último término y ayuda a acceder a estas personas, creando puentes con la Administración.

El buen lobista debe tener, ante todo, una gran cultura general, un perfil dinámico y adaptativo.

P: -¿Por qué la formación especializada en consultoría y comunicación, como la que aporta el Máster en Comunicación Política y Marketing de UNIR, es tan necesaria para aquellos que quieran ejercer como lobistas?

R: – UNIR contempla todos los aspectos necesarios para un exitoso ejercicio de las actividades de lobby, que es completa, transversal y muy orientada hacia la práctica. En cuanto a mí, creo que soy víctima de mi formación y de mi experiencia personal y profesional. Soy doctor en Ciencias Políticas y de la Administración, especializado en procesos políticos contemporáneos y, por tanto, con un sólido utillaje teórico y metodológico para el análisis e interpretación de dinámicas políticas complejas a todos los niveles. Luego, al haber residido más de tres lustros fuera de España, en diferentes países, interactuando con responsables y actores de toda índole, siempre en primera línea, cerca de la toma de decisión, en diferentes lenguas y culturas, he tenido la oportunidad de dotar de sentido y realidad a mi formación, que se vio complementada con una intensísima experiencia práctica. Además, en paralelo, tuve ocasión de desarrollar una carrera periodística como analista y corresponsal de prensa para diferentes soportes nacionales e internacionales, lo cual me facilitó aún más el acceso a los núcleos de poder, a las interioridades de la decisión política, de reforzar mis redes internacionales, apuntalando de paso, y siempre en la práctica, mis dotes de comunicación y negociación.

El paso a la consultoría empresarial internacional y labores de Public Affairs fue una salida natural a mi periplo, un medio para aprovechar todo el potencial académico, humano y profesional que había acumulado durante tantos años. A mí me gusta definirme como un profesional de los Public Affairs, que también se denomina lobista o experto en relaciones gubernamentales, capaz de establecer conexiones entre política, empresa y comunicación. Los “asuntos públicos” son una cuestión de legitimidad externa de una corporación obtenida por la gestión de la interacción entre una empresa y su entorno sociopolítico. Y esta legitimidad empresarial es una condición sine quae non para la consecución de los objetivos políticos.

    Títulos que te pueden interesar

    Noticias relacionadas

    ¿Pueden convivir el marketing tradicional y el marketing digital?

    La revolución tecnológica trajo consigo infinidad de cambios que afectaron también a la mercadotecnia. Por ejemplo, nació el marketing digital.

    Habilidades y formación de los portavoces en política

    La formación de los portavoces es fundamental para conseguir claridad en su mensaje, credibilidad, así como un discurso coherente y adaptado a la audiencia a la que se dirige.

    Victoria Rodríguez, HR director de Ogilvy Spain: “En la publicidad digital cada vez se buscan más perfiles híbridos"

    La agencia de publicidad, que ha sido designada por la revista Forbes como una de las 75  mejores empresas españolas para trabajar, es un socio estratégico del Máster en Publicidad Digital de la Universidad Internacional de La Rioja.

    Docencia 100% online

    Nuestra metodología te permite estudiar sin desplazarte mediante un modelo de aprendizaje personalizado

    Clases en directo

    Nuestros profesores imparten 4.000 horas de clases online a la semana. Puedes asistir en directo o verlas en otro momento

    Mentor - UNIR

    En UNIR nunca estarás solo. Un mentor realizará un seguimiento individualizado y te ayudará en todo lo que necesites

    La fuerza que necesitas

    Nuestra vida académica y social

    Acompañamiento personalizado